domingo, 30 de marzo de 2014

Todo va a estar bien.

Las balas pasan velozmente entre las cabezas de los soldados atrincherados y estos de vez en cuando desean con todo su ser estar en otro lado y tratan de pensar y de idearse que todo va a estar bien.

Los estallidos de las balas y las bombas retumban en la calle en donde una madre trata de cubrir a su bebe con su cuerpo mientras le dice tranquilamente que todo va a estar bien.
Una pareja de rebeldes lanza botellas incendiadas contra los granaderos que se les acercan lentamente con órdenes de tomar cautivos y desaparecerlos de la sociedad. Después de lanzar la botella corren a refugiarse y el hombre le dice a su dama mientras la toma de la cara con sus manos sucias que todo va a estar bien.
La mujer secuestrada que se encuentra en un cuarto amarrada a una silla recuerda que fue lo que paso para que al final terminara ahí. No ha comido ni dormido pero a pesar de eso con un tono de voz bajo se dice a si misma que todo va a estar bien.
Una pareja de homosexuales se encuentra al final de tren y estos sienten las críticas y miradas de aquellos que nos los entienden. Los empujan y les gritan obscenidades hasta que uno de ellos llora en el hombro de su pareja; él lo abraza y le dice que todo va a estar bien.
Un padre regresa de su trabajo a su casa en donde su esposa lo espera en la cocina; se sientan a cenar con sus hijos y ríen unos momentos hasta que los niños van a dormir. Ya solos los padres en la cocina, el esposo le dice a su mujer que lo han despedido y que no sabe qué hacer; ella solo le toma el hombro y le haza la cara por la barbilla y le dice que todo va a estar bien.
Una estudiante había estudiado mucho para un examen para que le dieran una beca la cual le permitiría seguir con sus estudios y ayudar económicamente a sus padres. El estrés le gana y se tira a llorar en su escritorio; recibe un mensaje de su mejor amiga que conoce su situación. Le dice que todo va a estar bien.
Un periodista se encuentra en su escritorio publicando una investigación que hiso de corrupción política. Está en su cubículo cuando llega una amiga y le lleva una taza de café. Unos minutos después ella le dice que un amigo de ellos ha desaparecido mientras caminaba por la calle; que lo subieron a una camioneta. Era otro periodista que acababa de descubrir un sistema de lavado de dinero de un gobernador. El periodista abre un nuevo texto en su computadora en donde haría un tributo a su amigo y a los demás periodistas desaparecidos; se llama “todo va a estar bien”.
Una pareja se ha alejado porque uno de ellos se ha mudado de ciudad y ahora solo se comunican diariamente por mensajes y llamadas telefónicas pero saben que no es suficiente; ambos se extrañan y por esa misma razón se pelean continuamente. Tienen tiempo de haberse visto pero ahora sus tiempos y actividades han sido un obstáculo. Ahora pelean por teléfono y él al final le dice mientras escucha a su novia llorar al otro lado de la línea que todo va a estar bien.
El padre grita, la madre llora y las hijas corren a sus habitaciones a esconderse de la situación. Se sientan en una esquina en la oscuridad. La más grande de ellas la abraza y le dice que deje de llorar aunque tiene ocho y diez años; la pequeña pregunta que si todo va a estar bien y ella le dice que sí; todo va a estar bien.  
Una familia indígena que vive en lo alto de un cerro. Nadie sabe que existen ni que mueren de hambre por días. Su única motivación es Dios, en el que creen que van a comer y al final todo va a estar bien.
Un viejo hostilizado sabe que le queda poco tiempo y ahora solo se encuentra acostado en su cama mientras que su esposa con la que lleva casado por más de ochenta años le toma de la mano y le cuenta que como están sus hijos, nietos y bisnietos. La viejita rompe en llanto y le dice que no sabe qué va a hacer sin él. Le limpia las lágrimas con su mano temblorosa y con una sonrisa le dice que se volverán a ver, que todo va a estar bien.
Un joven llega a su casa de la universidad y encuentra a su madre que lo recibe con un beso y un abrazo; sin preámbulo le dice que su mascota, su mejor amigo ha fallecido. Ya lo esperaban y presentían que iba a ser en ese día. Se sienta en el sillón y la madre se agacha tomándolo de las rodillas. Le dice entre llanto que ahora está en el cielo y todo va a estar bien.
Padre e hijo están en el auto escuchando las noticias matutinas por el radio. Escuchan decenas de notas de guerra y violencia. Ambos en su silencio desean que todo vaya a estar bien.
Все буде добре.
Todo va a estar bien.
Everything will be fine.
Alles wird gut.
すべてが正常になります
Tutto andrà bene.
Tudo vai ficar bem.
Her şey güzel olacak.


