Corriendo por las silenciosas calles de la ciudad veo
fantasmas que me persiguen esperando alguna respuesta a sus preguntas, viéndome
andar en un mundo regido por reglas y persiguiéndome tratando de alcanzarme
para atraparme y hacerme hablar acerca de sus problemas.
No puedo pensar si que alguno de ellos este presente, no
puedo verme al espejo sin ver que detrás de mi esta un espectro de una de mis
victimas, ensangrentado y furioso; esperando verme a lado de él para que me
torture y sufra por la eternidad. No puedo tener un solo minuto de la dulce
soledad porque están todos rodeándome, viéndome con sus cuerpos comidos por los gusanos o
incinerados por un incendio o pálidos pero llenos de sangre por un corte
mortal. Me están esperando en su mundo para que los acompañe en su pena y
sufrimiento.
Cuando hablo con alguien o tengo un momento de relajación aparecen
pareciendo reales tomando un rol de ese momento, como un mesero o un compañero
de trabajo o hasta en conductor de un camión. Me hacen pensar que son unos
muertos vivientes y que todos los ven pero después desaparecen y las personas
vuelven. Mi mente está jugando conmigo.
La primera vez que los vi fue en un sueño, estaban todos;
desde la causante de este mal hasta el último asesino que había matado. Todos
juntos, rodeándome en un cuarto blanco y como zombies hambrientos se abalanzaban
contra mí tirándome al suelo y experimentando como me mataban poco a poco, en
la forma en la que ellos habían muerto. Desperté luego de un rato pero cuando
me senté en mi cama y alce la mirada seguían
ahí, pero ahora estaban en el mundo real, en mi mundo; me quede pasmado y de
nueva forma se abalanzaron a mí, cerré los ojos con fuerza y cuando los volví a
abrir ya no estaban. Después de esa noche todo ha cambiado, aparecen más
seguido y a todas horas, pero conforme pasa el tiempo me estoy acostumbrando a
su presencia; a su incomoda respiración en mi nuca mientras doy una
presentación en el trabajo, a sus movimientos cerca de mi mientras estoy en un
restaurante, a sus miradas profundas mientras veo por la ventana del transporte
público. Esto es parte de mi maldición hasta que un día… sentí a uno de ellos.
No pude saber quién era pero estaba furioso y quería venganza.
Estaba solo en mi casa cocinando mi comida dominical y cuando di la vuelta me apareció
de frente asustándome y tirándome del suelo, de inmediato me levante y cuando
quise pasar por encima de él, no pude; me empujo hacia la estufa quemándome una
parte de mi brazo. Luego de reaccionar y de ver la quemadura volví a mirar hacia
el frente y ya no estaba. ¿Qué había sido eso?
Ya no he vuelto a ver esa mirada pero sé que volverá y me
mando un importante mensaje:
“Algunas cosas pueden
parecer reales, pero a veces no lo son. Debo tener cuidado y estar atento a
todo porque alguna falla me puede lastimar a mi o mis allegados de una forma
horrible”
No hay comentarios:
Publicar un comentario