Ya hacía tiempo estuve investigando a un asaltante que ha
matado a sangre fría a sus víctimas. Primero les quitaba sus pertenencias y las
golpeaba, ya en el suelo las mataba con un simple disparo en el tórax y las
dejaba desangrarse. Sabía donde operaba sus acciones y donde lo podría
localizar solo que estuve esperando una ocasión especial para encararlo, y es
esta ¿Quién diría que investigue al sujeto que me mataría en un futuro y yo sin
saberlo? Es algo gracioso e irónico pero se tenía que hacer. Por el bien de una
vida inocente, yo tenía que desaparecer y también porque esto se está volviendo
algo frustrante y en cualquier momento yo podría perder la razón y ejecutar a
la única persona que me ha amado, lo presentía.
Era de noche y estaba
en mi auto, en frente de una tienda de autoservicio cuando lo vi salir por la
puerta delantera. Era un joven de no más de 30 años, flaco y un poco alto. Traía
unos pantalones ajustados, una sudadera y cargaba una bolsa de platico con víveres.
Deje que caminara a un lado mío y se adelantara un poco cuando salí del auto y
lo seguí.
La calle era obscura y poca gente caminaba en ella, nos acercábamos
a un callejón, lo alcance y con un empujón con el hombro lo introduje a este. Lo puse contra la
pared y con una mano en su cuello lo empecé a estrangular y con la otra le tape
la boca. La diferencia de fuerzas era evidente lo que facilito que no me
pudiera mover. La luz que entraba era muy tenue lo que dificultaba que nuestros
rostros se vieran.
-Escucha con mucha atención pedazo de mierda, quiero que
hagas exactamente lo que te diga, sino todo va a resultar muy mal ¡¿Entiendes?!-
solo asintió con la cabeza.
-Bien…sé quién eres y todas las cosas que has hecho así que si
no quieres estar en prisión con asesinos peores que tu, violadores y
mutiladores por el resto de tu vida me vas a ayudar ¿comprendes?-volvió a
asentir.
-Eso espero…quiero que me mates-tras pronunciar estas
palabras su cuerpo se relajo y dejo de poner fuerza para apártense de mi- Se
que te encanta matar gente y mas con una arma, no lo haces por el dinero, lo
haces por el poder que tienes sobre las personas y la adrenalina que te causar
oprimir el gatillo ¿aceptas?-
No hiso ningún gesto con el cuerpo, así que solo quite la
mano de su boca y cuello; instantes después inhalo una gran cantidad de aire y se
quedo parado frente a mí, a lo que podía ver de mí.
-Acepto- solo dijo eso.
Un silencio se produjo en el callejón y le di el arma que
estaba en mi pantalón y dije:
-Aquí no, te llevare al lugar donde será. Te puedes quedar
con el auto y con todo lo que quieras, solo no falles el tiro que solo tiene
una bala- Tomo el objeto de mi mano y la guardo en su sudadera.
Lo tome del brazo y lo saque del callejón, lo dirigí al
auto, lo di las lleves y le dije “conduce, yo te guió” nos subimos al auto y
nos perdimos en la oscuridad de la noche.
Sabía que no iba a fallar, estaba excitadísimo. Aquí se
acababa todo. El recorrido fue en silencio con excepción de mis instrucciones.
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