-Desgraciado, malagradecido, hijo de puta, maricón, pedazo
de estiércol. Idealista de mierda ¿Por qué demonios tengo que ser castigado a
salir a tu lado? Pero un día, un día saldré por mi cuenta y todos serán asesinados
a parte de ti estúpido- Decía el asesino enojado que caminaba por los pasillos mientras
señalaba al otro reo que solo estaba parado afuera de su cuadro de dos por dos.
-Tus maldiciones no son más que palabras vacías en el aire
que solo reflejan el temor y la sensación de poder que deseas imponer; pero
solo eres un ser vacío que sueña, piensa y vive solo de sangre, del sufrimiento
y quitar la vida y el respirar de otros seres- Pronunciaba tranquilamente y con
seguridad el escritor viendo al sujeto que se le acercaba.
De la nada el asesino hiso aparecer un cuchillo en su mano y
lo clavo con rapidez en el pecho del escritor haciéndolo girar lentamente
mientras la sangre empezaba a brotar y a salpicar el cuerpo del que proclamaba
una vida más. Con una sonrisa el asesino dijo mientras que el escritor gritaba
de dolor y yo me quedaba petrificada viendo la escena que tenía enfrente de mis
ojos sin poder gritar ni moverme, solo ver como uno de los dos iba perdiendo
fuerza en su grito y el otro se excitara de hacer tan vil y salvaje acción:
-Una vida tuya, una vida más mi amigo; solo eres palabras y
yo soy la tinta roja de tus hojas- Quitaba el cuchillo ensangrentado y con un movimiento
rápido cortaba la garganta casi degollando al escritor. El color rojo era
intenso en la cárcel y ver como un cuerpo sin vida caía al piso haciendo un
rastro y un charco de sangre era aún más fuerte a la vista.
Ah ¿Qué acaba de pasar? ¿Acabo de ver a un hombre
morir enfrente de mis ojos? ¿En serio acaba de pasar eso? ¿Cómo pasó? Todo pasó
tan rápido. Ah.
-¿Quieres ver qué fue lo que lo provoco? ¿Quieres ver quiénes
son los culpables de todo este desastre?
Sígueme, pero no mires atrás que podrías vomitar- Me susurraba la razón
de mi novio.
Ah ¿Qué carajos pasó?
No pude hablar mientras el asesino rociaba el cuerpo con un líquido
de un bote rojo que no se dé donde apareció y después con un encendedor prendido
prendía el cuerpo en llamas y entraba a la celda del escritor para reír y
acostarse en la cama mientras su ropa, cuerpo y cara goteaban sangre ajena a la
suya.
-¿De dónde saco el cuchillo, el bote rojo con gasolina y el encendedor?-Al fin pude decir algo, gracias a Dios
aunque no sé con qué fuerzas lo hice.
-Estas en la mente chiquilla, todo es posible aquí, todo se
puede hacer. No hay reglas, la imaginación no tiene límites y lo que acabas de
ver es una personalidad de tu querido amado, el deseo de matar y la habilidad
de escribir e improvisar palabras en ciertas situaciones- Me explicaba el
sujeto con traje cuando caminábamos de regreso a donde había llegado y me metía
en una sala con pantallas y demás novios míos pero con delantales, audífonos y
lentes de fondo de botella y todos, sin excepciones tecleaban palabras en diferentes
computadoras.
De la nada una voz familiar empezó a sonar en las bocinas y
un rostro apareció en una pantalla gigante que había enfrente de todo. Era el
doctor que con una lámpara pareciera que examinaba lo que había dentro de un
frasco mientras le decía a la enfermera que anotaba apurada:
-Fascinante, pareciera que cuando mandamos el impulso de
escribir el sujeto reaccionara de tal manera que hasta sus músculos se tensaron
y abrió sus ojos aun estando en coma. Es increíble el cuerpo humano enfermera,
pero es aún más excepcional la mente aunque no sepa qué demonios este pasando allá
adentro, solo la dama que entro ¿Qué estará pensando este hombre y porqué estará
pasando su novia? Quisiera verlo-
No sabe lo que dice
doctor, no quiere verlo ni saberlo.
Uno de los hombrecillos de anteojos se acercó al trajeado y
le dijo entregándole unas hojas:
-La gente del exterior mando un impulso parecido al que
recibimos que permite la salida del escritor, pero estos genios mandan señales
amplificadas lo que también le permitió al asesino; como es de costumbre; salir
y matar de nuevo. No saben lo que hacen ya que eso está provocando que el
tiempo se nos acabe sin que aun sepamos qué es lo que nos está pasando que se
nos acabe el tiempo- E ignorándome se fue el sujeto de nuevo a su computadora y
volver a trabajar.
Es como si estuviera en
un robot y como si sus ojos fueran ventanas y sus orejas micrófonos. Todo llega
aquí y ellos lo procesan; son hombrecillos en una máquina, en la máquina que
amo. Pero tengo una duda, sé que es tonta pero solo quiero la respuesta para
confirmar lo que pienso y sé.
Con voz temblorosa dije mientras veía por la pantalla como
el doctor se retiraba encantado:
-Pero mi novio va a volver a escribir de nuevo o va a tener
esa habilidad de nuevo aunque fue asesinado allá atrás el escritor ¿verdad?-
-Te equivocas, nunca va a volver a escribir de nuevo o mejor
dicho, no va a volver a tener esa habilidad-La razón expuso.
-Entiendo- Deje conformada.
¿Por qué me mintió? El
hombrecillo de lentes dijo que no es la primera vez que pasa y siempre, desde
que lo conozco, escribe así. ¿Qué está pasando aquí?
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