-¡Maldita perra estúpida! ¡Te voy a matar! ¡Estas muerta!
¡Ah!- Maldecía con las nuevas fuerzas encontradas mientras pataleaba como un
niño malcriado al que no le habían comprado su dulce.
-Grita todo lo que quieras, golpea todo lo que desees, haz
lo que quieras. Nadie te va a encontrar, nadie se va a acordar de ti, nadie te
llorara o extrañara. Serás solo una nota en el periódico y noticia de un día-
-¡Ayuda! ¡Por favor!- Comenzaba de nuevo a llorar en el
piso.
-Nadie te puede ayudar. No hay nadie aquí. ¿Qué acaso no
pensaste o te preguntaste que si yo ya conocía este lugar? Estas solo y mejor
vete dando cuenta de eso-
-¿Porqué? ¿Qué hice yo? ¿Qué te hice?- Ya no eran gritos,
sino lamentos.
-Porque has sido una mala persona, porque no mereces esto,
porque te lo mereces, porque has lastimado a muchas mujeres y hombres, porque
te crees poderoso, porque crees dar lástima, porque tienes dinero, porque
respiras, porque yo te debo matar, porque debes sobrevivir a esta noche-
-¿Sobrevivir?- Era la pregunta indicada.
-Así es, debes vivir para poder pagar tus cuentas. Escucha,
ahí vienen por ti-
Se hiso el silencio entre los dos cuando al fondo se
escuchaban múltiples patrullas llegar al hotel.
No hay comentarios:
Publicar un comentario