domingo, 19 de febrero de 2017

Hasta pronto.

Gracias a todos ustedes que hicieron posible ese sitio en donde podía expresar lo que no soy capaz hablando.

Fueron muchos años de compartir alegrías, tristezas, temores, experiencias, pensamientos, ideas, amores, mujeres, sangre y demás.

Por ahora he decidido hacer de esta actividad algo más, profesional, esperando que funcione.

El sitio no se va a cerrar para ninguno y espero regresar a ustedes con buenas noticias. Sean pocos o muchos los que saben de la existencia de este blog, siempre estarán conmigo y yo estaré con ustedes agradecido por todo lo que me han dado.

Nos leemos pronto, éxito siempre y un muy fuerte abrazo a todos.  


Hasta pronto. 

jueves, 5 de enero de 2017

Enero 2017, no esta tan mal; piénsenlo.

  • ·         Antes que nada, gracias por leer este texto.
  • ·         Si tienen la oportunidad de poner la canción de Trampled Under Foot de Led Zeppelin mientras leen esto, es una buena opción o si es posible; todo el disco 2 de Mothership del mismo grupo.

Es una actividad de diario que camino un aproximado de 2 kilómetros para llegar a su casa después del trabajo, lo que me da tiempo para pensar y hoy llegue a una hermosa conclusión; llegue a casa con una sonrisa en el rostro y ahora les digo porque.

El aumento de la gasolina ¿Por qué no pensamos que fue una acción verde para la sociedad mexicana? Sé que suena muy tonto dadas las personas que lo impusieron y la poca confianza que le tenemos al gobierno pero vamos a fumarnos algo antes de tener esa negatividad y pongan un poco de atención. Con gasolina más cara, los autos circulan menos, es decir; la gente camina más y utiliza otros medios de transporte, con la gasolina más cara se ocupan carros más pequeños, es decir; autos con menor expulsión de agentes contaminantes al ambiente. Con la gasolina más cara ayudamos todos a ambiente de México que cada vez era más intolerable y eso es para todos; es decir, menos contaminación para todos.

Sé que suena complicado de creer pero ¿Por qué no? Autos más pequeños, menos contaminación o menos autos. Sigamos en esta nebulosa de actitud positiva y continuemos.

Ahora, tema dos; hoy, día de reyes ¿Por qué no en vez de aventar un deseo al cielo por medio de un globo que después se convertirá en contaminante, plantamos ese mismo deseo que podemos hacer crecer? Piénsenlo, es algo que podemos alimentar; que está en nuestras manos y que podemos hacer para mejor no solo nuestro entorno, sino el de los demás.

Tema tres, esto ya es una experiencia del día de hoy; venía caminando mientras pensaba en el tema de la gasolina cuando una camioneta pick-up pasó a un lado mío; momentos después. Una niña salió de su casa disparada y después otra y otra y otra;  increíblemente, eran los Reyes Magos regalando juguetes a niños de bajos recursos. Una sonrisa, una gran sonrisa tras ver a una niña con un juguete en sus manos; un detalle que venía del corazón.

Son épocas difíciles, apenas van cinco días de este año que pinta interesante con tonos terribles; pero serán aún más terribles si nosotros lo cosechamos.

Aumento de precios, asaltos injustificados, violencia, miedo, terror, etc. Yo no quiero eso y puedo poner de mi parte. Hoy me desanime a no comprar un auto y creo que esta fue una decisión sabia y no me arrepiento de nada, es algo para todos.


Feliz día de Reyes a todos y feliz 2017, vamos con actitud y felicidad; nosotros, los buenos, somos más. 

domingo, 27 de noviembre de 2016

Días del Futuro. Parte 7.0

Fueron más rápidos de lo que había imaginado haciendo mi reacción algo muy lento ante los gritos de aquella dama que trataba de cubrirse la cara con sus brazos y con sus piernas trataba de quitarme de encima de ella.

Un par de manos me tomaron de los hombros y me jalaron hacía los pies de la cama tirándome al suelo mientras mi cabeza rebotaba con el suelo sucio. Abrí los ojos viendo el techo descuidado y con un gran dolor de cabeza vi como una cara enojada aparecía ente mí y me mostraba sus dientes amarillos. Era un hombre blanco, con pelo corto y subido de peso; un tipo de seguridad sin miedo a equivocarme.

