miércoles, 31 de julio de 2013

Dentro de mi mente. Parte 6.

¿Qué me pasó? Me duele espantosamente la cabeza y todo está oscuro. Espera un momento, ¿Dónde estoy? ¿Qué me hiso ese mentiroso?

Me trate de levantar pero estaba aturdida y lo único que pude lograr fue sentarme en la orillada de una cama.

Caramba, mi cabeza me duele. Ese bastardo me pego espantosamente. ¡Ah! Duele.

-Trata de no moverte mucho, ese golpe en la cabeza estuvo denso, tanto que hasta te noqueo. Respira hondo y sácalo lentamente. Te sentirás mejor- Una de las tantas voces familiares me hablaba, tenía un tono de voz diferente, tranquilo, positivo.

Espero que seas la real razón de mi amado.

Sobándome la nuca, reclinada y con un ojo abierto le pregunte:

-¿Quién eres? Dime por favor que eres la razón- Carajo ese golpe me está dejando marca.

Rió un poco y dijo:

-Así es, soy la razón, la verdadera razón. No aquel que se merodea por todo el lugar fingiendo ser yo; él es el mentiroso, el real mentiroso del sitio. Aunque creo que eso ya lo sabías- Se inclino a mí y puso su mano encima de la mía tratando de curarme del golpe con su tacto. –Bienvenida a la mente de tu novio, él te tiene en un muy alto estándar; ya te habrás dado cuenta de eso-

-No es la primera vez en el día que me lo dicen o lo entiendo así- No estaba muy alegre para contestarle de buena manera.

-Así como sabrás, tu amado está muriendo y como habrás supuesto por la información que te dieron, es porque alguien está fuera de su lugar. En este caso el mentiroso tomo mi lugar un día que salió de su celda y por razones que desconozco me embosco, noqueo al igual que a ti y luego me metió a su celda quitándome mi ropa y encerrándome. La verdad nunca había estado encerrado ya que soy lo más importante que tiene la personalidad de tu novio pero; es incomodo, oscuro y aburrido sobre todo- Sus labios brincaron con un gesto de suspiro y labios pegados –También desconozco cuanto tiempo nos queda…-

Me lleva, lo que más me importaba.

-… pero si se porque nos nuestro móvil, es decir, tu novio, está en un estado en coma y también se cómo puedes salir de esta celda sin causar mayor caos-

-¿Y cómo planeas que lo haga si es que me puedes decir?- Mi mal humor se había apoderado de mi voz.

-Pues porque se perdió el equilibrio, yo era lo más importante no él y al tomar mi lugar la central noto la diferencia y sucumbió; y como una computadora, planea restaurarse pero esta no volverá a funcional. Sé que eso apesta, pero así son las cosas aquí adentro- Lo dijo y pensó antes que yo, aun así; ¡eso apesta!

-¿Y cómo salgo de aquí querido?- Ya me había dejado de sobar la cabeza pero ahora le tomaba la mano con mis dos manos.

-Es lo más simple dada la situación en la que estamos, pero lo que más te desagrada. Dependemos de los doctores que te enviaron aquí adentro, que se les ocurra mandar la sensación de mentir y con eso, esta celda se abrirá y saldrás libre al igual que yo. También apesta eso, nunca había dependido de alguien o de algo-

-¿En serio? ¿Solo así? En verdad eso es pura mierda; perdón pero lo es- Lo había soltado y ahora estaba parada dando vueltas en mi celda como si fuera un animal encerrado. -¿Y luego qué? ¿Qué hago saliendo?-

-Eso hermosa mía, ya lo sabes. Y por cierto vete poniendo cómoda porque esto podría tardar o nunca pasar, la verdad- Y se recostó en el piso.

-Ya lo sabías, pero te odio- Resignada me acosté en la cama.

Des pues de un rato y ya un poco menos enojada.

-Gracias por dejarme la cama, por cierto-

-No hay porque, eres mi novia y la única que me puede salvar. Gracias a ti por entrar, tratar y arriesgarte. Te amo preciosa, eres única-

Como lo amo, pero también como lo odio. Por favor doctor, piensa y has todo lo que puedas, vamos.


lunes, 29 de julio de 2013

Dentro de mi mente. Parte 5.

