Trato de mover sus brazos y no pudo, trato de mover sus
piernas y no pudo. La cabeza le pesaba ya que estaba colgado verticalmente del
techo formando una estrella con sus extremidades aunque solo estaba treinta centímetros
por encima del suelo.
La luz era más tenue y pudo adaptarse rápidamente. Vio que
estaba en un cuadro arquitectónico de un edificio que apenas estaba hecho y
había sido abandonado por falta de presupuesto, trato de gritar pero no pudo; después
trato de moverse y vio su posición, era algo imposible de hacer y más adelante
se dio cuenta que estaba desnudo y con el pecho cubierto de platico lo que hacía
que sonara al momento de intentarse moverse.
Yo estaba en la sombra viendo como se retorcía y trataba de
escapar. Di unos pasos seguidos y aparecí a su vista, en frente de él.
-Te estarás preguntando “¿Cómo es qué estás vivo? Yo te dispare
¿Dónde estoy? ¿Qué me vas a hacer?” todas esas respuestas son simples pero no
eres capaz de pensar en estos momentos, colgado de un tubo en el techo.- Mi voz
era pasiva y mientras hablaba me acercaba más a su persona.
-Balas de pintura… nunca confíes en el arma de alguien más;
estas en un edificio abandonado, en un octavo piso y un dato interesante, en
este lugar fue mi primer asesinato investigado, hay muchos recuerdos aquí.- di
un suspiro y mira al piso, seguido a mi mano donde tenía un cuchillo.
- “¿Qué te voy a hacer?” es simple, te voy a desangrar hasta
que mueras mientras yo mirare tus ojos perder su vida poco a poco- La
intensidad de mi voz aumentando mostrando enojo y frustración. Me acerque lo
suficiente a él como para sentir su respiración agitada.
-Te voy a decir algo personal y espero que pongas mucha atención
porque puede ser de las últimas cosas que escuches en tú vida de asaltante. Estoy
enojado, no contigo ni con la vida; sino con lo que me ha pasado últimamente,
me he dejado llevar por mis sentimientos; los cuales odio con desprecio- Seguía
igual de cerca de él y lo miraba directamente a los ojos. De repente salió una lágrima
de mi ojo, algo que nunca había pasado en una situación así.
-Me he dejado llevar por los sentimientos de los demás y he
ignorado a los míos, lo que quiero, deseo y lo que adoro. Así que sigamos con
esto.- Me aleje de su cuerpo y desparecí ante sus ojos moviéndome a un lado
suyo para tomar una tina metálica y colocarla debajo de él y me volví a incorporar.
Ahora nuestras narices rosan entre sí.
Hubo un periodo de tiempo en silencio entre nosotros hasta
que al final dije:
-Y sabes algo, tal vez deba cambiar, ser alguien más pero no
lo voy a hacer o no será permanente. Porque adoro quien soy y lo que hago- Mis
ojos se abrían cada vez mas y me acercaba aun mas a su rostro- Y no me importa
la demás gente, a lo mejor suena egoísta; pero esta frialdad, mi pensamiento,
mi razón es lo mejor que puedo tener- Moví mi rostro y empecé a hablar a su
ojera derecha- Y al final de cuentas pagare por todo lo que he hecho y lo que
hare en esta vida, pero mientras tanto no debo perderme a mí mismo porque una
persona en especial me ha enseñado a valorarme y eso estoy a punto de hacer
aunque me cueste la vida entera- Y al terminar estas palabras clave lentamente
el cuchillo en su estomago.
Solo se escucharon gemidos en todo el edificio y las gotas
que caían en la cubeta de metal. Me separe de su cuerpo y deje el cuchillo perpendicular
a él. Tenía los ojos abiertos y me miraban fijamente, su cuerpo trataba de zafarse
y el platico chillaba contra su piel que perdía el color.
Al final se quedo quieto y fue agachando la cabeza hasta
quedar viendo al suelo, con los ojos cerrados y las gotas cayendo de su tórax.
-Me puede costar la vida… y espero lo haga-
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