sábado, 28 de junio de 2014

Falta de pasión.

¿Cómo hablar acerca de esa bella mujer que me mira con esos ojos indescriptibles de encanto, con ese cabello de color café claro que le cubre medio rostro, con ese dedo de color claro y de uña negra que toca tu labio inferior seductoramente? ¿Cómo hablar de las maravillas de una acompañante que se entromete en tu vida y no la deja en paz? ¿Cómo hablar de ese amor que ilumina a la humanidad y que detiene el tiempo a su exigencia? ¿Cómo describir esos sentimientos encontrados y expresados en letras, ya que en palabras no hay manera? ¿Cómo?

¿Cómo hablar de esa pasión y euforia de tener el control de una situación? ¿Cómo hablar de ese color rojo tan encantador y maravilloso en su propio significado para la vida humana y para la mística antigua? ¿Cómo hablar de tomar ese miedo, ese sentido de fuerza y de hacer lo que sea para desaparecer a los demonios internos y externos de la mente y de las calles? ¿Cómo hablar del odio a uno mismo o a la creación de un ser todo poderoso? ¿Cómo?

¿Cómo escribir de esa sensación cuando expones totas tus fuerzas al máximo, cuando cierras los ojos con mucha presión y oprimes esa mandíbula con los labios con todo lo que tienes tratando de dar todo lo que tienes? ¿Cómo escribir ese hormigueo en las extremidades y esa paz en el interior cuando sabes que has dado más de lo que tu cuerpo puede? ¿Cómo dar esa motivación para dar más y expulsar un grito sordo mientras tu cuerpo te pide descanso pero tu corazón sigue bombeando energía y adrenalina en lo que tu voz interior de tu cerebro te grita para que concluyas lo que empezaste? ¿Cómo?

¿Cómo seguir delante de todo esto? ¿Cómo seguir ocultando todo? ¿Cómo seguir un camino con una máscara? ¿Cómo engañarte día a día de que puedes dar más? ¿Cómo poderte ver al espejo y dejar de odiarte o aceptarte? ¿Cómo sonreír o llorar? ¿Cómo motivarte o dejarte de llevar por ese agujero que tiene tu nombre escrito y al que nadie iría si saben en verdad quién eres? ¿Cómo fingir que todo está bien y sonreír? ¿Cómo no romper en llanto o indignación u odio? ¿Cómo dejar todo en paz? ¿Cómo?

¿Cómo vas a seguir adelante mi amigo?

viernes, 20 de junio de 2014

La chica de la ventana.

No estaba enamorado de la puerta, no estaba enamorado de los arbustos florecientes que sobresalían de la fachada color crema; no estaba enamorado de la casa de dos pisos con múltiples ventanas y una puerta de madera de madera que estaba detrás de un enrejado oscuro.

No estaba enamorado de como la luz del día caía sobre un costado del hogar y conforme iba cayendo la noche las estrellas y la Luna iluminaban de una forma glamorosa cada rincón de ese hogar de concreto con techo de teja roja y una alta barda que la cuidaba de sujetos como yo, de sujetos indignos a su presencia.

No estaba enamorado de la chica que vi asomarse un día por esa ventana mientras peinaba su largo y ondulado cabello castaño, no estaba enamorado de esos ojos azules que buscaban algo fuera de ese hogar más allá de la barda que la protegía.

No estaba enamorado de la idea de un día verla afuera de su hogar y animarme a hablarle. No estaba enamorado de la idea de que me dedicaría una sonrisa o incluso un par de palabras. No estaba enamorado de ella por su belleza superficial; no lo estaba.

No sabía quién eras ni a lo que te dedicabas. No te conocía en lo absoluto, pero sabía que eras algo más que una dama que se asoma por la ventaba  buscando algo que te interese. Tal vez la llegada de un familiar, de un amigo o amiga, de un novio; no lo sé, yo solo volteaba a ver esa ventana esperando que ese día te asomaras buscando algo.

miércoles, 18 de junio de 2014

Nueva cara.