No puedes confiar en este sujeto de traje aunque tenga el rostro de tu amado y sea una parte importante de su mente, o eso dice. No es verdadero lo que me está diciendo aunque una parte de mi me pide que confié en él; pero lo que me sigue sin caer en mi total confianza es que me mintió o ¿acaso es verdad? No sé qué pensar, no sé qué creer; estoy sola. Sé que él miente pero, ¿y si me equivoco? El tiempo se me está acabando y cada vez este lugar está perdiendo más el control. Debo sacarle la verdad.

-¿Por qué tan pensativa y callada?- Me pregunto mi novio.

Debo de saber quien está mintiendo, debo obtener la verdad, debo…

-¿Qué? No nada, es… todo esto, no lo logro creer- Algo me estas ocultando.

-Lo entiendo- Se sintió satisfecho -¿Alguna duda? ¿Algo que quieres saber o a alguien a quien quisieras conocer?- Dijo con una sonrisa en el rostro.

¿Por qué sonríes? Tu mundo se está acabando ¿Qué no logras entender? ¿Acaso me estas tratando de distraer? No tengo tiempo para tus juegos mí amado aunque, sería una buena oportunidad para sobrevivir aquí adentro.

-Siempre me pregunte porque a mi novio le costaba tanto decirme las cosas, la verdad. Quisiera conocer a su mentiroso interno, si es que me entiendes- Es verdad, en verdad quisiera saber y a lo mejor pueda entender o tal vez cambiarlo ya que estamos por aquí.

 -Jeje, pero claro, vamos sígueme- Rió bastante fuerte. Demasiado fuerte creo yo.

Regresamos a los pasillos de la prisión y ahora estaba afuera un sujeto que con solo un tenis, un short y unos audífonos corría por todos los pasillos sudando y exigiéndose dar más diciendo palabras como “tu puedes” “una vuelta más” “esto apenas comienza” “¿A poco ya te cansaste?”. Paso a un lado mío sin detenerse ni hacerme caso.

-Llegamos a donde vive el mayor mentiroso del lugar. Engañaría a cualquiera para cubrir sus acciones, para el bien personal o para el supuesto bien de las personas que lo rodean; es todo un personaje pero siempre lo hace con intensiones muy variadas; el bien, el mal. Solo él lo sabe y espera las consecuencias de sus acciones. Es mi favorito pero ahora está durmiendo, es una lástima que no puedas hablar con él directamente, será en la próxima vez que nos vuelvas a visitar del exterior- Y era verdad, dentro de la celda solo había un hombre con ropa común acostado boca abajo y sus únicos movimientos eran los de su respiración y uno que otro ronquido.

¿Dormido? ¿Una sensación, un sentimiento o una personalidad, duermen?... Oh por Dios. Ahora lo entiendo todo, uno miente y se vuelve mentiroso; nadie duerme y todos están activos; eso significa que…

Por mi rostro y mis gestos, daba a entender que había descubierto el mal y eso estaba mal, muy mal.


-Así es chaparra, soy un mentiroso y haré lo que sea para conseguir lo que quiero- Y con sus brazos alrededor de mi cuello me asfixio hasta caer inconsciente.

sábado, 27 de julio de 2013

Dentro de mi mente. Parte 4.

-Desgraciado, malagradecido, hijo de puta, maricón, pedazo de estiércol. Idealista de mierda ¿Por qué demonios tengo que ser castigado a salir a tu lado? Pero un día, un día saldré por mi cuenta y todos serán asesinados a parte de ti estúpido- Decía el asesino enojado que caminaba por los pasillos mientras señalaba al otro reo que solo estaba parado afuera de su cuadro de dos por dos.

-Tus maldiciones no son más que palabras vacías en el aire que solo reflejan el temor y la sensación de poder que deseas imponer; pero solo eres un ser vacío que sueña, piensa y vive solo de sangre, del sufrimiento y quitar la vida y el respirar de otros seres- Pronunciaba tranquilamente y con seguridad el escritor viendo al sujeto que se le acercaba.