De pronto mi vista se volvió oscura y mi respiración cambió, me habían puesto una bolsa de plástico y ahora me arrastraban fuera de la habitación con gran rapidez. Trataba de quitarme lo que tenía puesto pero siempre que trataba de llevar mis manos al rostro era aventado contra una pared de frente y sin esperar seguían arrastrándome. En un punto dado dejaron de moverme por el suelo y pude respirar un poco porque la bolsa no estaba sujeta a nada pero repitiendo sus acciones, al momento de llevar mis manos a mi cara en lo que seguía acostado, recibí una patada que me saco el aire del cuerpo al principio pero no me imaginaba que me habían tirado por unas escaleras dejándome caer unos metros, rodando en la oscuridad y siendo golpeado por aquellos escalones fríos; no era el primero pero tampoco iba a ser el último.

Llegue a suelo firme y con el cuerpo molido intente moverme pero alguien ya me estaba esperando. Me tomaron de una pierna y me siguieron arrastrando pero ahora con la cabeza rezagada y los brazos extendidos. La bolsa ya estaba casi rota y alcanzaba a ver por un orificio.

Estaba en un pasillo lleno de puertas y poco alumbrado, por él pasaban mujeres desnudas o en paños menores que no se inmutaban en mirarme, parecía que era algo común que alguien fuera arrastrado por ese lugar. Alcance a ver a una chica que miro mi cuerpo pasar y alcanzo a escupirme con un rostro de asquerosidad demostrado.

No pasó mucho cuando comencé a subir unas escaleras y trataba de levantar la cabeza para no ir revotando pero no tenía la fuerza suficiente para hacerlo. En un punto dejaron de subirme y me dejaron tirado sobre el suelo boca arriba, me tomaron de los brazos y me levantaron; yo trataba de quedarme en pie pero tambaleaba como un borracho con el corazón partido.

Me quitaron la bolsa de la cabeza y la luz me cegó haciendo que cerrara los ojos y no viera nada, solo escuche como una puerta se abrió detrás de mí y en seguida como era de nuevo empujado y chocaba contra un contenedor de metal que estaba en ese lugar a propósito. Solo tenía dos cosas en la cabeza, el intenso dolor en mi cuerpo y el saber que ya estaba afuera de aquel lugar; ya que sentía la lluvia caer sobre mi cuerpo que descansaba sobre el concreto que comenzaba a humedecerse.

Creía que eso era todo, que ya había acabado la pesadilla pero aún falta una cosa.  Una paliza de dos hombres que apenas alcance a ver. No sé si fue mucho tiempo el que pasó pero a mí me pareció toda una eternidad hasta que dejaron de hacerlo y alcanzaba a escuchar como la puerta de cerraba de golpe dejándome moribundo en la oscuridad de la noche.

“Acabala, acabala, acabala, acabala, acabala, acabala…” Una y otra vez en mi cabeza con esa linda y terrorífica voz.

Todo lo que me había pasado no sabía si era porque había desobedecido esa orden o porque pensaban que la había cumplido, pensamiento que ahora saben; es erróneo. Aquella chica estaba sin un solo golpe y yo había sufrido las consecuencias de mis actos, vaya héroe; y con esa idea en lo poco que me quedaba de cordura me levantaba de aquel sucio callejón y me dirigía a la calle, en donde las personas caminaban sumergidas en sus pequeños y estúpidos mundos digitales y sin darse cuenta de mi pasaría frente a ellos, cruzando la calle y llegando a la puerta principal de mi edificio y al abrirla me desplomaría perdiendo el conocimiento.


Escuche comentarios obscenos, insultos y demás por parte de mis vecinos que entraban y salían del edificio sin ningún interés de ayudarme. Así era la vida y así debía ser.  

sábado, 12 de noviembre de 2016

Días del Futuro. Parte 6.0

-¿Te piensas quedar ahí sentado toda la noche viendo la televisión?- Me preguntaba mientras seguía sentada en aquel sillón de tela colorida y yo estaba sentado en la cama recargado en la pared con el control remoto en mi mano tratando de encontrar algún canal que no fuera pornografía ni violencia sexual.

