viernes, 23 de septiembre de 2011

Calcinado.

Corría detrás de él en el pasillo del hotel tan lujoso. Por simple coincidencia alguien podría salir de su cuarto y verlo ahí, corriendo con la boca tapada y derramando sangre por sus brazos.


Encontrarlo no fue problema, le gusta la extravagancia y el despilfarro de dinero; por suerte sus gustos incluyen el mismo hotel al que llega siempre que viaja y al final pide la misma habitación para hacer sus fechorías. La violación, ahora lleva 5 y esta noche se espera la sexta…

Entraba por la puerta principal con su traje fino y zapatos de charol, siempre disimulando una sonrisa picara y un moviendo la cadera extraño. Se dirigía directamente a la recepción y preguntaba si había mensajes para él, y aunque sabía que no tenía la necesidad de hacerlo por un trastorno de presencia que le había diagnosticado su psicóloga.

Era integrante de una asociación secreta de “acompañantes”, pero él era más que el señor risueño del hotel o el integrante de una asociación. El conseguía las mujeres para explotarlas sexualmente y luego claramente, cuando sus clientes ya estaban satisfechos, las asesinaba a sangre fría sin antes golpearlas, violarlas y provocarles una muerte lenta y horrenda.

Su proceso no era complicado, un socio suyo le mandaba al hotel a las mujeres que ya no servían y luego en el hotel era donde las convencía de que iban a ir a otro lado para que ella ganara mejor y luego violarlas para luego, llevarlas a un almacén donde ocurriría el horror.

Si no había mensajes nuevos no importaba, se iba a su habitación y no hacía más revuelo; pero cuando llegaba uno, sabía que era de su compañero de trabajo y se alistaba para recibir al futuro cadáver calcinado. Y ese día había un nuevo mensaje para el dueño de la habitación 237.

Subió apresurado a su habitación, donde solamente pude ver que prendía la luz ya que cerró las cortinas. Esa era mi señal de actuar.

Salí del auto estacionado fuera del hotel y me dirigí al edificio lleno de luces y decorado elegantemente. El portero me abrió la puerta y me hiso un gesto de saludo, llevaba en mi mano una bolsa donde estaban mis instrumentos como la jeringa y el famoso suero de 3 horas.

Subí por el elevador junto con una mujer de vestido rojo y rasgos muy definidos, muy bonita en el aspecto general, pero se notaba algo nerviosa ya que sudaba y constantemente pasaba su lengua por sus labios rojos para humedecerlos.

El elevador se detuvo en el tercer piso y la mujer camino rápidamente por el pasillo, de igual manera yo me baje pero más tranquilo. Miraba de reojo las puertas del pasillo hasta que calcule donde estaba la 237 pero en eso vi a la mujer de rojo parada enfrente de una puerta esperando a que le abrieran, en eso dio un paso adelante y desapareció entre la pared. Era la 237.

No creí que manejara mujeres de ese tipo, pensé que eran algo “diferente”, no ese tipo. ¿Cómo un hombre podía matar a una mujer así? Pero la pregunta más importante me llego de golpe ¿Ahora que, ya no está solo?

Pasaron más que quince minutos en los que estuve parado en el pasillo tratando de pensar en algo, sin que tuviera que involucrar a alguien más, cuando de pronto la puerta del cuarto donde había entrado la hermosa mujer se abrió bruscamente y salió corriendo en hombre con la boca tapada y los brazos cortados que claramente sangraban.

Me vio parado en el pasillo y corrió en dirección contraria a la mía y seguido de él la mujer de rojo que sostenía un cuchillo manchado de sangre.

Corría detrás de él en el pasillo del hotel tan lujoso. Por simple coincidencia alguien podría salir de su cuarto y verlo ahí, corriendo con la boca tapada y derramando sangre por sus brazos.

Logre alcanzarlo y tirarlo de sobre el piso, esté forcejeo un rato hasta que logre noquearlo con un golpe a la mandíbula. En seguida llego la chica y me ayudo a cargarlo dentro de la habitación. Lo dejamos en la cama y regrese al pasillo por mi maleta de donde saque la aguja y le inyecte la dosis para dormir de tres horas.