De la nada el asesino hiso aparecer un cuchillo en su mano y lo clavo con rapidez en el pecho del escritor haciéndolo girar lentamente mientras la sangre empezaba a brotar y a salpicar el cuerpo del que proclamaba una vida más. Con una sonrisa el asesino dijo mientras que el escritor gritaba de dolor y yo me quedaba petrificada viendo la escena que tenía enfrente de mis ojos sin poder gritar ni moverme, solo ver como uno de los dos iba perdiendo fuerza en su grito y el otro se excitara de hacer tan vil y salvaje acción:

-Una vida tuya, una vida más mi amigo; solo eres palabras y yo soy la tinta roja de tus hojas- Quitaba el cuchillo ensangrentado y con un movimiento rápido cortaba la garganta casi degollando al escritor. El color rojo era intenso en la cárcel y ver como un cuerpo sin vida caía al piso haciendo un rastro y un charco de sangre era aún más fuerte a la vista.

Ah  ¿Qué acaba de pasar? ¿Acabo de ver a un hombre morir enfrente de mis ojos? ¿En serio acaba de pasar eso? ¿Cómo pasó? Todo pasó tan rápido. Ah.

-¿Quieres ver qué fue lo que lo provoco? ¿Quieres ver quiénes son los culpables de todo este desastre?  Sígueme, pero no mires atrás que podrías vomitar- Me susurraba la razón de mi novio.

Ah ¿Qué carajos pasó?

No pude hablar mientras el asesino rociaba el cuerpo con un líquido de un bote rojo que no se dé donde apareció y después con un encendedor prendido prendía el cuerpo en llamas y entraba a la celda del escritor para reír y acostarse en la cama mientras su ropa, cuerpo y cara goteaban sangre ajena a la suya.

-¿De dónde saco el cuchillo, el bote rojo con gasolina y el encendedor?-Al fin pude decir algo, gracias a Dios aunque no sé con qué fuerzas lo hice.

-Estas en la mente chiquilla, todo es posible aquí, todo se puede hacer. No hay reglas, la imaginación no tiene límites y lo que acabas de ver es una personalidad de tu querido amado, el deseo de matar y la habilidad de escribir e improvisar palabras en ciertas situaciones- Me explicaba el sujeto con traje cuando caminábamos de regreso a donde había llegado y me metía en una sala con pantallas y demás novios míos pero con delantales, audífonos y lentes de fondo de botella y todos, sin excepciones tecleaban palabras en diferentes computadoras.

De la nada una voz familiar empezó a sonar en las bocinas y un rostro apareció en una pantalla gigante que había enfrente de todo. Era el doctor que con una lámpara pareciera que examinaba lo que había dentro de un frasco mientras le decía a la enfermera que anotaba apurada:

-Fascinante, pareciera que cuando mandamos el impulso de escribir el sujeto reaccionara de tal manera que hasta sus músculos se tensaron y abrió sus ojos aun estando en coma. Es increíble el cuerpo humano enfermera, pero es aún más excepcional la mente aunque no sepa qué demonios este pasando allá adentro, solo la dama que entro ¿Qué estará pensando este hombre y porqué estará pasando su novia? Quisiera verlo-

No sabe lo que dice doctor, no quiere verlo ni saberlo.

Uno de los hombrecillos de anteojos se acercó al trajeado y le dijo entregándole unas hojas:

-La gente del exterior mando un impulso parecido al que recibimos que permite la salida del escritor, pero estos genios mandan señales amplificadas lo que también le permitió al asesino; como es de costumbre; salir y matar de nuevo. No saben lo que hacen ya que eso está provocando que el tiempo se nos acabe sin que aun sepamos qué es lo que nos está pasando que se nos acabe el tiempo- E ignorándome se fue el sujeto de nuevo a su computadora y volver a trabajar.

Es como si estuviera en un robot y como si sus ojos fueran ventanas y sus orejas micrófonos. Todo llega aquí y ellos lo procesan; son hombrecillos en una máquina, en la máquina que amo. Pero tengo una duda, sé que es tonta pero solo quiero la respuesta para confirmar lo que pienso y sé.

Con voz temblorosa dije mientras veía por la pantalla como el doctor se retiraba encantado:

-Pero mi novio va a volver a escribir de nuevo o va a tener esa habilidad de nuevo aunque fue asesinado allá atrás el escritor ¿verdad?-

-Te equivocas, nunca va a volver a escribir de nuevo o mejor dicho, no va a volver a tener esa habilidad-La razón expuso.

