Con mis manos tome un pedazo de cinta que amarraba sus
piernas y dado que ya estaba mojada la pude romper con facilidad liberando sus
piernas y con esto su demás cuerpo.
Él se dio cuenta y de inmediato comenzó a revolverse
quitándose la cinta de su cuerpo hasta quedar totalmente en libertad y poderse
parar en la tina que seguía recibiendo y tirando agua por todo el alboroto que
había generado.
Se quedó parado en silencio mientras recuperaba la
respiración y el agua se apaciguaba un poco. Se apoyó en una cabecera de la
tina y se sentó cansado.
Yo lo miraba bajo el agua hasta que poco a poco me fui
sentando en la tina sacando solo mi cara.
Miraba al agua tratando de encontrar respuestas a sus
preguntas mientras inhalaba y exhalaba el aire contaminado del cuarto.
Estuvimos en silencio hasta que de golpe alzo el rostro y me
miro con ojos de odio en lo que se lanzaba sobre mi cuello con sus manos por
delante y devolviéndome al fondo del agua ahorcándome.
Ahora mis piernas y manos hacían en chapoteo tratando de
ayudarme para poder salir de ahí, tratando de apoyarme en algo o de llegar a su
rostro para poderme liberar. Era imposible, su fuerza dada su posición era la
idónea para evitar que me escapase de ahí.
Necesitaba aire lo más rápido posible y seguí luchando hasta
que mis extremidades dejaron de reaccionar y mis ojos se cerraban poco a poco.
Fuera del agua escuchaba palabras, pero no descifraba lo que decían y solo veía
un espejismo de su cuerpo encima del mío.
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