Abuelo Gaby.  Arnold. Carolina. Aniram. Pamela. Gabriel. Quevedo. Duygu. Todo va a estar bien.

sábado, 29 de marzo de 2014

Toda una leyenda.

Merecedora del respeto de todos, acreedora de ovaciones de miles de personas, alguien a quien estrecharle la mano sería uno de los mayores honores de este mundo; esa persona a la que todos temen y a la que todos aman.

Verla de perfil o de frente, tenerla parada justo enfrente de ti o metros de ti donde no reconocerías a nadie pero a ese ser humano sin duda que lo harías. Que te dedique una mirada, unas palabras o incluso un respirar de sus pulmones hace que todo tu ser tiemble y sienta esa grandiosa adrenalina que tanto excita a las masas.
Sus valores, su personalidad, sus acciones, sus actitudes o su forma de ver la vida; digna prestarle atención y de ser analizada desde una perspectiva en la que te quedas sentado en silencio en la oscuridad de un cuarto o parado bajo la regadera y no puedes dejar de estar impresionado o pensar en si quiera otra cosa. Estás atónito entre tus pensamientos y los del sujeto a admirar.
Este es un mundo extraño donde todas las personas desean ser diferentes aunque ya lo sean. Un mundo en donde las mujeres y los hombres empiezan amándose desde lo más profundo de su ser siendo ignorantes de la humanidad que solo está buscando la manera de autodestruirse.
Empezamos siendo niños incompetentes de imaginar lo que hay afuera y terminamos siendo adultos que se dan cuenta que el mundo que vemos de infantes nunca existió. Violencia y más violencia.
En ese momento tienes dos opciones, levantarte y hacer algo en la oscuridad de tu mundo donde eres invisible pero tendrás un reacción que repercutirá en tu entorno o quedarte sentando viendo como el mundo toma conciencia de tu incompetencia, donde se suelta de las cuerdas que lo tenían atado y busca venganza de haberla tenido presa por unos momentos y, cegada por esa furia, tomara de tus manos la decisión y te clavara en el pecho o en la cabeza dejándote sin nada.
Si te levantas, será lentamente; disfrutando cada paso que des y sin mirar atrás ya que lo hecho, hecho está. Con la cabeza en alto seguro del camino que has decidido tomar. Te puedes tropezar con la oscuridad y hasta caer al suelo que tratara de atraerte, pero te levantaras más fuerte que nunca.
Siempre puedes salirte del camino, girar esa perilla y salir por esa puerta en donde no encontraras nada que no sea algo que ya sabes. La misma vida que llevas.
Puedes llorar y hasta gritar, tranquilo, es normal; la tu cuerpo trata de asimilar tus pensamientos y tu ritmo cardiaco. Respira profundo y suspira como nunca antes porque aun tienes cosas que hacer.
Llegas en donde está la humanidad enfrente de ti, a tu merced de que hagas algo que cambie al mundo. Titubeas un poco pero la decisión está en tus manos, siempre lo ha estado. Vuelve a respirar un poco y cierra un poco los ojos, es el momento del ahora o del nunca.
Sabes que lo tienes que hacer, quieres hacerlo y tomas entre tus manos con fuerza la acción que cambiara a la humanidad que te observa atónita, inmóvil de hacer algo al respecto de tu poder de voluntad. Está se sacudirá y tratara de escapar llevándote a tu fin tarde o temprano y te asustas brincando un poco de la sorpresa y vuelves a dudar acerca de todos los pasos que has hecho para llegar a ese punto. El mundo no va a dejar de luchar en tu contra hasta que la dejes libre y estes a su voluntad.
Llega ese momento, ese momento en el que te vuelves leyenda y alzas los brazos en son de victoria y fuerza para poder terminar con la humanidad clavando tus ideas, pensamiento y acciones directo en su corazón; destruyendo su sistema y quedando inmóvil ante ti, ovacionándote y dándote su respecto pero, pasa algo; lo que marca el dejar de ser solo una leyenda, un mito; y convertirte en la realidad, en el humano superior de todos.  
Bajas las manos con tus decisiones y el mundo te ve sorprendido por tu decisión; inhabilitado totalmente. Puedes hacer lo que quieras con él ya que has demostrado tu poder.
Tomas una aguja y en una extremidad, lejos del nucleó de todo; clavas todo tu ser, todo lo que tienes de ti. Quieres contagiar desde abajo todo de ti, destruyendo poco a poco el mundo que conocemos y cambiarlo por completo; desde un dedo hasta un pie, luego una pierna y luego la otra.
Es un proceso lento, doloroso y para algunos inentendible, pero está hecho y ahora solo esperas ya que en algún momento todo rodeara al corazón y este tendrá que caer a la merced de ti.
Tu trabajo está hecho y puedes estar satisfecho o no, pero la humanidad ya no será la misma desde ahora, gracias a ti.