-Entiendo- Deje conformada.


¿Por qué me mintió? El hombrecillo de lentes dijo que no es la primera vez que pasa y siempre, desde que lo conozco, escribe así. ¿Qué está pasando aquí?

miércoles, 24 de julio de 2013

Dentro de mi mente. Parte 3.

Era una prisión y yo estaba dentro de ella; era una invitada a un mundo que no sabía cómo se manejaba ni cómo era posible que existiera.

¿Cómo es posible que en una mente existiera algo así? Pregunta tonta, estoy en el centro de las ideas, de la imaginación y donde se crean los pensamientos que motivan y generan acciones en un ser. Ahí mi amor, pero ¿Por qué una prisión?

-Te lo preguntes o no, aquí es donde se genera todo y yo en este lugar, soy el razonamiento, el presidente, el verdugo, el juez y el dictador de todos mis invitados y por órdenes de arriba; es decir,  de tu novio, se mantienen reos todos los sentimientos y personalidades que ha presentado a lo largo de su vida.- Dijo mi novio vestido de traje.

-¿Cómo sabes quién soy? ¿Por qué no me preguntas como entre a tu prisión? Sigo sin entender que es este lugar y ¿por qué son reos los sentimientos y las personalidades?- En serio, no entiendo nada ¿Cómo existe él?

Tranquilamente contesto mientras empezó a caminar y a darme la mano para que lo siguiera.

-Y todas tus preguntas serán respondidas con tiempo aunque este se esté acabando y ya sabrás el porqué. Nosotros lo sabemos todo, todo lo que rodea el cuerpo y aunque este en coma, escuchamos los alrededores; te repito, somos el centro de todo pensamiento e información que llega del exterior. Sabemos quién eres porque pues eres parte de esa información y tienes una celda para ti sola; nunca antes había pasado con alguien, eres privilegiada en este lugar, aunque sigues siendo un sentimiento y por eso te presento a la anfitriona del lugar; a ti.- Se paró en frente de una celda, la de barrotes más cuidados, la de la cama más cómoda, la del baño privado, la que tenía pinturas, fotografías y música de fondo de un saxofón. Dentro había una mujer que se estaba viendo al espejo del baño y después me miraba a mí con una sonrisa, se acercaba a los barrotes y con su mano extendida me rosaba la mejilla.

-Eres hermosa, inteligente, valiente, una humana, con valores y eso te hace única. Te amo y siempre lo hare, bienvenida a este mundo y a todo lo que vez, es una lástima que se esté acabando, ojala puedas salir y existir en la realidad.- Dijo mi gemela con una lagrima al final de su mejilla.

¿Acabar? ¿Cómo que acabar? En serio me ama y tuve que entrar a su mente para saberlo de una vez.

-Sigamos.- me tomo del brazo y seguí caminando a lado de él sin dejar de verme por las rejas hasta que desaparecí.-Los mantenemos encerrados porque algunos son un peligro para la existencia del ser, como el asesino con el que te topaste al llegar, lo siento por eso. Otros no presentan tanto riesgo pero siguen siendo peligrosos aunque no lo parezcan, como el loco que canta, grita, dice teorías, brinca, pinta, escribe; de todo pero lo hace impulsivamente. El escritor que tiene su celda llena de hojas con cosas escritas. El ejercitado, solo hace ejercicio hasta un punto en que está en el borde de descompensarse por su totalidad y ahí es cuando se detiene y descansa, pero luego continúa. El teórico, es como el filósofo del lugar, siempre tiene teorías y opiniones de todo lo que existe y es molesto en cierto punto. El gruñón, el feliz, el enamorado, el deprimido, el motivador, el positivista y el negativito. Y, por decir los más destacados está el vengativo, a él nunca ha salido ya que si lo hace es el fin de todo y de todos nosotros ya que nosotros también podemos morir y estamos a punto de hacerlo.- Se detuvo a la mitad de un pasillo mientras me veía fijamente.

¿A qué se refieren todos acerca de eso del fin de todo, de su vida?

