lunes, 8 de abril de 2013

Podemos estar solos.


Desear ser otra vida, alguien normal; ser alguien más, sin tantos problemas, una vida más sencilla.

Poder olvidar lo que nos han hecho, lo que nos quebró o lo que excusamos por ser así; tener otras cosas en la cabeza y no solo pensar en lo sucedido.

Estamos solos, nadie entiende lo sucedido y lo que pasa por nuestra cabeza, nuestros comentarios y nuestras acciones; podemos creer que somos los únicos y que nadie pasa por lo mismo pero, no es así. Nunca estamos solos.

Podemos ser poetas que se guardan bajo un seudónimo y que preferimos la privacidad de nuestras palabras a que un mundo sepa lo que hacemos y quiera tomar ventaja de eso. Poemas bajo temáticas diferentes en las que el escritor puede sentirse en un intervalo de años conforme su día pasa, temas desde el erotismo mas excitante que podemos sentir bajo nuestra piel hasta el terror más imponente que se queda en nuestras cabezas y que nos cuesta olvidar.

Podemos ser un escritor que solo piensa en la venganza de un ser maligno, en el amor de una joven, en la sangre que desea que se derramara bajo el suelo en condiciones normales; en un suelo blanco y sobre un charco de sangre de un notable suicidio o de un asesinato a sangre fría.

Podemos ser una persona temerosa de sí misma, por lo que se  puede causar a si misma o el daño que le puede provocar a los demás; con miedo de nuestros pensamientos que en cierto punto deseamos su realidad pero soñamos que nunca los tuviéramos. Convertir todas esas palabras en realidad y ser quien realmente somos y que ahora nos escondemos bajo una fachada de un estudiante, de un trabajador, de un ama de casa o de un padre de familia.

Podemos tener enfermedades mentales; voces que nos advierten y otras que nos alientan, síndromes que nos provocan el auto castigo por la misma satisfacción de sentir algo, deseos de morir y miedo al mismo y exponerse al máximo para probar algo que solo se convertirá en una victoria personal o eso pensamos, cuando la realidad es que solo causamos un momento de adrenalina que sustituye por momentos esas dulces adicciones y enfermedades de las cuales estamos marcados.

Deseamos estar solos, queremos estar solos, pensamos que estamos solos; pero no nunca lo vamos a estar.

Siempre hay alguien como tú, que te entiende y te acepta. Que sabe por lo que pasas y hasta supera lo que te ha sucedido. Alguien como tú, alguien diferente a ti pero que nunca te deja.




Seas quien seas, nunca estarás sol@ aunque no hables. Eres único e irrepetible, sufres lo que eres capaz de soportar lo que demuestra tu fortaleza, aprende y supéralo.

¿Qué sería de tu vida sin ser quien eres o sin lo que te ha pasado? ¿Como la verías? Que aburrida sería, no agradezco por lo sucedido ni quiero lastima de los demás, solo hay que seguir adelante y ser siendo quienes somos.

Para los que somos más que seres normales por lo que sea.

1 comentario:

Luis Gabriel... dijo...

Las palabras nunca bastan.