viernes, 28 de marzo de 2014

Un rayo en el bosque.

La lluvia comenzaba a caer incesante sobre aquel bosque oscuro que solo era iluminado por la luz de la Luna mientras que la madre naturaleza se encontraba parada recargada en el árbol más alto y con el tronco más grueso del basto bosque.

Miraba intrigada a la Luna que la iluminaba a través de las ramas de los demás árboles. Tenía los brazos cruzados esperando a que la lluvia se convirtiera en tormenta. Cuando su contario llegara a la tierra en un rayo fulminante e iluminara el lugar aunque sea por un momento y después esté haría estruendos a la naturaleza anunciando su llegada.
Y como esperaba, esa noche se fue volviendo perfecta.
Primero un par de gotas, luego más constantes para al final caer como un diluvio sobre el bosque juntando en lo alto del cielo las nubes oscuras que se preparaban para desatar su fuerza interna a los habitantes de la Tierra.
Dentro de las nubes se juntaban pequeños destellos de luz que hacían crecer poco a poco una esfera luminosa y en esta se iba distinguiendo una figura de un hombre que también crecía poco a poco. Todos los destellos se unieron y la gran circunferencia con el hombre dentro parecía latir ya que aumentaba y disminuía su esplendor; primero a un ritmo calmado y este aumentaba hasta que ya no percibirse el cambio de luz. La madre naturaleza solo veía la nube desde la Tierra esperando el estallido que vendría en un segundo después.
La mujer dejo de recargarse en el árbol y también dejo de tener los brazos cruzados; era la señal de que el hombre podía bajar a su bosque. De la nube salió una línea de luz quebradiza con dirección al suelo y al chocar con esté la tierra vibro, el bosque se ilumino y el silencio se rompió con un grito ahogado. Fueron segundos los que pasaron.
Donde el rayo cayó apareció un hombre parado; el mismo que estaba creciendo dentro de las nubes.
La madre naturaleza y el hombre iluminado se miraron fijamente por minutos sin decir una palabra hasta que él empezó a caminar a donde estaba ella. La dama por su parte retrocedía hasta chocar con el árbol en el que estaba recargada evitando que se pudiera mover más.
De pronto el hombre desapareció del lugar y ante el ojo de los mortales sus movimientos eran impredecibles pero, ante los ojos de la naturaleza, ella veía como se movía ágilmente en el espacio entre los dos para llegar a estar frente a ella rápidamente.
Sentían su respiración, olían sus dulces aromas y se devoraban con la mirada. Él la beso rápidamente y ambos se fundieron en la oscuridad de sus pupilas y en la pelea de sus labios y lenguas.
En lo alto de ellos, algo inesperado comenzó a aparecer en el árbol y en su alrededor. Del suelo y de las ramas comenzaban a salir flores que abrían sus pétalos mostrando su esplendor. Todo era de colores y se comenzaba a percibir el aroma.