El lugar donde hago la mágica, donde digo lo que tengo que decir, donde lloro sin parar, donde las carcajadas se hacen presentes, donde puedo mirar a la ventana y esperar a que empiece a llover; donde soy libre.

No oculto nada a nadie, no tengo que ocultar; la gente me conoce y si me lee sabe que no soy común o una buena o una mala persona. Esa es la razón del desnudo ante la pantalla, ante las letras que después se vuelven las palabras.

Ni4; mi lugar de expresión de la locura interna.

Bienvenida nueva cara de mi hogar.

Un año más y suman cuatro.

Tu que decidiste empezar a escribir con una motivación en la cabeza; con tantas cosas que decir a los demás y con tantos problemas que despertaron al presionar la primera tecla.

Hoy solo te quiero decir una sola cosa; algo que ya sabías y algo que te mereces por el esfuerzo que has hecho en tu vida: Te odio con todo lo que tengo. Eres mi más grande meta a superar, eres la motivación que veo día a día tras el espejo y eres lo que más quiero cambiar en este mundo.

Este no ha sido un año fácil pero a pesar de eso le agradezco a todos los lectores por quedarse y ver como un ser humano tan simple es algo tan complicado. Gracias a las mujeres y hombres que me motivaron en escribir historias y gracias al tiempo de ponerme en donde tenía que estar.

Un año más, un año que tal vez sea el último o un año de entre las decenas que me faltan. No lo sé, nunca lo supe; pero por mi mejor amigo que está en el cielo esperándome, no voy a bajar los brazos ni voy a dejar de sonreír ni de ser quien soy aunque me odie con todo mi corazón podrido que tengo ni con mi mente problemática llena de más recuerdos malos que buenos.

Falta mucho por caminar, falta mucho que ver, falta mucho porque llorar y reír, falta mucho por conocer y falta mucho por que entregarme hasta que este tendido en el piso pidiendo aire en los pulmones.

Felicidades, lo lograste. Aguantaste un año que fue muy accidentado, lento y hasta poco creativo.

Al principio no sabía si iba a poder seguir con mi proyecto de este blog por si quiera un mes y mira… ya eres todo un ser bien formado.

Gracias a ti no he sucumbido y he demostrado más de lo esperado. Gracias a ti he sentido, he llorado y he reído. Gracias a ti he dicho lo que en palabras no puedo. Gracias a ti he hecho lo que en mis manos no cabe. Gracias a ti me he levantado y también me he caído. Gracia a ti puedo soñar despierto.


Gracias a ti he crecido y junto a ti he envejecido. Cuatro años que se han ido, pero por los que quedan, no voy a dejar de usar un teclado para decir lo que no puedo. 

Espero poderte felicitar en tu quinto cumpleaños y si no es así. Gracias por existir.

Gracias a ustedes por estar ahí, en algún lado leyendo. 

Podemos ser mejores, debemos ser mejores. Trascendamos juntos.
Gracias.

martes, 10 de junio de 2014

Una sonrisa de cumpleaños.

-Un anuncio muy importante a todos los habitantes de este condominio, un aviso al que quisiera  prestaran atención. Solo les pido un minuto de su valioso tiempo con sus hijos, con sus padres, con sus esposas y esposos y con sus amantes.- En el edificio se hiso el silencio, los perros dejaron de ladrar y los gritos de los niños cesaron.

 -En mis manos traigo a uno de sus vecinos el cual se ha portado muy mal y merece ser castigado; por lo cual les pido que no salgan de sus casas en las próximas horas ya que si lo hacen sufrirán el mismo castigo que él- Aun el silencio era sepulcral en el lugar.

-Tal vez escuchen ruidos extraños, gritos y risas; así que no se alarmen, no durara mucho el escándalo. Si por algún motivo se llegan a asustar por lo que escuchan, les invito a que llamen a la policía ya que el sujeto que está atado de manos, pies y de la boca, el que está en estos momentos recargado en mis piernas con los ojos llorosos y con ganas de gritar pidiendo ayuda morirá en breve. Pero no se alarmen, mientras sigan en sus hogares ustedes saldrán bien- Fueron unos breves segundos en lo que se escuchó como las cerraduras de las puertas eran puestas y las ventanas cerradas.