-Yo mantengo este lugar en orden, en paz hasta cierto punto, si se abren las rejas son libre y afectan las sensaciones, emociones y estados de ánimo. Ahorita todos están encerrados porque no ha habido algo que demostrar por el estado de coma, pero como el doctor te comento afuera “vamos a hacer que sienta y demuestre emociones y sensaciones” veras como funciona todo, será una buena oportunidad para que observes todo y te des cuenta que es lo que nos está matando y nos ayudes. Amada mía- me tomo de las manos- te pido ayuda para que evites que muramos. Algo salió mal, alguien salió de su celda y cambio algo que está destruyendo nuestro hogar. Ayúdame a seguir viviendo.-

Pero ¿Cómo? ¿Qué salió mal? ¿Quién fue? ¿Qué fue lo que pasó?

De pronto una luz blanca parpadeante apareció entre las celdas y como si fuera una orden, todos los reos se levantaron de su lugar y se pararon cerca de la reja. Se escuchaban gritos, lamentos, risas, comentarios parecidos a “es hora de la acción” otros como “ábranme que quiero salir” y uno que decía “los voy a matar a todos, sácame ya”, golpeteos al metal de las rejas y brincos en el suelo.

-Es hora de la función, la casa del loco se abre.- Me dijo mi novio.

¿Qué tanto peligro corro aquí adentro? ¿Qué hago? ¿Qué tengo que esperar y arreglar? ¿Qué es este lugar por amor de Dios? Amado mío, ayúdame y cuídame, no me vayas a lastimar.


Luces verdes aparecieron y algunas rejas se abrieron haciendo sonar su estallido. 

lunes, 22 de julio de 2013

Dentro de mi mente. Parte 2.

Por favor amado mío, dame la respuesta para lo que te está pasando y déjame ver que es lo que está pasando dentro de ti. Espero que aun dentro de ti te acuerdes de mí, no me maltrates mucho y permíteme ayudarte aunque sea una vez, te lo pido con el corazón. Voy a entrar amor y no sé que esperar dentro de ti.

-¿Lista?- me pregunto el doctor mientras me colocaba en la cabeza cables y una enfermera me penetraba con agujas en los brazos.

La verdad es que no.

-Sí, lista doctor.- Estaba en acostada en una silla igual a la de mi amado que se encontraba a lado mío aun inconsciente y dentro de sus pensamientos. Me había cambiado y ahora solo tenía también ropas de hospital pero con algo muy especial. Meses antes habíamos ido a un concierto y nos dieron pulseras igual y él, ahora la tenía puesta y yo igual.

-Empecemos entonces y recuerda, dentro; estas por tu cuenta.- Solo cerré mis ojos, asentí con miedo a lo que ahora fuera a pasar y lo alcance a tomar de la mano con fuerza.

Cuídame por favor.

Del otro lado de mis parpados pasaba la luz de las lámparas encima de mí pero poco a poco fueron desapareciendo y un hormigueo nació en mis pies y fue creciendo por todo mi cuerpo hasta sentir que mi cuerpo temblaba bruscamente. Lo único que hacía era poner mi mandíbula dura y tratar de respirar a pesar de que después empezó a costar trabajo hacerlo.

¡Carajo! Que se detenga esto, ¿cuánto va a tardar? ¡Ah!

Hasta que se detuvo de golpe, deje de sentir todo el hormigueo y de ver las luces a través de mis parpados. Hacía frío y por lo que presentía era que estaba oscuro totalmente y estaba sola.

Fui abriendo los ojos lentamente y ciertamente, estaba sola y todo era oscuridad.

¿Ahora qué?

El silencio era sepulcral hasta que una voz muy familiar se escucho.

-Bienvenida chaparra, es un placer tenerte no solo como un sentimiento sino también en mente propia-

¿Acaso era él? ¿Lo había encontrado?

-Amado mío ¿eres tú?- No sabía a dónde dirigir mis palabras.

-Todos somos él- dijo a secas y seriamente.

-¿Todos? ¿Quiénes son todos?- ¿A qué se estaba refiriendo?

-¡Luces!- grito con fuerza iluminando todo lo que mi vista alcanzaba a ver. Las luces me lastimaban la vista pero alcance a familiarizar el lugar con un sitio real.

-¿Esto acaso es una prisión? ¿Quiénes son los reos?-

¿Qué demonios está pasando? ¿De qué se trata? ¿Es un sueño? ¿Por qué su mente es una prisión?