-¿Por qué no simplemente disfrutas del momento como me lo comentaste en tu discurso de hace un momento y respiras?- Trataba de no mirarla porque claro, estaba encantado de ella.

-Porque los de tu tipo son los que más miedo me dan. Están tranquilos en un momento y después de un rato van al baño a drogarse y regresan más bestias que nunca- Ya había perdido esa postura de seducción y estaba recargada con sus codos en sus rodillas.

-Ten por seguro que no traigo droga y que no me voy a volver una bestia, es un error que este en estos momentos contigo. Nunca quise en realidad tocar ese vidrio, jamás quise contratarte ¿de acuerdo?- Nada en la televisión, era mejor apagarla y buscar algo en el radio, un noticiero o algo diferente.

-Nada pasa porque no queramos, todo es por algo en esta vida. Por algo estas ahí sentado, estas esperando algo; al igual que yo y no soy una persona que tenga mucha paciencia- Ya estaba recargada en el sillón con su vista en el techo blanco.

-Espero irme de este lugar lo más pronto posible- Apague el televisor y con la mirada comencé a buscar el radio, nada; esto no era bueno.

-Esto no va a acabar hasta que hagas algo conmigo. Tu y yo sabemos que hay cámaras por todos lados y están viéndonos por pantallas esperando que hagamos algo para entretenerlos y al terminar, abrirán la puerta y te podrás ir- Me lo decía como si no hubiera otra manera y creo que no la había.
-En ese caso ven, siéntate a mi lado y… no lo sé; primero lo primero- Pensar, debía pensar.

-Me parece bien- Y regreso aquella voz seductora mientras se paraba y caminaba a mi lugar. Decidió detenerse a los pies de la cama y subiéndose a ella comenzó a gatear hasta mí, hasta tener su boca cerca de la mía y sentir su gélida piel.

-Listo guapo ahora ¿qué se te ocurre?- Y me regala un beso en el borde de uno de los lados de mis labios.

-Creo que, irme de aquí- La tome de golpe por los hombros y la tire a un lado mío haciendo que los giráramos hasta yo estar encima de ella con la misma distancia entre nuestras bocas. Solo soltó un gemido por la sorpresa pero al final mantuvo la boca cerrada y los ojos bien abiertos por lo que había pasado -¿Dónde están las cámaras?- le pregunte y eso la sorprendió.

-En aquella esquina detrás de ti y en la mesa que está a un lado de la cama- Y con un gesto con el rostro me reafirmo las ubicaciones –Después de esto puedes pedir tu DVD en alta definición, a mí también me dan una comisión mientras más bueno este-

-No lo vas a querer porque no va a existir. Te voy a besar y vas a enredar tus piernas en mi cadera, después te voy a cargar levantándome de aquí y poniendo tu espalda contra la pared; momentos enseguida debes soltarte e irme empujando a la mesa, me acostare y te pondrás encima de mí; debes hacer muchos movimientos para tirar las cosas de la mesa contando la cámara- Mientras le decía esto tocaba sus mejillas tiernamente y le hablaba al oído en lo que con mi mano libre sujetaba su muslo y cadera –Me levantare regresando a esta misma posición donde yo le daré la espalda a la cámara y comenzaras a gritar pidiendo ayuda ¿Entiendes?- No paraba en mis movimientos.

-Entiendo la parte de los besos y las caricias pero no entiendo…- Y antes de que terminara la comencé a besar ferozmente y ella respondió de la misma manera.

Seguimos los pasos en el orden antes dicho y ella le agrego mordidas en los hombros y rasguños en la espalda al estar recargada contra la pared, después fueron gemidos al yo golpear su trasero al estar sobre la mesa y ella sobre mí; sin duda que tiro la mesa y todo lo que había ahí.

Regresamos a la cama y me senté en su cadera mientras ella acostada me veía.

-¿Lista?- le pregunté.

-¿Lista para qué?- Y le enseñe mi puño mientras lo ponía frente a mí.

