No sé como llegue a casa, lo que me trajo ni donde estaba
antes. Solo traigo la ropa mojada, la camisa rasgada y sin zapatos. Entro al
baño, prendo la luz y me veo en el espejo; tengo el cabello húmedo y hecho una
maraña de nudos, los ojos rojos y cansados, los labios partidos y con una cortada
en el inferior; hay un poco de sangre en mi ropa a causa de la cortada.
Abro la llave para lavarme las manos y estas están manchadas
de un liquido negro parecido a la grasa de un auto, las uñas eran de un gran
tamaño y en el antebrazo tenia cortadas muy finas en todas posiciones.
Deje de estar en el baño de mi departamento en cuestión de
segundos. Todo se oscureció y trataba de ver algo en todas direcciones, trataba
de oír cualquier cosa que no fuera mi respiración, me sentía flotando y nada
más, ni el aire. Se prendió una luz en frente de mi, como una lámpara a lo
lejos y trate de caminar a ella pero por más que me esforzaba no lograba
moverme pero no hubo necesidad de hacerlo; la luz se acercaba a mi rápidamente hasta
cegarme.
Sentí una mano pasar por mi pecho, unos labios tocar los míos,
una respiración muy cerca de mí, un palpitar de un corazón frente al mío. No
podía ver nada solo sentir. Después la mano me empujo con fuerza y sentí caer
en un charco donde la oscuridad de nuevo reinaba. Pude abrir los ojos y otra
vez estaba solo. Mi ropa estaba mojada y estaba desconcertado, había caído en
un líquido obscuro que apenas distinguía.
Cuando quise levantarme, como si estuviera pegado al piso no
pude, algo me lo impedía; cuando vi mis manos estas estaban siendo cubiertas por
el liquido, como si tuviera vida y quisiera que fuera parte de él.
Empecé a
sentir frió en los pies y al verlos observe que la mancha negra me había quitado
los zapatos y estaba empezando a cubrirme de igual manera en las piernas. Quise
separarme del piso pero solo logre que la obscuridad me tomara de la frente jalándose con más fuerza al suelo evitando que me moviera. Me tragaba lentamente y cada
parte de mi cuerpo que tocaba lo helado se inmovilizaba, mi cuerpo se daba por
vencido y mi mente lo empezaba a hacer poco a poco.
Ya cuando solo quedaba mi rostro sin ser absorbido la luz volvió
a aparecer, pero ahora era más tenue para que pudiera verla. Tenía el cabello
obscuro y un poco largo, no era muy alta y era de complexión física normal, sus
ojos eran oscuros y sus labios pequeños, tenia manos pequeñas al igual que sus
dedos; era deslumbrante y encantadora. La luz me volvió a besar y a poner su
mano en mi pecho, esta estaba caliente volviendo a generar calor en mi cuerpo.
No pude verla más porque tenía los ojos
cerrados y estaba encantado.
Me volvió a empujar pero ahora en vez de caer choque de
manera vertical contra una pared, era la pared de mi baño. Deje de sentir su
mano y sus labios, volví a abrir los ojos y estaba solo en mi baño pero ahora tenía
la ropa en buen estado, estaba seco, bien arreglado y tenia zapatos.
Me vi en el espejo y al acercarme a él sentí como si este se
hubiera ondulado permitiéndome acércame a él y como hecho de agua poderlo atravesar,
metí la cabeza y lo único que vi fue un cuarto con una cama alumbrado por un
foco y un sillón. Eso me altero y me aleje, me talle los ojos y decidido volví
a acercarme al espejo pero ahora antes de atravesarlo unas manos salieron de
este y me jalaron con fuerza haciendo inútil mis intentos de evitarlo. Eran las
manos de la luz que me jalaban al interior de su mundo para solo estar con
ella.
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