Estaba en el espacio exterior viendo las estrellas
colapsarse y crear universos nuevos. Vi nada mas que dolor, sangre, flamas de
un incendio interminable, una bailarina ir de aquí para allá sin que nadie le
dijera nada.
Mire mi cuerpo y tenía un rayo atravesado alrededor de él,
pasando por mi abdomen, llegando a mi cuello y terminando en mi ojo derecho; me
observaba en tercera persona. El cabello lo tenía revuelto y estaba en total
seriedad mientras alzaba mis brazos como si tuviera algo en las palmas; alce la
vista y como si me viera hice un gesto de silencio antes de que me señalara
algo, algo detrás de mí.
Era un oyó negro que me jalo y me llevo a un lugar desértico
donde a lo lejos de los montes veía como miles de personas corrían en una sola
dirección y enfrente de ellos otras miles de personas corriendo hacia ellos;
como si fueran trenes imparables y que en pocos segundos chocaría; pero en
medio de todos esos gritos estaba un sujeto parado; era de nuevo yo pero ahora
portaba un traje negro entallado con una camisa blanca y una corbata negra y me
seguía observando.
Se arrodillo con una rodilla en el suelo y en ante brazo
contrario en la rodilla que esta a noventa grados, miro al piso y espero, espero
a que se acercara la gente.
Alzo la cara y haciendo una posición de cristo con las
palmas frente a cada grupo de gente las desapareció haciéndolas polvo.
Se quedo de nuevo parado y volvió a señalar algo detrás de
mí. Gire mi cuerpo y ahí estaba él de nuevo. Me miro con sus ojos cafés
penetrantes y una leve sonrisa en el
rostro. Paso su dedo índice sobre mi frente, luego sobre mi nariz y al final
terminando por mi mentón. Observo mis pies y ahí se quedo quieto hasta que yo también
los vi y no estaba parado en nada como si me fuera elevando y viera como la
tierra se iba haciendo pequeña, como las estrellas rozaban mi cuerpo y como los
planetas pasaban como balones; saliendo de la galaxia y esperando algo.
Alcé el rostro y vi blanco; ahora estaba en un cuarto
blanco, suspire y cerca de mi había un bote de pintura con una brocha; portaba
un mandil de mezclilla. Tome el balde, la brocha y sacándola rápidamente hice
algo de mi vida.
Todo puede pasar en
cualquier momento aunque no digas nada.
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