La mujer había cerrado la puerta y ahora me miraba fijamente sin saber que hacer al igual que yo, hasta que dijo “hay que sacarlo” y asentí con la cabeza. Tome una maleta del cuarto y metí su cuerpo en ella. Lo sacamos fuera del hotel y nos subimos a mi auto donde nos dirigiríamos al almacén que él usaba.

Era un lugar oscuro y sucio, abandonado; no había pintura pero si muchos rastros de sangre en el piso de tierra y en las paredes obscuras. Abrimos la maleta, sacamos su cuerpo y lo colgamos a una cadena oxidada que había. Al poco rato despertó y se estremeció.

Los dos lo vimos con cierta gracia hasta que la joven le clavo un cuchillo en el estomago, esto lo estremeció aun más, la sangre goteaba y no dejaba de sacudirse como un pescado recién sacado del agua. Después tome una lata de gasolina y lo rocié en ella, para luego prenderlo en fuego.

El movimiento de su cuerpo se detuvo luego de cinco minutos de estar en fuego y como si se rompiera su cuerpo cayó por si solo al suelo, ya calcinado.

Sabíamos que éramos cómplices de su muerte, pero también que no íbamos a hablar de eso, nunca, con nadie.

Tomamos nuestras cosas y nos fuimos en direcciones separadas. Ella trataba de vengarse y yo de vengarlas.

sábado, 17 de septiembre de 2011

La prueba de la servidora.

Si crees que las sexo servidoras son asquerosas y estúpidas y eres de mente cerrada. ¡Cierra esta página! Este texto no es para ti.

Son personas tan integras como cualquiera y tienen un trabajo tan respetable como un doctor o un maestro. Tal vez no tengan un salario fijo pero se juegan la vida día y noche para ganar algo de dinero.

Más que una prueba sería una investigación experimental ya que, se conocerá a la trabajadora y a su trabajo porque aun en estos días se sabe muy poco.

El propósito es romper con ese prejuicio que aun la gente tiene hacía el trabajo de compañía sexual. Nota importante, en el experimento no se pretende tener un encuentro sexual.

El experimento nació un día por la noche al transitar por la línea 2 en las estaciones aledañas a Xola al ver a un par de mujeres paradas en una esquina de una calle platicando con un dueño de un puesto ambulante de fruta.

Experimento:

El sujeto tendrá que llegar en auto a cualquier esquina de una calle cercana al metro Xola, ahí empezara a buscar a x servidora. Tras haber negociado la cantidad de dinero a dar por 24 horas, la mujer se subirá al auto aun sin saber que no ejercerá su trabajo.

Se le invitara una cena romántica a un restaurante y luego a caminar por algún lado. El sujeto platicara con ella acerca de él y también le preguntara acerca de su trabajo.

Al final se le invitara a dormir, solo a dormir en una cama por aparte del hombre. De ahí se podrá realizar la segunda parte de la investigación si es que la servidora amanece en la habitación; si no lo hace se repetirá la noche anterior pero con otra hasta que alguna amanezca.

Desayunaran y tendrán un día como si fueran amigos. Normalmente o eso creo las mujeres que ejercen este trabajo no tienen ninguna pareja sentimental, así que eso no será ningún problema emocional.

Ya que hayan pasado las 24 horas se regresara a la mujer a su lugar de trabajo y el sujeto le dará su teléfono para que lo vuelva a contactar.

Análisis:

Si la muer contacta al sujeto es que esta tuvo una reacción y sería un éxito el experimento, que ya no lo sería por que pudiera surgir una relación real.

Al público:

¿Tendrías una relación de cualquier tipo con una sexo servidora?

¿Qué piensas acerca de este trabajo?

sábado, 10 de septiembre de 2011

No puedes ver a la novia antes de la boda o mejor aún, nunca la vas a volver a ver.

Parecería de una historia de Hollywood o de una novela mexicana de lo más pirata; pero no, es un hecho verdadero del cual me arrepiento, me entristece y me provoca un odio al sexo femenino.

Son de las pocas ocasiones en las que a una persona se le hace con su ser máximo, con la persona con la que quería, con la mujer más hermosa que pudo haber. Se dio la relación, como malos y buenos momentos pero muy felices. Luego, yo sufría mucho hasta que en un intento de regresar le dije que no (aun me arrepiento, pero ni modo, son cosas de la vida). Yo seguí mi vida, intentando vivirla pero aun teniendo comunicación con mi princesa.

