miércoles, 19 de diciembre de 2012

Hoy regálame un beso que me dure la eternidad.


Vi tus ojos y nunca pensé que hubiera algo igual, bese tus labios y nunca pensé sentir algo tan delicioso como eso, sentí tu suave piel y el calor pasó por mi cuerpo convirtiéndose en un deseo intenso, vi tus pensamientos y supe lo que pensabas; y nada cambio a pesar de tener ideas diferentes.

Escuche tu llanto y vi las lagrimas recorrer tu mejilla, oí tus enojo y tu furia salir de tu cuerpo como una explosión fuera de control, sentí tu fuerza contra mi cuerpo y pensé que nada podía sentirse igual.

Sentí tu piel rosar con la mía miles de veces y jamás quedare saciado de algo así; tus labios, un dulce majar creado por los mas perfeccionistas ángeles de este mundo; tus manos, tan fuertes y sensibles que los dioses del Olimpo tendría envidia; tu piel tan suave nada comparada con el algodón más fino de este mundo llamado Vía Láctea.

Saboree el éxtasis de tu cuerpo tantas veces que me es imposible nombrarlas al igual que describirlas; solo diré que son únicas, perfectas e insaciables. Una adicción para mí que nunca podrás saciar.

Olí tu aroma que me atraía a ti una y otra vez, siempre que nos veíamos; un imán para el amor, para solo nuestro amor que crecía, que crece y que crecerá hasta el final de todo lo existente.  

Vi, escuche, sentí, saboree y olí; los cinco sentidos. Todos pertenecientes a una sola persona, todos solo enfocados en una mujer, todos sensibles a los actos de una dama, todos a la merced de una amiga, de una novia, de una esposa, de una persona que amo.

Hoy vi la luna caer sobre mi cabeza, sobre mis ideales, sobre mi razón y sobre mi amor. Hoy estaba más hermosa que nunca, hoy estaba vestida de un uniforme azul y una falda gris, hoy la vi ver una película encantada por las imágenes que pasaban por sus ojos, hoy cargaba a un niño que dormía en sus brazos adorado por su amor maternal, hoy bailaba y se movía con gracia y encanto sobre un escenario nada digno para ella, hoy reía expresando alegría y ganas de nunca dejar de hacerlo; hoy… hoy estaba sentada sobre una banqueta jugando con sus manos y esperando algo, hoy estaba escuchando las palabras “me gustas” sobre unas gradas y hoy la besaba… como nunca lo había hecho, hoy nos juntábamos y nos entregábamos sin esperar nada a cambio, hoy la tocaba suavemente por sus hombros, por su espalda; por su cuerpo perfecto. Hoy como ya hace casi un año y tres meses atravesamos una barrera que se ha fracturado pero no de problemas, sino de deseos, sueños y anhelos para caerse y volverse a forjar pero más fuerte que la anterior.

De un lado, están los impedimentos, los problemas, las angustias, la envidia, la razón de no seguir, etc. y del otro lado están solo dos sujetos tomados de la mano, besándose y disfrutando todo momento de alegría aunque sea por toda la eternidad. A veces la maldad cruza la barrera pero nunca logra su objetivo, la debilita pero nunca la aleja porque siempre regresan la pareja y devuelven al otro lado a los intrusos. No esperan los problemas pero cuando llegan, los derrotan.

Hoy la luna alumbra los ojos de las personas que la ven y llena de algo sus corazones, a mi me hace sonreír, sentir, desear y soñar; además me permite ver a la persona que amo y recordar todos esos bellos momentos que hemos pasado juntos. Pero no solo la Luna me hace ese efecto, todo me recuerda a ella, todo me desea estar con ella, todo es ella.

Ver su corazón agitarse y su sangre correr por su cuerpo como un superhéroe con una supervisión es algo que no necesito, ver sus ojos es ver la verdad de nuestro amor, tomar sus brazos y respirar por su nuca, verla en un espejo, verla y solo verla es mi eternidad y mi vida.

Sentir sus labios. Ver sus ojos. Escuchar su voz. Oler su aroma. Degustarla toda.

Hoy, antes y en un futuro; lo único que le pido es un beso que me dure la eternidad en vida y en muerte. 



Solo ella y la única, ella y nada más ella. Todo ella, vivir es ella y morir solo por ella.

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