Todo empezó con un sentimiento de escribir algo que saliera
de lo ordinario, de escribir algo que expresara lo que sentía, lo que tenía que
decir y tal vez no lo que deseaba hacer pero si lo que pasaba por mi mente; así
nació un personaje que me enseño más de lo que pude pensar aun siendo producto
de mi conducta, mis actitudes y de mi mente retorcida. Me enseño a aferrarme a
hacer lo que en verdad quiero y a darme cuenta quien soy en verdad, gracias por
toda esa sangre derramada.
“El fin del asesino” una serie que fue creciendo conforme la
imaginación de su loco creador ingeniaba nuevas cosas una y otra vez. Un
conjunto de textos que no narran más que una vida paralela y nos colocan en
situación que a veces son de reflexión y otras de simple tensión con el “¿que
pasara? o ¿ahora qué?”.
John Katzenbach, un escritor profesional que sigo, que
admiro y que me enseño mucho acerca de este género literario. Consumo sus
libros con ansias y cada uno de ellos me deja una sensación que muy pocos en la
vida real logran, el provocar que mi corazón palpite a mil por hora con cada
palabra que leo, con cada situación que pasan sus personajes y con cada escena
que queda indefinida lo que provoca leer aun más. Gracias profesor.
Pamela, mi musa, mi dulce adicción, mi admiración, mi gusto,
mi sentido de ser y mi acompañante fugitivo. Con diez meses sobre nosotros y
sigo aprendiendo de ti. En este texto final protagonizaste un personaje que fue
fundamental en la vida literaria de un asesino que es real en la mente de una
persona que te ama un sinfín. Gracias por estar presente y si el asesino matara
a alguien de amor, sería a ti. Mi mente te ama, mi corazón me pide que no te
deje y yo estoy feliz con eso y contigo. No estoy contigo por mucho tiempo como
el que desearíamos, ni el suficiente como te mereces pero soy tuyo de mente y
corazón y eso nadie lo ha tenido antes. Te amo y créeme que lo hago. Gracias mi
asesina.
A mi familia que gracias a su nula curiosidad no quisieron
saber que escribo durante jornadas de dos horas en las cuales no estoy para nada
ni para nadie porque si tuvieran curiosidad, ya estaría en el psicólogo desde
ya hace mucho tiempo. Gracias por darme mi espacio.
Gracias asesino. No tengo palabras para ti, solo miles de
historias que faltaron por escribir y que serán dichas a su debido tiempo. Te
debo una vida, pero estamos juntos en esto y seguimos salpicando el teclado con
lo que me dictas sin parar en mi mente. Gracias por existir.
Gracias lector. Sin ti no habría nada, no tengo con que
pagarte excepto con textos que te estremezcan y te dejen sin aliento.
Gracias Ni4. Un espacio que nació de la nada, pero que hoy
es mucho.
Gracias Gabriel… en serio gracias.
El fin del asesino. Parte 15 (viernes 27 de julio de 2012)
Un círculo se debe cerrar y que mejor fecha que esa.
Gracias a todos por existir.
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