martes, 10 de julio de 2012

El fin del asesino. Parte 13

Deje el cuchillo goteando de sangre sobre la mesa, me quite los guantes de látex y tome el celular. Empecé a teclear un número y espere a que me diera tono, sonó y sonó.


-¿Hola?- me contesto la voz angelical.

-Hola, soy yo; me preguntaba si estabas ocupada y quisieras venir. Tengo algo importante que decirte y enseñarte- le hablaba con una voz tranquila dado que tenía un cuerpo lleno de sangre a mis espaldas iluminado por una luz muy tenue y sobre un edificio abandonado.

-¿Es acerca de lo de la última noche que nos vimos?-

-Sí, es acerca de eso-

-Me parece bien ¿Dónde te veo?- al fondo de su voz se escuchaban trastes chocar entre ellos. Estaba lavando los platos de su cena.

-¿Conoces el  edificio abandonado de la avenida 5, entre Don Celes y Vasconcelos?-pregunte aunque ya sabía que la respuesta era…

-Sí, claro-afirmo rápidamente.

-Te veo abajo, donde está la puerta de la reja de seguridad ¿te parece?- y aunque no lo estuviera no iba a cambiar el lugar.

-…ok, tenebroso pero si ahí nos vemos en diez minutos-tardo en contestar.

-Hasta entonces-

-Bye-

-Bye-

Cerré el celular y lo volví a colocar sobre la mesa.

-Las mentiras matan-dije antes de volverme a poner los guantes y a coger el cuchillo que ahora había dejado su marca sobre la madera podrida de la mesa.

Pasaron los diez minutos y yo ya estaba en posición. Vi los faros de un carro a lo lejos y acercarse velozmente a mí. Se detuvo y salió con unos pantalones de mezclilla y una blusa roja con una princesa estampada en el frente (porque tuvo que ser roja).

Camino a un lado mío y dijo:

-He me aquí- pronuncio estas palabras mientras volteaba a su auto verificando que lo había apagado y con un ademan con sus manos mostrando su figura, luego me miro esperando algo; yo estaba callado, esperando, tranquilo.

-Te quiero mostrar algo antes de decirte algo, no quiero arruinar el momento por que ha sido una buena noche-

-¿Esta en el edificio?-pregunto mirando la figura arquitectónica.

-Si- nunca la deje de ver.

-Pues que estamos esperando- y con un movimiento con mis manos la deje pasar delante de mí.

Caminamos silenciosamente sobre la calle y la planta baja del edificio, ella iba sonriendo todo el tiempo. Ojala no esté esperando algo romántico, no es mi estilo. Presione un botón sobre la pared y las puertas del elevador de servicio se abrieron instantáneamente, entro en él y después yo.

-¿Subimos?-dijo aun con una sonrisa.

-Pero claro que si-le conteste con una sonrisa también.

Presione otro botón y se cerraron las puertas.

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