Del árbol cayó la flor más hermosa y como vidente la dama la tomo con una mano aunque tenía los ojos cerrados; la sostuvo con delicadeza hasta que el hombre la tomo de esa mano dejando la flor entre sus dedos y todo cambio.
Velozmente la flor se fue marchitando hasta hacerse negra y después hacerse polvo. Lo mismo pasó con todas las flores del lugar, iban perdiendo su firmeza luego su color y al final solo se volvían polvo dejando al árbol desnudo con sus ramas y a la tierra sin siquiera pasto.
 El caballero la tomo con más fuerza y transmitía su pasión a ella con cada beso y caricia que le daba.
La lluvia dejo de caer y el aire hacia presencia, las corrientes los rodearon hasta hacer un tornado a su alrededor donde ellos estaban en medio.
El tornado iba del suelo hasta lo más alto del cielo y giraba a alta velocidad.
La dejo de besar en los labios y la miro fijamente volviendo ambos a abrir sus ojos. Se quedaron así unos momentos hasta que volvieron a juntar sus labios pero ahora de una forma lenta quedando pegados y demostrándose su amor.
En ese momento el tornado dejo de ser de aire y ahora era de fuego, donde el calor aumentaba y las llamas arrasaban con todo a su alrededor abrazando a la naturaleza tocándola delicadamente y después uniéndose a ella hasta ser solo polvo.
El bosque desapareció incendiado junto con esa dama dueña de todo lo verde de la naturaleza y con aquel hombre que aparecía solo en la oscuridad de la noche haciendo estallar a la Tierra.

“Los placeres violentos terminan en la violencia, y tienen en su triunfo su propia muerte, del mismo modo que se consumen el fuego y la pólvora en un beso voraz” Romeo y Julieta, Acto II, escena VI

sábado, 1 de marzo de 2014

Un beso de guerra.

Las bombas caían incesantes desde hace meses de esos aviones en formación V; los soldados caminaban temerosos por las calles destruidas mientras detrás de ellos los tanques pasaban por encima de los restos de autos quemados y de ladrillos que alguna vez fueron paredes de hogares que hoy solo son recuerdos.

Muy pocos edificios aun estaban en pie y en ellos se encontraban los refugiados de la guerra que eran familias enteras, turistas en el lugar más inoportuno del planeta, viudas, madres y padres solteros, niños tratando de sobrevivir por sus medios y demás habitantes de aquel país que ahora estaba en guerra.

Esta historia relata como una pareja de rebeldes que luchaban por ponerle fin a la pelea por medio de pinturas rurales y posters en las pocas paredes que aun estaban de pie, mensajes en la radio pública pidiendo paz y ayudando a las personas a refugiarse de los bombarderos, soldados y de los tanques logro sobrevivir a aquel día en que hubo un bombardeo final que acabo con todo.

Se habían conocido unos días después de que los soldados extranjeros entraran a la capital; ella se encontraba saliendo de una estación de radio donde pedía por la paz y el cese al fuego cuando se topo en su camino a casa con un tanque enemigo y un grupo de soldados que marchaban disparando a todo lo que se moviera a su alrededor.

