-No espera, no. Sabes que no- Le decía mientras volvía a
entrar a la habitación recuperado de la mano.
-¿No? ¿No qué?- Ella me preguntaba indignada.
-No pienso hacerlo, no pienso pelear a muerte contigo y para
empezar, tú ya deberías estar muerta y en vez de eso estas ahí parada con la
blusa rota y machada de sangre, con una sonrisa en tu rostro y dispuesta a
hacer lo que sea necesario para terminar conmigo pero no, yo no quiero hacerlo
¿Qué eres? ¿Una clase de inmortal? ¿Cuántos años tienes? ¿Qué tan vieja eres?-
-¿A qué te refieres con eso estúpido? ¿Piensas que soy una
clase vieja y que vive desde la Edad Media?- Esa era indignación femenina.
-Algo así, sí. ¿Estuviste en la Edad Media?- Ni en las más
peligrosas situaciones de mi vida he dejado de tener mi pendejo humor.
-¡Claro que no pendejo!- Coraje femenino al decirle a una
mujer vieja.
-Que humor carajo, pero bueno; no nos distraigamos. No
pienso hacerlo contigo y hablo de sexo, porque eso está riquísimo contigo; sino
de enfrentarnos aquí y ahora-
-No tienes escapatoria-
-No, si la tengo; me puedo ir por esa puerta y ya. A esperar
lo que sigue y desaparecer o simplemente puedo desaparecer en este momento y
jamás volverás a saber de mi-
-¡No, no puedes hacer eso!- Ya era berrinche femenino.
-Sí, sí puedo y deja de gritar que alguien nos puede
escuchar-
-¡Pues que nos escuchen! ¡Qué escuchen que estoy con un
maricón que se quiere ir y dejar las cosas así!- Esta pelea estaba tornándose de
tipo como las de las relaciones de noviazgo.
-¿Quieres verlo?- Esto ya me estaba resultando estúpido y
divertido a la vez; si parecía mi novia.
No contestaba a mi pregunta y solo su cuerpo comenzaba a
relajarse poco a poco mientras se daba cuenta que era verdad todo lo que le
comentaba.
-No, no te vayas- ya era tristeza en su voz.
-Como es divertido esto, hace unos momentos me tenías
colgando de una silla haciéndome sufrir como nadie lo había hecho y ahora me
pides que no me vaya como lo hace una amante a un esposo.
Y lo acepto, solo
quiero intentar algo que me está dando curiosidad-
-Lo que quieras pero no te vayas, no me puedes dejar así. No
puedes solo irte y ya ¿Qué no me quieres matar?- Guau, que cambiante es la
vida.
-Ok solo, no te muevas ¿sí?- y como un niño emocionado asintió
abriendo las piernas, extendiendo sus brazos y mirándome sin parpadear. –Bien,
solo una pregunta antes de que lo haga ¿Cuánto quieres que me quede contigo y
porque? ¿Cuántos hay de nosotros?- No dudo ni un momento y contesto.
-Con todo mi corazón porque eres igual que yo, somos únicos y
podremos hacer cosas maravillosas.
Te encontré y me enamore de ti, jamás deje
de pensar en ti y cuanto e volví a ver mi corazón volvió a palpitar. Y somos
los únicos, ya somos los únicos. Destruiste todo rastro e investigación de los
demás con tu explosión; solos tú y yo mi amor-
-Bien, bien- La mire a los ojos y parándome correctamente y
frente a ella dije:
-No te muevas querida, solo disfruta del momento- Ella
sonrío, cerró los ojos e hizo su cabeza hacía atrás.
Suspire y con mis dedos forme una pistola.
…
Cuando me acerque a ella tenía los ojos abiertos y mantenía
su sonrisa aunque en todo su cuerpo había agujeros de un diámetro de un centímetro,
desde los pies hasta la frente, en medio de su pecho y en sus brazos. Todo pasó
tan rápido que no hubo sangre, sus heridas estaban quemadas y su sonrisa
congelada, como su corazón.
Tape su cuerpo con una sábana y me fui de su apartamento saludando
a sus vecinos cordialmente.
No sabía si la iba a volver a ver y por un lado deseaba que
sí, pero por otro quería empezar de nuevo mi vida, en otro lado. No me había
arrepentido de regresar y no lo hago pero ojala no hubiera acabado así pero la
vida es así y hay cosas que no puedes manejar, sin embargo, y con una sonrisa
mirando el cielo y desapareciendo de aquel lugar; nada había cambiado, iba a
seguir haciendo lo que quisiera cuando quisiera.
Tal vez algún día tu y yo nos encontremos y decida ayudarte o
simplemente pasar desapercibido pero ten por seguro de que volteare de nuevo a
verte y sé que tú también lo harás, en otro momento pero aunque sea en ese
momento, tu y yo habremos estado en contacto.
Hasta pronto amigo o amiga mía. Nos vemos después.
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