-Cuidado, detrás de ti- La voz volvía a sonar de manera seria pero ahora identificaba a la persona, si era él y usaba un traje negro ajustado a su cuerpo con una corbata negra y camisa blanca.

Me di la vuelta y de una celda oscura brinco una persona que fue detenida bruscamente por los barrotes y caí al suelo de espaldas.

-¡¿Qué fue eso?! ¡¿Quién es?!- grite mientras no me creía lo que observaba.

El sujeto de traje se acerco lentamente hasta darme la mano y ponerme de pie.

-Es él, tu amado… el asesino- mientras me lo señalaba con la mirada. Tenía botas oscuras, un pantalón café y camisa de manga larga oscura manchada de rojo al igual que sus manos y rostro.

¿Por qué?

-Como te dije antes, bienvenida a la mente de tu novio.- me susurro al oído mi amado vestido de traje mientras que el personaje de la celda se alejaba de los barrotes y se sentaba en su cama desgastada, mirándome; siempre mirándome.


sábado, 20 de julio de 2013

Dentro de mi mente. Parte 1.

Soy su amada y estoy en un quirófano viendo a mi novio atado a una silla parecida a las de los dentistas; esta sedado y porta ropas de hospital. Estoy esperando que le médico me diga los resultados de sus exámenes y me explique porque repentinamente callo desmayado en la calle cuando habíamos terminado de comer, después ya no volvió a despertar y terminamos aquí, en un cuarto con aparatos pegados en la cabeza, agujas en la parte interna de los codos y una lámpara con tres focos que solo causan estrés. Dios, ¿Qué está sucediendo? ¿Por qué se están tardando tanto en decirme que pasa?

Una hora después el doctor entro a la habitación con una carpeta en las manos y se sentó lentamente a mi lado. Tenía un rostro de cansancio, estrés y hasta de preocupación. Suspiro y hablo.

-Las cosas como son…-miro sus hojas buscando la manera en explicarme la situación-no sabemos que es lo que le pasa a su novio, no es algo físico sino algo neurológico; algo que está en su cerebro, pero este también resulta estar bien así que… sé que puede resultar extraño que se lo diga pero… todo se localiza en su mente que es la que le está provocando este estado prácticamente en coma. Sus signos vitales suben y bajan bruscamente y aun con medicamento no lo podemos evitar. Lo siento mucho.-

¿Acaso dijo que su mente le provoco el desmayo y sus golpes y caídas de presión y adrenalina que las maquinas indican? ¿Por qué dijo que lo sentía, ya no hay solución? ¿No va a regresar en si?

El silencio se apodero del cuarto mientras me llevaba las manos al rostro y mecía mis dedos en mi cabello ya hecho un desastre.

-¿Qué se puede hacer?- fue lo único que pude decir.

Su rostro no indicaba que fuera algo recomendado o bueno.

-Por este lado no podemos hacer nada y “por este lado” me refiero a afuera de su cabeza.-

¿Qué demonios quiso explicar?

-¿Disculpe? ¿A qué se refiere?-

El medico suspiro. Un maldito suspiro dice más que mil palabras, ¡dígame, ya!

-En los últimos años se ha desarrollado una tecnología que permite la conexión entre la mente de dos humanos, es decir que por medio de nuevos aparatos se pueden conectar las “mentes”.-con un ademan donde junto las manos y entrelazo los dedos- Lo que quiero decir es que usted entre a la mente del sujeto mientras nosotros le lanzamos sensaciones que provoquen a su cuerpo y mente reaccionar como si en verdad las estuviera haciendo como correr, leer, escribir, platicar, pelear, enojarse, sentir estrés, enamorarse, etc.; situaciones normales y usted identificaría el fallo, el error que hay y remediarlo para luego sacarla y esperar alguna respuesta positiva. Lo malo de esto es que no es una tecnología totalmente desarrollada, presenta fallos y algo podría salir mal; desde donde no podría conectarse hasta quedarse atrapada dentro y los dos… morir. Es el riego que se corre por un lado; ¿qué dice?-

¿Qué que digo? Por un lado puedo al fin saber cómo piensa, que es todo lo que tiene dentro y sobre todo regresarlo a la normalidad, hasta mejorar algunos aspectos pero por otro lado, podría quedarme atrapada y físicamente morir pero seguiría viva dentro de él y en ese punto, no se sabe nada. En serio, ¿qué digo? ¿Qué hago?


