lunes, 2 de abril de 2012

Amante veracruzana.

Me encastas e hipnotizas cada vez que te veo; de día y de noche me encantas con tus ojos y misterios que guardas bajo la luz del sol que cae sobre tu hermosa piel.
Tus ojos azules son los primeros que vemos desde que te conozco, tan sinceros y extraordinarios que han visto pasar miles de cosas que la gente cuenta y aprende.

Tu piel áspera que se pega junto a la mía cada que la toco. Eres pasión, amor y lujuria las 24 horas con las que uno cuenta contigo.

Eres preciosamente enorme pero tan infinita que nunca podre conocerte por completo, pero  intentare recorrer cada centímetro de tu cuerpo hasta decidir cuál es el mejor de todos; no será algo fácil.

Entre todos tus rincones escondes miles de secretos y misterios que encantan y estremecen a todos incluyéndome, por eso te amo y eres mi fiel y dulce amante. La que me enamora con innovaciones pero sin cambiar la esencia que te caracteriza.

Conozco no solo un rincón tuyo, son varios los privilegios con los que orgullosamente me has dado oportunidad, Catemaco es uno.

Lleno de fantasía y magia que sorprendes. Tierna en la mañana, ruda en la tarde y acogedora en la noche. Eres perfecta, increíble y grandiosa; todo un paraíso al cual acudo una vez al año, lo que lo hace exclusiva y maravillosa tu presencia.

Tengo una amante veracruzana que me encanta con su comida y sus modales. Te adoro una y otra vez.

Una amante… que solo es eso.

Eres lo que eres y yo lo que soy, somos seres convergentes por genética pero tan divergentes en lo demás.

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