sábado, 23 de abril de 2016

La Prueba. Parte 13

La puerta ya estaba abierta, los pasillos y las escaleras igual. Todo había cambiado y ellos habían ganado, quienes fueran; ya tenían el control de nosotros y ya no podíamos hacer algo para cambiarlo, estábamos en sus manos, éramos sus títeres y ellos jalaban de los hilos. Títeres, marionetas. Estamos acabados y no vamos a poder salir hasta que solo quede uno y eso dependía de nosotros. El tiempo pasaba y nosotros solo nos destruíamos más, pronto; ya pronto esto terminaría.

Llegue a la puerta del centro de control y recargado en ella, en el suelo había un martillo. Lo tome y fije la mirada en una cámara que había en una esquina del techo. Tenía que hacerlo a su manera.

Entre a la habitación y los vi sentados en sus lugares, frente a los monitores y con una mirada de ansiedad y sorpresa. Uno estaba más sorprendido que el otro.

“¿Y la comida?” preguntó Marco.

“No había” conteste mientras me dirigía a pararme a un lado de Juan y esté contestó:

 “¿Y ahora?” Ya a su lado lo tome del hombro y con una cara sarcástica le dije:

“No lo sé, tendremos que volver a esperar”

“Que horror es esto, ya que se acabe” Dijo Marco llevándose las manos al rostro.

“¿Si verdad Juan? Que esto se acabe pronto” Esté alzó el rostro y me vio directo a los ojos mientras con mi otra mano levantaba el martillo y con fuerza lo dejaba caer haciendo a Marco espantarse y brincar de su lugar.


Uno, dos, tres, cuatro golpes hasta dejarlo inutilizable. Ya no era parte del juego y tenía otro que destruir y estaba justo frente a mí. 

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