No hace mucho ya había comentado una de las mayores fatalidades de la juventud actual, la promiscuidad y la ignorancia, hasta la estupidez de los jóvenes al embarazarse; pero quiero pensar, en serio quiero y deseo que esa no sea la razón por la cual la princesa del cuento se vaya a casar a su corta edad, aunque es lo más obvio y lo que más he oído en los últimos días. Que pendejes tan grande.

Dicen que el amor verdadero te lleva a una felicidad infinita y a una vida prospera, espero que sea verdadero porque si no, que robo. ¿Cómo es que una niña aun puede saber que ha encontrado a su amor verdadero? Si, es posible pero ¿casarse? ¿Acaso ya no piensas vivir más? porque es así de fácil.

Dices que llevas diez años soñando con este día y organizándolo ¿será como lo imaginaste, a esta edad, en estas circunstancias?

La última vez que te vi fue algo instantáneo, te abrasé fuertemente y desee que ese momento no acabara, pero solo dije “cuídate” y me fui. ¿Fui un estúpido? Si ¿Por qué lo hice después de todo lo que pienso? Porque la amo.

Luego de ese día, la reina que yo quiero me pidió salir con ella para hablar. Asustado, nervioso y entristecido le dije que no; aparte de que tenía cosas que hacer no quería y no aguantaría ver a la novia antes de su boda.

No conozco a su prometido, solo he visto, pero ha de ser un pendejo (perdón) al hacer algo así. Con que ganas la gente se echa a perder la vida, drogándose, poniéndose borrachos, embarazando mujer con un futuro mejor del que ahora tienen y tomando una decisión tan grande, tal vez no dure pero cuenta.

Tal vez me arrepienta de publicar este texto pero es lo que pienso.

¿Voy a ir a la boda y voy a aceptar ser el padrino? No, no podría.

sábado, 3 de septiembre de 2011

Te amo perro, can, ser vivo, integrante de una familia.


A través de los años los humanos siempre han estado acompañados por unos seres que siempre han sido y serán fieles a nosotros. Desde nuestro origen en la isla de Texcoco, cuando los míticos aztecas viajaban hacia lo que hoy conocemos México, fueron acompañados por cuadrúpedos milagrosos, gentiles y los mejores seres vivos que habitan en el planeta. Los perros.

Me siento agradecido ante la vida de haber conocido tan gentiles seres vivientes, ya que desde que tengo uso de memoria, siempre he estado acompañado por ellos. A continuación explicare el porqué de este tan gentil texto.

Desde antes de mi nacimiento ya existían dos de los originales perros, que gracias a ellos logre aprender y apreciar. El primero fue Shuster; como el gran director técnico del genial Real Madrid, sino es que me equivoco. Estuvo presente gran parte de mi infancia y pubertad, lo vi crecer y madurar. Aunque no era mío logre quererlo como a un integrante de una gran familia. Paso su vida a lado de un hombre que ha amado y cuidado a los perros, mi abuelo; Shuster era un esnauser de mediana altura, de pelaje gris y carácter duro, aunque siempre dormía en los sillones. Hace dos o tres años falleció de la alta edad que tenía, padecía desnutrición y ceguera, como cualquier otro animal a su edad. Llore ese día que me entere y ahora lo estoy haciendo, escribiendo este texto, aun no lo olvido.

La segunda fue Titina, también de mi grandioso abuelo. Recuerdo que cuando eran reuniones en casa de mi abuela y cuando bailaba con ella, Titina se acostaba debajo de la mesa de la sala y me mordía las piernas; tal vez eran celos pero aun así la quería, nunca supe que paso con ella; pero fue parte de una gran experiencia. Desconozco su raza pero era de mediana altura, pelaje negro con blanco y dientes afilados.

Luego de esos dos perros tan opuestos, conocí al Margarito. El perro más carismático y agradable con el que he estado. Siempre que llegaba a la casa de mis primos era lo primero que veías, al Margaro brincando precipitadamente y luego acostándose para que le rascaras la panza. Siempre era fiesta con él, con su enorme diente saliendo de su hocico aunque este lo tuviera cerrado. Es un perro pequeño y peludo entre negro y blanco, fue operado una vez porque lo atropellaron y le tuvieron que poner tornillos, pero ya está bien; jugando, brincando, acostándose, dejando que mi prima le pinte el pelaje de rosa y luego ser un súper héroe de las bolsas de plástico. Es un gran perro que aunque ya esta grande no deja de sorprendernos.

