¿Qué me pasó? Me duele
espantosamente la cabeza y todo está oscuro. Espera un momento, ¿Dónde estoy?
¿Qué me hiso ese mentiroso?
Me trate de levantar pero estaba aturdida y lo único que
pude lograr fue sentarme en la orillada de una cama.
Caramba, mi cabeza me
duele. Ese bastardo me pego espantosamente. ¡Ah! Duele.
-Trata de no moverte mucho, ese golpe en la cabeza estuvo
denso, tanto que hasta te noqueo. Respira hondo y sácalo lentamente. Te sentirás
mejor- Una de las tantas voces familiares me hablaba, tenía un tono de voz
diferente, tranquilo, positivo.
Espero que seas la
real razón de mi amado.
Sobándome la nuca, reclinada y con un ojo abierto le
pregunte:
-¿Quién eres? Dime por favor que eres la razón- Carajo ese golpe me está dejando marca.
Rió un poco y dijo:
-Así es, soy la razón, la verdadera razón. No aquel que se
merodea por todo el lugar fingiendo ser yo; él es el mentiroso, el real
mentiroso del sitio. Aunque creo que eso ya lo sabías- Se inclino a mí y puso
su mano encima de la mía tratando de curarme del golpe con su tacto. –Bienvenida
a la mente de tu novio, él te tiene en un muy alto estándar; ya te habrás dado
cuenta de eso-
-No es la primera vez en el día que me lo dicen o lo
entiendo así- No estaba muy alegre para contestarle de buena manera.
-Así como sabrás, tu amado está muriendo y como habrás
supuesto por la información que te dieron, es porque alguien está fuera de su
lugar. En este caso el mentiroso tomo mi lugar un día que salió de su celda y
por razones que desconozco me embosco, noqueo al igual que a ti y luego me metió
a su celda quitándome mi ropa y encerrándome. La verdad nunca había estado
encerrado ya que soy lo más importante que tiene la personalidad de tu novio pero;
es incomodo, oscuro y aburrido sobre todo- Sus labios brincaron con un gesto de
suspiro y labios pegados –También desconozco cuanto tiempo nos queda…-
Me lleva, lo que más
me importaba.
-… pero si se porque nos nuestro móvil, es decir, tu novio, está
en un estado en coma y también se cómo puedes salir de esta celda sin causar
mayor caos-
-¿Y cómo planeas que lo haga si es que me puedes decir?- Mi
mal humor se había apoderado de mi voz.
-Pues porque se perdió el equilibrio, yo era lo más
importante no él y al tomar mi lugar la central noto la diferencia y sucumbió;
y como una computadora, planea restaurarse pero esta no volverá a funcional. Sé
que eso apesta, pero así son las cosas aquí adentro- Lo dijo y pensó antes que yo, aun así; ¡eso apesta!
-¿Y cómo salgo de aquí querido?- Ya me había dejado de sobar
la cabeza pero ahora le tomaba la mano con mis dos manos.
-Es lo más simple dada la situación en la que estamos, pero
lo que más te desagrada. Dependemos de los doctores que te enviaron aquí adentro,
que se les ocurra mandar la sensación de mentir y con eso, esta celda se abrirá
y saldrás libre al igual que yo. También apesta eso, nunca había dependido de
alguien o de algo-
-¿En serio? ¿Solo así? En verdad eso es pura mierda; perdón
pero lo es- Lo había soltado y ahora estaba parada dando vueltas en mi celda
como si fuera un animal encerrado. -¿Y luego qué? ¿Qué hago saliendo?-
-Eso hermosa mía, ya lo sabes. Y por cierto vete poniendo cómoda
porque esto podría tardar o nunca pasar, la verdad- Y se recostó en el piso.
-Ya lo sabías, pero te odio- Resignada me acosté en la cama.
Des pues de un rato y ya un poco menos enojada.
-Gracias por dejarme la cama, por cierto-
-No hay porque, eres mi novia y la única que me puede
salvar. Gracias a ti por entrar, tratar y arriesgarte. Te amo preciosa, eres
única-
Como lo amo, pero también
como lo odio. Por favor doctor, piensa y has todo lo que puedas, vamos.
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