-¿Escuchaste eso? Ellos si entendieron el mensaje y por eso, no serán tus acompañantes el día de hoy. Que egoístas ¿no lo crees?- Le dije con una sonrisa mientras me miraba con los ojos  hinchados y llenos de lágrimas.

-Ahora vamos que te tengo que subir por las escaleras y ni creas que te voy a cargar así que será placentero para ti el sentir los escalones en tus piernas como lo último que sentirás- Lo tome de los hombros por la espalda y lo empecé a jalar subiéndolo poco a poco hasta el tercer piso donde mi víctima vivía. Llegando a la puerta lo levante un poco y lo deje caer al suelo, estaba algo cansado.

-No tengo condición, me canse- Solté un pequeño suspiro y aplaudí como muestra de victoria.- Ahora, las llaves por favor- Estire mi mano- ¡Ah! Que estas atado ¿verdad? Lo siento se me olvida a veces- Me agache y busque entre las bolsas de su pantalón hasta que las encontré.

Abriendo la casa metí su cuerpo a jalones y volviéndolo a azotar al final; cerré la puerta con un movimiento con la pierna.

-No es que no quisiera poner la cerradura pero no quiero que los polis lleguen retrasados a nuestra cita por una tontería como esa-

Camine a su alrededor mirando el modesto departamento en el que habitaba el sujeto que estaba en el piso llorando.

-Nada mal, me gusta tu hogar, es… acogedor, colorido y sencillo- Lo tome del rostro y lo levante acercándolo a mi cara -A mí me gusta la sencillez- Lo solté y se golpeó la nariz sin piedad con el piso de madera.

Tome una silla de su sala y la puse enfrente de él sentándome.

-Vamos a ver. En unos minutos nuestros amigos vendrán a nuestra gran fiesta, tendré globos preparados para ellos, confeti para recibirlos, música viva para que bailen y una rica y deliciosa agua de Jamaica. Cero alcohol, no quiero que haya problemas por aquí a causa de esa cosa- Mi tono de voz era alegre y hacía movimientos con las manos describiendo mi emoción aunque mi invitado no pudiera verme ya que solo veía el suelo.

-Vamos a ver, debes tener algo interesante por aquí con lo que me pueda entretener en lo que llegan las visitas. ¿Te importa si entro a la cocina a ver?- Solo escuchaba sollozos y palabras que no lograba entender por la cinta adhesiva en su boca.

-Sabía que no te importaba, gracias- Me levante y fui directo a la cocina prendiendo la luz y mirando a mi alrededor.

-¡Pero qué bonita cocina! ¡Me encanta!- Mi tono era femenino sobreactuado –Y más este sartén, aquí debiste hacerte tus huevitos estrellados. Te lo voy a enseñar para que veas de cual hablo-

Regrese a donde estaba, tome otra silla y cargándolo lo senté en ella. No paraba de llorar y la nariz se le estaba poniendo roja por el golpe contra el piso.

-Ahí mi amigo, te vez fatal ¿qué te hiso la vida?... Ah, ya me acorde. Pero mírame yo estoy tan campante que ni yo me la creo, no me sentía así hace minutos y mira, este es el sartén del que te hablaba- Se lo mostraba con el mango en mano y girándolo lentamente mientras lo veía hipnotizado hasta que deje de hacerlo y mire a los esos ojos rojos e hinchados y con una sonrisa le dije –Deja te preparo algo para que te sientas mejor- Me levante de mi lugar y agarrando con fuerza el mango del salten lo balanceé hacia el rostro del hombre que estaba en la silla golpeándolo con fuerza  haciendo que cayera y provocando un grito ahogado en él. Ya en el piso lo seguí golpeando hasta que me canse.