Estaba en la mira de un soldado cuando una botella de vidrio en llamas salió volando del otro lado de la acera hacia los militares, desubicándolos fijando sus armas a otro lado y dando órdenes en un idioma que no entendía. Un par de balas se escucharon cuando vio como un hombre con el medio rostro tapado corrió hacia donde estaba ella tomándola del brazo y llevándola a un edificio abandonado en donde entraron a una casa y cerrando la puerta la sentó en el piso tapándole la boca con la mano suavemente y haciendo un gesto de que se quedara callada.

Sus ojos se encontraron por un instante que fue eterno y eso le quito fuerza a su mano que fue cayendo poco a poco hasta que encontró una mano de la dama que descansaba en su pierna. El silencio era acogedor y sus ojos no se dejaban de ver; era un momento invaluable hasta que ella recobro el sentido y se dio cuenta que el muchacho había recibido una bala en su brazo; solo era un rozón.

Así fue como comenzó ese amor en tiempos de guerra; ella le había enseñado que la violencia no era manera de detener más violencia y él dejo la batalla con armas para unirse a una batalla en la que difundía el mensaje de la paz; pronto se volvieron famosos por las reuniones que hacían y los mensajes de daban por radio y en las calles, eso los llevo a ser los más buscados por el grupo enemigo.

Un día, la guerra estaba teniendo momentos de paz donde se profesaba su fin pero aun se veían soldados, tanques y aviones en el cielo; solo habían dejado de disparar la misma cantidad que al principio.

Vivían en un departamento de un edificio medio destrozado donde tenían víveres, comida enlatada, un sofá empolvado, un colchón de tamaño individual donde dormían los dos abrazados tratando de soportar el frío de las noches; aunque ese era solo el pretexto, no podían separarse; y de vez en cuando tenían agua que recolectaban de la lluvia.

A él le gustaba verla desde la puerta tocarse el cabello mientras se lo lavaba y después como se lo peinaba sentada enfrente de un espejo estrellado; no cambiaba esos momentos para nada ya que siempre tenía una sonrisa y se enamoraba de ella cada día más profundo. A veces se bañaban juntos y a veces solo dejaban que el agua cayera en sus cuerpos mientras se fundían en ese tierno y querido beso que duraba horas.

Un día, regresando de la estación de radio a su ahora hogar la lluvia comenzó a caer y después de que él recolectara agua se sentó en el sofá a descansar cuando sintió a su pareja que se sentaban encima de él y comenzaba a besarle el cuello lentamente pasando sus manos por los brazos del hombre. Él no quería abrir los ojos así que comenzó a tocarle poco a poco la espalda a su novia con las yemas de los dedos por encima de su blusa.

Una sonrisa salió de su rostro antes de que las cosquillas por los labios lo hicieran reír y apartara a la mujer tomándola de los hombros y los dos con una sonrisa mientras se veían, se besaron.

Fue suave, al principio. Era una batalla en sus bocas hasta que los refuerzos de los dientes entraron en acción y comenzaban a morder todo a su alrededor como soldados; labios, cuellos, orejas; nada pudo salvarse.

La tomo de la cadera con fuerza y la cargo hasta que chocaron contra una pared y ella apartando sus labios de él y llevándolos a su cuello le decía cuanto lo quería mientras él degustaba el cuello de ella. Olvidaron la lluvia y el calor de verano comenzaba a entrar a la habitación.

No dejaba de tomar bocanadas de aire mientras con sus uñas rasguñaba la espalda de su amante con su playera puesta. Él la besaba, mordía y pasaba su lengua sin límites hasta que la llevo de nuevo al sofá y continúo haciéndolo pero ahora ella estaba acostada y le exigía que se quitara la camisa; el acepto sin decir una palabra.

Con sus manos libres ahora tocaba con fuerza las piernas, el vientre, los brazos, el cuello y el rostro de la persona con quien ahora se estaba besando, a quien había salvado, de quien ahora estaba locamente enamorado y que tal vez si el estallido de la guerra nunca la hubiera conocido; por ese lado, él y ella también estaban agradecidos.

