lunes, 18 de abril de 2016

La Prueba. Parte 11



Abrí los ojos, los abrí. Todo fue un sueño, un amargo y horrible sueño. 

Me senté y estaba todo oscuro, la habitación entera, más oscuro de lo habitual y mis compañeros dormían tranquilamente. 

“¿Qué pasó aquí?” Dije mientras me levantaba y me acercaba a la “ventana” o donde se suponía que había un ventanal que nos dejaba ver el exterior. Ahora había una placa de metal liso sobre toda esa área, un metal frío y opaco. 

Voltee a ver a mis compañeros que descansaban en el suelo sobre sus bolsas para dormir, con sus mochilas a un lado de ellos; todo estaba tan normal, tan tranquilo, tan…

“Muchachos, ¡muchachos! ¡Levántense!” Corrí hacía ellos y los comencé a patear desesperadamente hasta que reaccionaron. 

“¿Qué sucede?” dijo Marco

“¿Qué pasa?” dijo Juan.

“Alguien entro y tomo nuestras cosas. Estuvieron aquí” Y como primer instinto comenzamos a revisarnos el cuerpo. 

Segundos después la luz del techo se tornó de un color, de mi color y eso significaba que podía salir por víveres y alimento pero no podía, estábamos todos quietos viendo la luz, la única luz de la habitación. 

“¡¿Qué esperas?! ¡Ve!” Me dijo alterado Marco. 

Tome el borde de la puerta y la jale a mí. 

Era una ventisca fría la que escalo por todo mi cuerpo y dando los primeros pasos se cerró la puerta tras de mi dejándome ver por última vez a mis compañeros.  

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