Durante mis viajes al extranjero conocí a uno de los más inteligentes seres en este mundo aunque su nombre no lo amerita mucho, Bobo el perro canadiense que miraba con asombro. Es chiquito, blanco y muy cariñoso. Siempre que entraba por la puerta de la casa el ya estaba brincando y ladrando avisando que alguien había llegado; pero eso no es toda su inteligencia. Cuando quería jugar pelota o salir a la calle, traía a los pies de su dueña el juguete o la correa para pasearlo. También cuando lanzabas la pelota le podías decir “stop” y se detenía pero siguiendo la pelota con la mirada y luego “go” y corría velozmente por la pelota, la tomaba y te la devolvía. “Kill the Kiry” le decías para saliera disparado a morder al gato de su hijo, este no era muy agradable; el gato quiero decir. Y cuando quería ir al jardín a hacer sus necesidades fisiológicas, se paraba en frente de la puerta y empezaba a brincar y rascar la puerta; cuando le abrías salía pero enseguida regresaba y esperaba al otro lado de la puerta para que le abrieras. Es un perro increíble.

Ringo antes Pancho, no estuvo con nosotros por mucho tiempo, pero que latoso era. Era un perro eléctrico como quien dice y adoptado. Tras la muerte de Shuster y tres años después mi abuelo decidió adoptar a un can de la cruza de un pastor alemán y otro de por ahí. A mi abuela no le agradaba mucho y eso junto que se comía sus plantas y hacia desastres por donde pasaba y otras cosas que pasaron en esos momentos termino desapareciendo. Solo espero que ahora este bien.

Mi tía Virginia también tiene esa gran afición por los canes que yo así que decidió regalarle a su pareja el perro más grande del mundo, Jaco. No tengo muchas palabras para el pero llamaba mucho la atención y era muy divertido.

Hoy es Rango el nuevo integrante y hoy estuvo mordiendo mis agujetas de mis tenis.

Pero el mejor de todos el que siempre ha estado a mi lado, con el que eh reído y llorado. Él sabe todos mis problemas, él me entiende, él es mi amigo, mi mejor amigo; Arnold, hijo de Shuster.

Lo conocí en una caja a un par de mese de su nacimiento y ese mismo día jugamos bajo la mesa de mi abuela. En el regreso a mi casa fue cuando decidimos el nombre, en ese entonces a mi hermana y a mí nos gustaba mucho la caricatura de Hey Arnold ¡el niño cabeza de balón. Aun recuerdo cuando jugaba con él en el pasillo de mi departamento con una pelota y también en la sala cuando me sentaba en el piso y me mordía hasta que mi mamá me regañaba y me mandaba a lavarme la cara. También cuando en mis días tristes iba a la cocina y le contaba mi problema, como si me entendiera me hacía sentir mejor y lloraba a su lado; y aunque no tuviera un problema le decía que era muy especial para mí y que lo quería mucho, aun se lo digo.

He jugado con él y reído de igual manera, lo perseguí un millón de veces alrededor de la mesa para que me diera la pelota y se pudiera volver a lanzar, pero nunca me la daba voluntariamente. Hemos visto millones de películas y partidos de futbol juntos, hemos gritado y sufrido juntos. También lo he abrazado tan fuerte que se harta de mí. Tenemos tantas anécdotas juntos que cuando me acuerdo simplemente sonrió y me no evito una carcajada.

Hoy a sus 70 años perrunos nunca me he enojado con él. Nunca lo he visto con horror y nunca le he pegado sin arrepentirme. Es lo mejor que me ha pasado y es lo mejor que he conocido. Sé que no falta mucho para que se vaya pero aun así siempre lo he amado como desde que lo vi. Nunca dejo de acariciarlo y decirle como lo quiero.

Creo que tengo más fotos de él que de mi madre.

Te amo perro, can, ser vivo, integrante de una familia. Te amo Arnold.