Por favor amado mío,
dame la respuesta para lo que te está pasando y déjame ver que es lo que está pasando
dentro de ti. Espero que aun dentro de ti te acuerdes de mí, no me maltrates
mucho y permíteme ayudarte aunque sea una vez, te lo pido con el corazón. Voy a
entrar amor y no sé que esperar dentro de ti.
-¿Lista?- me pregunto el doctor mientras me colocaba en la
cabeza cables y una enfermera me penetraba con agujas en los brazos.
La verdad es que no.
-Sí, lista
doctor.- Estaba en acostada en una silla igual a la de mi amado que se
encontraba a lado mío aun inconsciente y dentro de sus pensamientos. Me había
cambiado y ahora solo tenía también ropas de hospital pero con algo muy
especial. Meses antes habíamos ido a un concierto y nos dieron pulseras igual y
él, ahora la tenía puesta y yo igual.
-Empecemos entonces y recuerda, dentro; estas por tu cuenta.-
Solo cerré mis ojos, asentí con miedo a lo que ahora fuera a pasar y lo alcance
a tomar de la mano con fuerza.
Cuídame por favor.
Del otro lado de mis parpados pasaba la luz de las lámparas encima
de mí pero poco a poco fueron desapareciendo y un hormigueo nació en mis pies y
fue creciendo por todo mi cuerpo hasta sentir que mi cuerpo temblaba
bruscamente. Lo único que hacía era poner mi mandíbula dura y tratar de
respirar a pesar de que después empezó a costar trabajo hacerlo.
¡Carajo! Que se detenga esto, ¿cuánto va a tardar? ¡Ah!
Hasta que se detuvo de golpe, deje de sentir todo el
hormigueo y de ver las luces a través de mis parpados. Hacía frío y por lo que
presentía era que estaba oscuro totalmente y estaba sola.
Fui abriendo los ojos lentamente y ciertamente, estaba sola
y todo era oscuridad.
¿Ahora qué?
El silencio era sepulcral hasta que una voz muy familiar se
escucho.
-Bienvenida chaparra, es un placer tenerte no solo como un
sentimiento sino también en mente propia-
¿Acaso era él? ¿Lo
había encontrado?
-Amado mío ¿eres tú?- No sabía a dónde dirigir mis palabras.
-Todos somos él- dijo a secas y seriamente.
-¿Todos? ¿Quiénes son todos?- ¿A qué se estaba refiriendo?
-¡Luces!- grito con fuerza iluminando todo lo que mi vista
alcanzaba a ver. Las luces me lastimaban la vista pero alcance a familiarizar
el lugar con un sitio real.
-¿Esto acaso es una prisión? ¿Quiénes son los reos?-
¿Qué demonios está
pasando? ¿De qué se trata? ¿Es un sueño? ¿Por qué su mente es una prisión?
-Cuidado, detrás de ti- La voz volvía a sonar de manera
seria pero ahora identificaba a la persona, si era él y usaba un traje negro ajustado
a su cuerpo con una corbata negra y camisa blanca.
Me di la vuelta y de una celda oscura brinco una persona que
fue detenida bruscamente por los barrotes y caí al suelo de espaldas.
-¡¿Qué fue eso?! ¡¿Quién es?!- grite mientras no me creía lo
que observaba.
El sujeto de traje se acerco lentamente hasta darme la mano
y ponerme de pie.
-Es él, tu amado… el asesino- mientras me lo señalaba con la
mirada. Tenía botas oscuras, un pantalón café y camisa de manga larga oscura
manchada de rojo al igual que sus manos y rostro.
¿Por qué?
-Como te dije antes, bienvenida a la mente de tu novio.- me
susurro al oído mi amado vestido de traje mientras que el personaje de la celda
se alejaba de los barrotes y se sentaba en su cama desgastada, mirándome;
siempre mirándome.
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