Lo vio hipnotizada y tragando saliva solo dijo antes de que abalanzara mi fuerza contra ella “eres igual a todos” y cerró los ojos con fuerza.

Exactamente, lo era; y con fuerza solté el primer golpe en el que solo ella forzó todos los músculos en su rostro para tratar de evitar el dolor.


Uno, dos, tres, cuatro. Con las dos manos. Uno, dos, tres, cuatro. 

jueves, 10 de noviembre de 2016

Días del Futuro. Parte 5.0

La puerta se cerraba frente a mí, justo en mi nariz mientras aquella mujer desaparecía de mi vista con una bella y aterradora sonrisa en su rostro. Lo único que fui capaz de hacer al escuchar el seguro ponerse fue recargar mi cabeza en la madera de la puerta y suspirar esperando que todo esto se acabara pronto.

Sabía que no debía de estar en ese lugar, que había sido una pésima decisión el haberme levantado del suelo mientras sentía la necesidad de algo, de lo más cercano a estar vivo o de sentir algo de calor; la soledad puede irte matando poco a poco pero al final eres tu quien jala del gatillo. Maldita noche y maldita vida que me había llevado hasta ese punto.

-¿Te piensas quedar ahí toda la noche?- Una voz cortada, una voz femenina, una voz que tenía que d-e-s-t-r-o-z-a-r.

-Te aseguro que no quieres que me dé la vuelta y haga lo que tengo que hacer- Mantenía los ojos cerrados y dándole la espalda.

-Sé que no voy a durar mucho en este negocio y que cada noche cuenta pero también estoy lista para lo que tenga que venir- Y su voz no negaba lo que comentaba.

-Pareces estar muy segura de lo dices pero yo no soy el indicado, no debería estar aquí- Levante la vista y abrí los ojos, aún seguía la puerta cerrada.

-Nadie debería estar aquí pero hay cosas que no puedes cambiar ni hoy ni nunca. Anda, date la vuelta y aunque sea dame la satisfacción de ver el rostro del hombre que se interesó en mi cuando estaba muriendo en aquella jaula de vidrio y que, de no ser por el ya estaría muerta y talvez aun siendo el espectáculo de hombres que buscan descargar su ira y que solo Dios sabe que habrían hecho con mi cuerpo; profanarlo aún muerto hubiera sido poco- Dios… dios no existe en este mundo.

Me di la vuelta temor, como si fuera yo quien fuera a ser abusado; quien estuviera metido en el infierno mismo y ahí fue cuando la vi, cuando aquella mujer ya respiraba con facilidad, que tenía los ojos abiertos y que no temblaba ni se desvanecía en una habitación solitaria. Ahí estaba yo para hacer su muerte más… acompañada.

-No estas mal a decir verdad, un poco jodido y con marcas de que eres un pobre diablo; pero nada mal- Mis ojeras, marcas en la cara, cabello desatendido, manos de obrero, ropa sucia y pose jorobada no ayudaban mucho; sin nombrar las marcas de inyecciones en la parte interna de mis codos ni de los tatuajes de mi cuerpo, pero ella decía que no estaba mal… que dulce.

Tacones negros, ligero “blanco”, tanga negra, corsé gris y sostén negro eran sus prendas. Uñas de los pies y manos pintadas de rojo al igual que sus labios y un cabello, que claramente era una peluca, de color azul que llamaba demasiado la atención; me mostraban a aquella mujer joven sentada con las piernas cruzadas en un sillón en forma de C que se me veía con esos ojos adornados con sombras y diamantina que me costaba descifrar por el momento su color. Nada mal.


-¿Y? ¿Te gustó guapo?- inclinaba su rostro a un lado y sonreía, una sonrisa que me hubiera creído en otra época pero no hoy, no ahora en esta habitación con una mesa de vidrio redonda, una cama matrimonial con millones de rastros de otras personas,  un baño sucio con una gotera en el lavamanos, un ventilador que giraba lentamente, luces en las paredes de neón y un teléfono para pedir hasta los más peligrosos objetos existentes con la simple razón de causar placer. Había gente muy enferma en este mundo y ahora yo estaba entre los primeros lugares. 

domingo, 16 de octubre de 2016

Días del Futuro. Parte 4.0

El bite, un bite sordo y destructor; dupstep pesado, un ritmo que hacía a todos bailar. Hombres ebrios sentados sobre sillones de piel con las piernas abiertas ya que en ellas había mujeres delgadas semidesnudas tratando de seducirlos, robándoles sus carteras y relojes; haciéndoles creer que estaban recibiendo un poco de amor, cariño y compasión.

