jueves, 25 de abril de 2013

Di algo.


Estaba en el espacio exterior viendo las estrellas colapsarse y crear universos nuevos. Vi nada mas que dolor, sangre, flamas de un incendio interminable, una bailarina ir de aquí para allá sin que nadie le dijera nada.

Mire mi cuerpo y tenía un rayo atravesado alrededor de él, pasando por mi abdomen, llegando a mi cuello y terminando en mi ojo derecho; me observaba en tercera persona. El cabello lo tenía revuelto y estaba en total seriedad mientras alzaba mis brazos como si tuviera algo en las palmas; alce la vista y como si me viera hice un gesto de silencio antes de que me señalara algo, algo detrás de mí.

Era un oyó negro que me jalo y me llevo a un lugar desértico donde a lo lejos de los montes veía como miles de personas corrían en una sola dirección y enfrente de ellos otras miles de personas corriendo hacia ellos; como si fueran trenes imparables y que en pocos segundos chocaría; pero en medio de todos esos gritos estaba un sujeto parado; era de nuevo yo pero ahora portaba un traje negro entallado con una camisa blanca y una corbata negra y me seguía observando.

Se arrodillo con una rodilla en el suelo y en ante brazo contrario en la rodilla que esta a noventa grados, miro al piso y espero, espero a que se acercara la gente.
Alzo la cara y haciendo una posición de cristo con las palmas frente a cada grupo de gente las desapareció haciéndolas polvo.

Se quedo de nuevo parado y volvió a señalar algo detrás de mí. Gire mi cuerpo y ahí estaba él de nuevo. Me miro con sus ojos cafés penetrantes  y una leve sonrisa en el rostro. Paso su dedo índice sobre mi frente, luego sobre mi nariz y al final terminando por mi mentón. Observo mis pies y ahí se quedo quieto hasta que yo también los vi y no estaba parado en nada como si me fuera elevando y viera como la tierra se iba haciendo pequeña, como las estrellas rozaban mi cuerpo y como los planetas pasaban como balones; saliendo de la galaxia y esperando algo.

Alcé el rostro y vi blanco; ahora estaba en un cuarto blanco, suspire y cerca de mi había un bote de pintura con una brocha; portaba un mandil de mezclilla. Tome el balde, la brocha y sacándola rápidamente hice algo de mi vida.


Todo puede pasar en cualquier momento aunque no digas nada.

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