-Ahí mi compadre Jesús, eso fue exhaustivo- Solté el sartén sobre su cuerpo adolorido haciendo el único ruido en mi habitación y mire mi reloj –Bueno, ya es hora mi amigo y creo que…- a lo lejos se escuchaban patrullas llegar al lugar rápidamente –Si, ya llegaron los invitados y yo todavía no limpió la casa ni me baño. Ni modo se tendrán que conformar con este muñeco y tú, mírate ahí tirándote en el piso con la nariz y la boca sangrante y de seguro con los brazos y una que otra costilla rota; te debería dar vergüenza al recibir a la gente así. Malagradecido, después de que te vienen a salvar; me das pena ajena- Espontáneamente le di una patada que hizo que girara y se quedara viendo al techo.

Me pare encima de él y me acerca a su rostro.

-Mi amigo, creo que es hora; levántate y prepárate que esto va a ser interesante- Lo cargue y lo regrese a la silla. Alguien comenzaba a hablar por el alta voz:

Sabemos que estás ahí dentro con un rehén, suéltalo y no habrá problemas. Solo queremos hablar contigo.

Mi risa fue incontenible.

-¿Escuchaste eso? Vamos a ver si pueden con esto- Tome una tercer silla y la avente a una ventana rompiéndola y haciendo que la silla cayera fuera del edificio. Me acerque y pregunte:

-¿Cuántos son?-

Muchos, así que mejor ríndete.

-Y si son tantos ¿Por qué no hablan entre ustedes?- Al final de la frase no pare de reír y cuando pude contenerme dije –Y no dijo nada ¿vez? No dijo nada el poli- Me volvía a acercar a la ventana y grite de nuevo.

-¿Por qué no me contestaste?-

¡Ríndete, ya!

Me acerque al sujeto en la silla y le dije –Que cagado esté wey ¿no crees?- Lo tome de la nuca y moví su rostro en forma de aceptación –Sabía que ibas a decir que si-

Por última vez me acerque a la ventana.

-Ven mi amigo, esto es una fiesta. Tenemos globos, música, baile y agua de Jamaica que esta para que te mueras. Vengan todos, es la fiesta del siglo y nadie se la debe perder-

Fui a la cocina, tome el cuchillo más grande que encontré y me senté enfrente del pobre hombre golpeado.

-No tardan en subir y tocar la puerta y yo preguntare que quien es y ellos dirán que la policía y yo les diré que qué quieren y ellos se miraran entre ellos y al final dirán que a mí y les diré que no estoy y al final tu saldrás vivo porque no estaré aquí. ¿Te gusta ese plan?- Mi tono era de seriedad y él lo entendió y con la fuerza que tenía logra asentir con el rostro.

-Pues a mí no y ¿sabes algo? Hoy es mi cumpleaños y quiero que sea espectacular, como ningún otro y tu pues… no quiero que me la arruines; ya me has arruinado lo suficiente y a las personas que te rodean como para que estés en esta festividad. No mereces estar aquí.- Me levante de mi lugar y firmemente parado tome el cuchillo con fuerza.

Se escuchaba ruido fuera del departamento, ya estaban en el piso y en minutos entrarían.

-Creo que es hora de despedirnos. Fue un gusto haberte conocido, haberte cazado y el tiempo que pasamos juntos; que fue a lo mucho una hora, pero que demonios; así es la vida. Nos veremos en el infierno-

Raídamente y con un solo movimiento pase el cuchillo por su cuello y al mismo tiempo la puerta era derrumbada por policías que entraban al lugar apuntando con sus armas y gritando “quieto, no te muevas, suelta el cuchillo”.

Solté el cuchillo ensangrentado y me lleve las manos a la nuca poniéndome de rodillas.

Los policías estaban quietos mirándome mientras medio cuello del hombre que estaba frente a mí se deslizaba hacia abajo hasta que caía al piso y rodaba por el suelo para al final quedar con el rostro de lado viendo a los policías. El resto del cuerpo cayo después derramando sangre como un garrafón que cae de lado al suelo.

-Creo que se le subió muy rápido, pero miren el lado bueno; el agua de Jamaica si esta para morirse- Nunca deje de sonreír.