La noche se acerca y los animales están por salir, las
bestias sacaran sus garras y las presas correrán a sus guaridas. La noche es
para nosotros y para nosotros esta la noche.
Amén.
…
De las ganancias que se sacan en el día algunas monjas dan
la mitad o todo para la iglesia; lo que cubre nuestros gastos como servicios de
agua, luz y gas; y otros como comida, bebida y un cuarto. La otra mitad es para
nosotras, para nuestros gastos.
Son entre las seis y siete de la noche y regresamos todas a
nuestro convento; tomamos misa y agradecemos por un día más.
Regreso a mi alcoba y recuerdo porque me gusta tanto, esa
vista a todas horas y esa barda que esta debajo que puedo saltar con facilidad
y escaparme en la noche sin que nadie se dé cuenta. Y eso… eso es lo que hago.
Me cambio de ropa y saco algo más apropiado de mi closet.
Unas botas, un pantalón de mezclilla entallado, una blusa y una chamarra. Unos
aretes, un collar y una pulsera. Unos cuantos cientos de pesos y un gas
pimienta.
Me persino antes de salir por la ventana en la ahora
oscuridad del pueblo y doy el primer paso.
En los cuantos minutos ya estoy caminando en la calle y
tomando un taxi que pasa solitario. Le pido que me deje en la zona de bares del
pueblo y en menos de una media hora ya estoy entrando a un lugar que no conozco
pero dispuesta a experimentar lo que se presente en la noche.
Doy el primer trago y ya un hombre se me acerco invitándome otro
y sin refutar acepto su petición.
Uno más de los que no recordare su cara y que no me
importara, uno más de aquellos hombres que me han invitado algo de tomar, con
los que he platicado, acostado y drogado. Uno más que es narco.
En dos horas ya estamos platicando cómodamente y ya esta
empezando a invitarme a irnos a un lugar más cómodo.
…
No escribiré lo que le hice a su verga y ni lo que él le
hizo a mi cuerpo en la alfombra, en la cama y en la terraza del cuarto barato
del hotel que si conozco. Y todo eso entre líneas de una deliciosa coca.
…
Ya son las cinco de la mañana y lo dejo tirado en la cama
sin unos cuantos billetes y con su arma en el buro del cuarto. He de tomar un
taxi de regreso a la ventana que da a mi habitación.
La vida es dura, pero es más dura la verdura.
No hay comentarios:
Publicar un comentario