viernes, 15 de febrero de 2013

Cazado. Parte 1


Eran una pareja envidiable por los demás. Aparentaban tener una relación de lo más amorosa, tenían trabajos excelentes, un hogar lujoso, autos de último modelo y mostraban su amor como si fuera recién aunque ya llevaran años juntos. Un hombre y una mujer de edades muy parecidas en el mismo trabajo, los bienes raíces. Tenían una casa en el bosque en una zona privada y siempre pasaban los fines de semana ahí, disfrutando de la soledad y haciendo cosas que en una ciudad no se podría por la ética. También tenían algo en común, eran buenos convenciendo gente para al final estafarla y dejar a diversas familias en la bancarrota total y por causa de eso y la falta de oportunidades de trabajo, una familia estable hasta que conoció a nuestra pareja se vuelve fracturada dejando familiares en prisión e hijos abandonados por las mismas necesidades; de igual manera ya también había costado vidas humanas por medio del suicidio o el crimen organizado.

No tenían remordimiento alguno aun sabiendo lo que causaban, lo peor era que disfrutaban de esa agonía y disfrutaban ver como se desmoronaban poco a poco hasta caer en lo más bajo; cuando trataban de levantarse ellos lo impedían dejándolos peor que al principio. Eran una pareja que causaban mal a las demás personas que se les atravesaban.

Hoy es sábado por la noche, un fin de semana en su cabaña, el último fin de semana en su cabaña. Seguirlos no fue difícil, encontrar la cabaña menos, dejarlos solos dentro de su hogar y esperar afuera fue más que premeditado; solo faltaba esperar el momento adecuado.

Llevaba todo mi material listo, hoy iba a ser algo diferente que las otras veces; quería sentir la naturaleza en mi acto por eso dos días antes no muy lejos de la cabaña había cavado tres fosas de tres metros de profundidad, una para el esposo, una para la dama y la tercera para el abogado del diablo que los ayudaba a estafar a las familias y a hundirlos hasta la desesperación; a él solo le interesaba el dinero y mientras más destruía a la familia mas pagos recibía; sin embargo era el mejor abogado que alguien pudiera tener, pero tenía un defecto; le gustaba el alcohol y vivía solo.

A él un día antes había ido a su hogar con una botella de vino blanco fundamentando que era uno de sus mayores aficionados y que quería aprender de él, dándole el licor y después invitándolo a un bar; salimos hasta muy noche donde solo él estaba en mal estado, lo que me facilito las cosas y lo logre mantener inconsciente y sumido en drogas para dormir por unas horas hasta la noche del sábado. Ahora lo tenía en la cajuela de mi auto.

Fue hasta la media noche cuando después de una noche llena de gritos de pasión y lujuria salió el esposo de la casa a prender el tanque de gas para tomar un baño. Estaba semidesnudo, lo que le agradecí y con movimientos lentos salí de entre la maleza del bosque y lo ataque por la espalda cubriéndole la boca y nariz con un somnífero cayendo a los pocos segundos dormido. Lo arrastre hasta cubrirlo con arbustos y espere unos minutos a que la esposa también saliera para ver que había pasado con el agua caliente; hice lo mismo con ella, solo que giro antes de tiempo y mientras me veía caía en el sueño que duraría por lo menos dos horas, tiempo suficiente.

Con cuidado de no dejar huellas en la tierra mojada arrastre los dos cuerpos hasta donde estaban situadas las fosas y también con mucho cuidado saque el cuerpo del abogado del maletero y lo lleve al mismo lugar.

Había cubierto los agujeros con una manta de camuflaje para evitar sospechas y que se volvieran a llenar de tierra. Había escogido de igual manera ese lugar en especifico del bosque porque había un tronco caído lo suficientemente fuerte para aguantar cinco personas arriba de él; solo necesitaba que fueran tres y por unos minutos. Debajo del tronco que estaba como a dos metros sobre el suelo estaban los agujeros donde se depositarían los cuerpos ya sin vida y se recubrirían para que la naturaleza hiciera su parte.