Más de una se me acercó con un paso seductor e invitándome a pasar un agradable rato con ellas me daban sus nombres artísticos y su tarifa por hora, yo no estaba interesado y me dirigí sin dudar a la barra de bebidas en donde se mostraban los nombres de los líquidos con luces de neón y palabras coloridas.

-Un sexo en la bahía, por favor- Dije mientras el cantinero se me acercaba por primera vez y antes de que me preguntara.

No perdía la vista en el espejo fracturado en cientos de pedazos pero ninguno faltante en la pared que estaba frente a mí mientras estaba sentado en un banco y dándole la espalda al espectáculo de mujeres. Había uno de ellos que enmarcaba solamente mi cara, un rostro golpeado, ojeroso; con el cabello y la barba maltratada, con heridas en los labios y cortadas en las cejas y mejillas. Un reflejo de un hombre sin futuro ni esperanza.

Por reflejo vi como una mujer con el cabello oscuro, con los labios pintados de risa, con un sostén azul cielo que cubría sus senos de tamaño promedio, un vientre plano y una braga diminuta caminaba hacía mi sin quitarme la vista de enfrente hasta que llegó a estar parada a un lado de mí.
-No te voy a invitar nada- Seco y serio le conteste.

-Pero no quiero que me invites nada cariño, yo me puedo dar lo que yo quiera sin nadie más- Era una voz seductora que aumento aún más cuando paso su lengua por los labios.

-Bien por ti entonces ahora vete, no quiero nada- Trataba de no verla pero mi cuerpo me traicionaba una y otra vez.

-Sabes que eso es mentira guapo. Ya te están esperando, acompáñame- Me tocó el hombro y percibiendo su aroma fresco se acercó a mí oído lentamente y continuó:

-Eres el afortunado que la va a jubilar, ya no sirve para esto; entonces puedes hacer con ella lo que quieras. Es una lástima, no aguanto ni un año-

Se sabía que el significado de jubilar en esta época no era algo agradable. Los servicios médicos para gente mayor o enfermos no existían o eran muy escasos para nuestro nivel económico, entonces una persona al ser jubilada se refería a que era un gasto más y eso ya no era permitido; todo gasto debía ser eliminado.

Me volví a ver al espejo pero ahora estaba con esa hermosa dama a mi lado y en mi mano mi bebida de color rosa, una mezcla de vodka, jugo y demás ingredientes. Seguía siendo un hombre destrozado aquel.

Me levante y con tomado de la mano me encaminaba a un pasillo en donde desaparecían las de luces parpadeantes y todo era más sobrio. Puertas por ambos lados, algunas cerradas, otras entre abiertas y otras sin dejar nada a la imaginación; sexo, drogas, violencia, gritos, llanto, risas, sangre, saliva y sudor; cada habitación parecía un mundo diferente, un mundo regido por el hombre y su puño de hierro, un mundo triste y desolado; nada diferente al mundo real.

Se detuvo en una puerta y con su mano en la manija me dijo frente a mí:

-¿Listo bebe?- Y con su mano libre toco mí entre pierna apretándola un poco, ella continúo:

-No pareces estar muy animado, casi nadie tiene esta oportunidad. Si quieres te puedo ayudar un poco, esta perra necesita un castigo fuerte; se ha portado muy mal-

-¿Qué hizo?- No quitaba la mirada de sus ojos color café, era una mujer despiadada.

-Nos hizo perder mucho dinero, nos dio la idea de que era capaz pero nos dimos cuenta que solo era una niña y a las niñas tonta nadie las quiere; entonces ¿qué dices? ¿Entramos los dos?- Y me guiño el ojo izquierdo en lo que volvía a sacar su larga lengua y la pasaba por su sonrisa-

-Creó que yo solo puedo- Y apretando más mis órganos sexuales contentó efusiva:

-Eso era lo que quería escuchar, tigre- Y giro la perilla. Antes de que entrara a la habitación la volví a ver y con sus labios me dijo una palabra en silencio, palabra que se dice a todos los clientes que pasan al otro lado.