-Acepto, ahora ¿Cómo entro?- lo mire acostado y con los ojos cerrado para solo pensar:

¿Qué tanto haces ahí adentro?

jueves, 18 de julio de 2013

Introducción a “Dentro de mi mente”.

¿Alguna vez has querido que un ser amado entre a tu cabeza, a tus pensamientos para tratar de comprenderte? En esta ocasión, no fue opcional.

El querer arreglar algo que nunca estuvo roto puede traer grandes consecuencias; tantas como la desaparición en la vida real del ser amado al quedarse atrapado dentro de la mente de su enamorado. Encerrado en su caos mental; descubriendo secretos, pensamientos, ideas y deseos inigualables.

Imagínense: en una prisión que no existe en verdad, producto de la mente donde los reos son estados de ánimo y son soltados por órdenes del ser mayor; la persona en sí misma. Pero, no todos los prisioneros son buenos o causan efectos positivos; estos pueden lograr y donde son los mejores en hacerlo, la destrucción del cuerpo donde viven.

Esta es ficción y realidad donde una mente, una mujer y un cuerpo único tendrán que converger o desaparecer.









Disfrútenla en los próximos días. 

martes, 2 de julio de 2013

Sin título.

-¿Porqué no me siento diferente? Te tengo aquí, atrapado y condenado por tus pecados y acciones. Me miras con ojos envueltos en llanto y me ruegas que te deje ir; que te libere ya que has aprendido la lección, ya que has sentido el miedo, la angustia y el suspenso de estar al borde de la muerte.- Estaba de espaldas a él, sentado en una silla de aluminio mientras veía el piso y trataba de entender lo que estaba pasando. Lo que sentía, que no era nada.

-Por favor, te lo ruego; pero déjame ir, tengo esposa e hijos. En serio lo siento, por lo que te hice y por todo lo que le he hecho a la demás gente. No sabía lo que hacía pero he aprendido; déjame ir por favor. Lo siento- Entre lágrimas y gemidos le entendí.

-No sabías quien era, no sabías con quien te metías hace más de nueve años, no pensabas que me volverías a ver, ya como un adulto, a pesar que te vi día tras día después de eso y sabía que tú me reconocías, era un niño.- Mis palabras eran suspiros pero sabía que las escuchaba, no tenía nada más que oír.

De reojo lo vi ahí, de rodillas con los brazos atados y las piernas encadenadas. Su cara estaba viendo al piso y sus hombros se alzaban por sus lamentos. Tenía la ropa con la que lo atrape, no me quería tomar la molestia de verlo desnudo y no quería hacerlo.

-¡Por favor, te lo ruego, déjame ir o mátame ya! ¡Hazlo!- Termino gritando por el nerviosismo.
-Tranquilo, tenemos tiempo, no tengo prisa en hacerlo. Lo voy a tratar de disfrutar y tú también lo harás. Ese día no te tomaste tu tiempo, tenías prisa; lo acepto y te lo agradezco, fue rápida esa situación en el callejón. Pero yo no seré como tú lo has sido, yo me tomare mi tiempo. Debes pagar.- Diciendo esas palabras me levantaba de mí asiento, acercándome lentamente haciendo sonar mis pisadas y deteniéndome frente a ti aunque no te atrevieras a alzar la mirada tomaba con fuerza el arma y te disparaba en una de tus manos; la bala te la destrozaba por completo, no era nada mortal, solo doloroso ante cualquier movimiento y aun si él.

El grito al igual que el estruendo de la bala se escucho por toda la habitación y la sangre salía despavorida de tu cuerpo, siendo libre; justamente libre de su prisión.

Te tiraste al suelo boca abajo llorando y gritando de un dolor profundo.

-La mano con la que cometiste tu fechoría, la mano que nunca dejo de moverse. Va uno, querido creador de monstruos.- Seguía con los brazos atados y un gran charco del liquido rojo empezaba a crecer al igual que las personas crecían con el mal que vivieron. Desee haber sido el único, pero sabía que no era así y que ya nada podía cambiar a esa gente, incluyéndome.