Sus manos comenzaban a entrar por la blusa y el pantalón de ella mientras otras manos rasguñaban con placer la espalda y comenzaban a descubrir que había debajo de ese pantalón.

Nunca escucharon a los soldados entrar al edificio en donde ellos estaban; era cuestión de tiempo. Lluvia, maldita lluvia.

Sus labios comenzaban a descender por su cuello, por su pecho y por su vientre. Ella no quería ver, estaba inmersa en esa sensación de éxtasis y en ese cabello en el que sus dedos estaban atrapados.

La puerta se abrió de golpe y media docena de soldados entraron al departamento. Solo pudo abrir los ojos cuando vio como tomaban a su amante por la espalda y lo azotaban el pared donde ella estuvo antes y lo comenzaban a golpear con fuerza hasta dejarlo sentado con la espalda recargada en la pared sangrando del rostro y viendo el piso. Ella no pudo hacer nada, un soldado la tenía sujeta mientras gritaba que lo dejaran en paz y que no le hicieran daño.

Un militar entro al lugar después de que un soldado dijera algo; esté era un rango más elevado que los demás por sus prendas. Se le quedo viendo a la mujer fijamente mientras ella comenzaba a llorar y a pedir que los dejaran en paz, que no habían hecho nada malo y que solo querían que todo terminara. Él solo la abofeteo con suficiente fuerza para girarle el rostro.

Ella lo volvió a mirar y le repitió lo mismo; el militar ahora miraba al hombre que se encontraba en el piso y con un movimiento saco una pistola de su pantalón y le apunto.

El amor; es la cosa más fuerte que hay en este mundo y a pesar de todo siempre prevalecerá hasta el fin. No hay fuerza más poderosa que el espíritu de las personas. No hay fuerza tan indestructible como el amor cuando es de verdad. No hay lagrimas derramadas más verdaderas que cuando se ama. El amor, solo existe el amor.

No sabe cómo pero logro soltarse del soldado que la tenía y se tiro entre su novio y el arma; la tomo con fuerza entre sus manos y la pego a su frente mientras decenas de lagrimas salían de esos ojos decididos, de esos ojos enamorados.

El soldado se quedo atónito y zafó su arma de las manos de la mujer y volvió a apuntar al hombre; ella se volvió a interponer sin dudar.

Era una batalla entre las miradas del militar y las de ella, una batalla por la sobrevivencia, una batalla a morir.
 
Una mano débil paso por su hombro y ella reacciono, lo volteo a ver y con esa nariz y ojo sangrante él le regalo una sonrisa diciéndole tranquilamente que todo iba a estar bien, que la amaba y que era muy feliz con ella. Como respuesta, lo ataco con fuerza con un abrazo y comenzó a decirle al oído que lo amaba, que todo iba a estar bien y que era la mujer más feliz del mundo; él como pudo también la abrazo.

El militar dio un par de órdenes y los soldados les cubrieron sus rostros y los pusieron de pie con fuerza; al comenzar a caminar el joven la tomo de la mano y no la soltó mientras bajaban por la escalera y se gritaban que se amaban. Los subieron a un auto y se sentaron juntos; tomados de la mano.

Fueron minutos manejando cuando se sintió como el auto se frenaba y los bajaba rápidamente. Tuvieron la oportunidad y se abrazaron con fuerza quedándose de pie mientras volvía a arrancar el carro y se escuchaba como se iba alejando.

Ella estaba más bajita de altura que él, ella lo abrazaba con fuerza mientras pegaba su cabeza con el pecho de su novio y escuchaba su corazón latir, él la abrazaba con fuerza mientras que con su barbilla en lo alto de su cabeza reposaba escuchando como a lo lejos las bombas caían y estallaban.

Ambos lloraban bajo las mantas con las que les cubrieron los rostros y ambos recordaban ese momento en que sus ojos se encontraron por primera vez, en aquel lugar que después sería su hogar y ahora estaba en ruinas; pero ellos, ellos estaban enamorados.

Para esos amores de verdad que llegan en algún momento.

Fin.