D-E-S-T-R-O-Z-A-L-A. 

domingo, 9 de octubre de 2016

Días del Futuro. Parte 3.0

Cruce la calle sin importar que estuviera lloviendo o que la gente viera que iba directo a un lugar donde se ve lujuria, se respira sexo, se sienten adicciones, se escucha violencia y se siente sucio. 
Nadie está en esa situación voluntariamente pero en la actualidad, en la maldita actualidad; nadie tiene opción.

Tocas una puerta hueca y se abre una rendija por donde te ven unos ojos oscuros y penetrantes que te analizan y tras unos segundos escuchas como se quitan los seguros del otro lado del metal y se abren las puertas del infierno.

Sale humo del interior y se comienza a escuchar música al fondo del pasillo que está poco alumbrado. Das los primeros pasos y una gran mano te toma del pecho impidiéndote seguir adelante mientras la puerta se cierra detrás de ti con un molesto rechinido, ya hecho; todo es oscuridad unos segundos pero te das cuenta que desde tus pies está subiendo un láser que escanea tu cuerpo. Uno pensaría que es para ver si traes armas o cosas peligrosas pero no, es para ver si traes dinero y a cuanto es esa cantidad, todo al final es negocio y si entras con las manos vacías; sales con algo más que tu presencia, golpeado y amenazado de muerte.

La luz roja termina de examinar tu cuerpo hasta la punta más alta de tu cabello y se apaga. Después de eso se alumbra el pasillo con luces como pista de avión en el aeropuerto y la música sube de tonalidad, igual aparecen unas luces pegadas en la pared que te mostraran lo que hay de promoción en el día o en la noche.

Comencé a caminar y debajo de las ya antes mencionadas luces se ven mujeres bailando eróticamente detrás de un vidrio blindado. No están en un cuadro mayor a de dos metros cuadrados ni dos metros de alto, están forrados de tela negra y en el suelo hay luces parpadeantes que las hacen resaltar.  

Vez sus rostros y aunque tratan de sonreír por orden del jefe puedes ver sus ojos de dolor y pena, sus cuerpos llenos de moretones y golpes que tratan de ocultar con maquillaje y sus movimientos cansados después de estar en un habitación donde no te puedes sentar cómodamente. Son pocas las que son “sanas” y son aún menos las que antes de entrar a trabajar son drogadas y sometidas por los hombres y mujeres de su mundo laboral por solo unos dólares más.

Había mujeres de ambos lados del pasillo y todas se movían al ritmo de la música de fondo excepto una que estaba inmóvil sobre el piso de su cuadro, recargada en una pared y con los ojos volteados. Uno habría pensado que estaba muerta pero su vientre se movía suavemente entre sus pequeños senos solo tapados por pezoneras y una tanga sucia y verde limón.

Lentamente me acerque al vidrio y con mi mano lo toque, al instante se prendió una luz verde alrededor del cuadro y eso solo eran malas noticias. Era la manera en que los clientes mostraban su interés por alguien y tras el escáner, si podías pagarla se enmarcaba de verde su ventanal y si era rojo; no podías ser acreedor de sus servicios y tenías que seguir buscando. Y al parecer, había ya pagado por una hora con estar con ella y yo ser su dueño.

La mujer estaba de frente a mí y tras la luz no había reaccionado, la pared en la que estaba recargada se abrió y entro un señor con guantes de plástico, traje negro y una máscara blanca de esas que ocupan los pintores para no estar respirando las toxinas de los líquidos tóxicos.

La tomo de las axilas antes de que cayera por completo en el suelo y me observo dándome una señal de afirmación con su cara. Minutos después desaparecieron de mi vista y entro otra chica sustituyéndola. Se cerró la puerta y comenzó a bailar.


Mira al otro lado del pasillo al que me había ya acercado y observe unas escaleras que descendían a una puerta por donde salía todo el humo, luces y la música. Cada vez estaba más cerca del infierno.