Desnude los tres cuerpos, los colgué de los brazos al tronco y los cubrí de plástico para cocinar, no quería que hubieran marcas de sangre; además la tierra estaba mojada, si una gota callera iba a ser absorbida y desaparecería, solo un sabueso experimentado podría encontrar los cuerpos ya bajo tierra pero además ¿Quién buscaría a una pareja que había destruido a varias familias y salido impunes por la culpa de un abogado que además de tener enemigos era solo un hombre de intereses? Sus acciones estaban de mi lado.

A la media hora de haberlos colgado y recubierto despertaron en lapsos de cinco minutos; todo estaba a mi favor hoy, A penas podían hablar y ver pero sus sentidos estaban más que amplificados y sus sensaciones estaban en el límite, lo que ayudaría a entender mi punto de que sintieran el dolor de las personas a las que había lastimado. Además podría gritar lo que quisieran, nadie los escucharía; el bosque estaba sordo.

-Mis queridos culpables, el día de hoy estamos aquí presentes para quitar tres vidas que han sido vistas por los cargos de extorción, asesinato en primer y segundo grado y por el crimen más grande de todos, causar el mal público a inocentes. Su condena, la muerte vista de un lado natural; ya saben con lo del calentamiento global y todo eso, hay que ayudar a la tierra y que mejor con abono natural- Hablaba y caminaba de derecha a izquierda mientras ellos gritaban incesantemente por sus vidas.

-¡Ayuda! Quien sea, ayúdenos-

-Lo siento pero esto también fue su culpa, ¿Para que escogen una cabaña en medio de la nada? Eso se los tengo que agradecer-

 -¡Ayuda! Quien sea, ayúdenos-

-Y sin más preámbulos les explicare como va a ser el proceso de condena. Primero matare al abogado, luego a la esposa y al final al esposo; no creo que quieran saber cómo va a ser que les voy a quitar sus vidas. Solo podrán suponer que ya cuando estén sin vida cortare la soga que los une al árbol y caerán a sus respectivas fosas, serán recubiertos con kilos de tierra y después las bacterias e insectos penetraran los plásticos terminando de hacer mi trabajo. Por cierto, nadie los encontrara.-

-¡Ayuda! Quien sea, ayúdenos-

-¿Alguna duda?- Creo que con eso me pase de sarcástico pensé.

-¡Ayuda! Quien sea, ayúdenos-

-En ese caso empecemos-

Cuando di el primer paso moviendo mi cuchillo alguien más lo dio, hojas en un punto diferente pero no muy lejos crujieron y siguieron haciéndolo, alguien estaba caminando a mi dirección a gran velocidad. Gire sobre mi eje tratando ver algo, estaba demasiado oscuro y lo único que se veía con claridad era el cuadro en el que estábamos a causa de una lámpara que había puesto. Me adentre al bosque un poco tratando de identificar de donde se oían los pasos, pero eran demasiados, al menos de cuatro o cinco personas hasta que se callaron, seguí tratando de ver algo pero aun nada. Escuche un grito ahogado de la mujer y regrese lo más rápido posible a donde están los cuerpos colgados, tropecé un par de veces hasta que al fin vi algo que me dejo sin palabras; algo que jamás había visto en mi vida y que nunca me había ni siquiera pensado.

Detrás de cada cuerpo colgado había una persona escondida con una mano sujetando el cuello y con la otra empuñando un cuchillo en donde la punta estaba en la boca del estomago y como si les hubieran dado una orden, de manera simultánea cada persona clavo el cuchillo en el cuerpo de su colgado haciendo que gritaran de dolor mientras se retorcían. Después de eso, volvieron a sacar el cuchillo de manera simultánea y cortaron las cuerdas haciendo que los cuerpos aun con vida cayeran a los agujeros.

Tenían los rostros tapados con pasa montañas y usaban ropa oscura y holgada, no podía identificar si eran hombres o mujeres, pero los tres me veían profundamente y sin preverlo ni escucharlo una mano paso por mi nariz y boca con la misma táctica que yo usaba para sedar a mis victimas, ahora yo era el que estaba siendo sedado y sabía que no podía hacer nada en esa posición; por algo la usaba, era efectiva.

La vista se me nublo y sentí como las piernas se me doblaban tirándome al suelo exhausto. Lo último que vi fue a una persona cuarta persona sobre mí con la misma ropa y vestimenta y lo último que dije fue:

-¿Quiénes son?-

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