Camine a una de sus piernas que estaba estirada y ahora tomando de rodillas un cuchillo penetre con el metal frío su piel rasgándola y rompiendo el musculo del muslo. Se trato de contraer pero ya era tarde porque gire bruscamente el mango y su grito aumento progresivamente. Deje el cuchillo y me levante; si se movía lo enterraría mas y sin él saberlo, no paro de moverse y tratar de sacarlo con la única mano funcional que ahora le quedaba.

-La pierna con la que te acercaste acechándome y te fuiste dejándome marcado de por vida. Van dos maldito desgraciado.-

Las lágrimas no dejaban de salir al igual que la sangre en su “mano” y pierna. Pero había entendido que el dolor era incomparable y más aun con movimiento así que se quedo tirado en el piso, en su charco.

-Mátame, ya hazlo. No tienes el valor de hacerlo.- Necesito fuerzas para poder hablar con tanto dolor, pero mejor se hubiera detenido antes de decir lo siguiente:

-Te veía después de eso y sabía que habías sido tú, que no habías tenido el valor de hacer algo para hacerme pagar; te había convertido en mi perra y jamás me olvidarías. Ese poder, esa fuerza, eres mío niño estúpido y ¿crees qué haciendo esto ganaras? No, porque yo siempre gane tu vida.-

Era la verdad y ya la sabía, un miedo recorrió mis piernas incesantemente quitándome mis fuerzas y ganas de seguir adelante. Era verdad, todo.

-Tú y yo tenemos historia, pitufo.- ¿Por qué se ríe? ¿Por qué se ríe de mí? Siempre lo ha hecho.


No podía perder más tiempo, él se estaba desangrando; no tenía que acabarse así.

Reaccione y tome mi jeringa y la inyecte en su cuello sin que la sintiera por el dolor de sus extremidades. Era adrenalina y gracias a eso; no podía dormirse y desmayarse.

-¿Sabes por qué tienes las piernas encadenadas y por qué estas están unidas a un mecanismo que termina del otro lado del cuarto? Te voy a levantar y poner de cabeza.- Me enfile a la esquina donde había una cuerda y la jale con fuerza y esta por medio de poleas alzo el cuerpo ensangrentado del hombre poniéndolo de cabeza y colgándolo a unos centímetros del suelo. Amarre la cuerda a otro poste para que no se cayera.

Sus brazos colgaban y goteaban constantemente mientras gracias a la adrenalina sus ojos no se cerraban y gritaba de dolor ya con la garganta destruida.

Tome un bote sellado transparente con un líquido verdoso y mientras caminaba a él lo iba abriendo y sin dudar para luego verterlo en todo su cuerpo. El ardor se agregaba a su dolor al igual de un aroma a limpiador de piso. Use todo lo que había en la botella y vacía la tire a un lado.

-El fuego con el que te veras de por vida, el dolor que ahora vivirá en tu vida y la marca con la que la gente te observara. Otro, querido quemado.- Saque un cerillo de mi bolsillo, lo prendí y lo arroje a su pecho.

Me aleje rápidamente y un calor junto con iluminación florecía por toda la casa abandonada. Ya metros alejado me di la vuelta y ya no tenía ropa. Se retorcía con energía y como si no hubiera gritado antes, su rugido estallo incesante.

Minutos después fui al baño y tomando una manguera que ya había puesto abrí la llave y detuve el fuego. Ya no era él pero aun seguía vivo.

-Tendrás en tu mano el palpitar de un corazón ardiente.- Fue lo último que dije antes de volver a tomar el cuchillo  de su pierna y escribir en su piel la fecha de ese día, el año actual y el de hace más de nueve años.

Ya no tenía una mano, ya no le servía una pierna, ya no tenía rostro, ya no tenía pierna y ya no tenía una vida. Estaba consiente cuando lo deje y días después vi que estaba vivo; esa fue y deseo que sea la última vez que lo vuelva a ver.
























Lo siento, en verdad perdón por lo que ha pasado. No será la última vez que escriba de esto en la que los personajes sean los mismos. La vida va y viene, y al final no poder gritar destruye más de lo que se piensa.


Tengo miedo.