lunes, 23 de abril de 2012

Calma niño.

Los hombres somos catalogados por la sociedad como seres fuertes y sin posibilidades de expresar nuestros sentimientos, muchos menos el de llorar pero ¿qué pasa cuando un niño llora con su madre? ¿Cuándo un adolecente rompe en llanto por su amada? ¿Cuándo un esposo sufre por sus hijos? ¿Cuándo un viejo pierde a la mujer con la que estuvo por casi toda su vida?

Hoy un niño lloro al lado mío y simplemente le quise decir una frase que mi padre me dijo: “¿Por qué lloras? Llorar no arreglara nada, ten la cabeza fría y piensa, piensa como solucionar los problemas, piensa en lo que puede pasar” Han sido de las pocas veces que he hablado con él y que honestamente me he sentido acogido por un hombre; por mi padre que día a día demuestra el amor que tiene a su familia, por aquel hombre duro y rígido que fue educado a la vieja escuela con “los hombres no lloran”.

He aprendido de él infinidad de cosas y lo seguiré haciendo con el paso de los años. Hoy soy deshonra mí padre, pero me acoge y enseña que nos podemos levantar sin importar nada y que hay que tener la cabeza fría para resolver las cosas y seguir adelante.

No sé porque el niño lloraba, pero si se porque no podía estar bien; ya que había hecho mal y lo sabía. Todos sabemos lo que hacemos mal y lo repetimos hasta que aprendemos y caemos en el pozo sin fin.

Hoy soy un escritor, un hombre que llora porque hace mal pero que aprende y mejora sin importar lo demás. La gente ambiciosa es mínima a comparación de la de conformismo, pero nos caemos y nos levantamos y seguimos por el camino que llamamos vida, aunque no sepamos bien que es eso.

No hay comentarios: