domingo, 11 de agosto de 2013

Dentro de mi mente. Gran Final. Parte 11.

-No podrán hacer nada. Ya no tiene porque vivir, ha muerto su única esperanza y ahora esta vacio; sin un rumbo que seguir, sin fe y sin a esa persona que lo motivaba, que le daba ganas de vivir y que tanto lo amaba. Esta solo y ahora tu lo estas, atrapada en este lugar que se irá desvaneciendo poco a poco hasta desaparecer y tú con él. Estas igual de muerta- Era como un susurro, una voz dentro de mi cabeza que hablaba sin que pensara o quisiera. Una maldita maldición que sonaba detrás de mí y que gozaba de mi mala fortuna.

Cállate, cállate, cállate, ¡Cállate ya! ¡Ah, ya para! ¡Ah! Y con un impulso de fuerza, furia y agonía brinque del suelo y corrí a donde estaba con un puño en alto y un grito de guerra que emergió de lo más profundo de mi cuerpo. Me sentía poderosa y con ganas de arrebatarle la vida, de hacerlo desaparecer y de golpearlo hasta que hiciera regresar al amor de mi vida, a lo que me había quitado, a lo más preciado que tenía.  

Con un movimiento a su costado se quito de mi golpe y me empujo de una manera en la que choque de costado contra una pared y cayera al suelo estrepitosamente.

Creo que me rompió el brazo, no lo siento. Duele, duele mucho. Y era cierto, me había roto el brazo al chocar contra la pared.

Estaba de rodillas y él tranquilamente camino a donde estaba levantándome del suelo por el cuello y poniéndome entre la pared y su cuerpo. Me miro a esos ojos cafés que había amado y sentí el calor de su cuerpo con el que me había cobijado tantas veces. Todo era silencio y solo estábamos los dos viéndonos con fijación; yo recordaba todo lo que habíamos pasado juntos, las idas a parques, las películas en el cine, las risas, las peleas, las muestras de afecto, los arrebatos de celos, las caricias tiernas y esos besos que nos habíamos robado y dado que tanto nos enamoraban; sus abrazos, esos abrazos que me hacían llorar y a él igual mientras nos decíamos un simple “te amo”. Comencé a llorar frente a él.

Pero él solo tomo fácilmente de mi mano el cuchillo que tenía y con contundencia lo comenzó a clavar lentamente en mi estomago haciéndome gritar y tomarlo de los hombros sin que pudiera quitarme cerrando mis ojos y aun viendo nuestra vida juntos. Lo amaba en verdad.

Mi amado no hablaba, no hacia un gesto, no se movía, solo contenía con fuerza el cuchillo hasta que lo soltó y me dejo caer de nuevo al suelo retorciéndome de dolor.

Se quito de mi vista y me dio la espada y no dude a pesar del intenso dolor.

¡Levántate, hazlo ya; es el momento!

Me quite el cuchillo ensangrentado y volví a pararme de un brinco con el cuchillo en mano y con un movimiento se lo clave en la espada penetrando su cuerpo con una mano y con la otra tomando su cuello de frente.

-Esto es por lo que me hiciste y lo que te hiciste a ti mismo pedazo de mierda. Ahora tú serás quien desaparezca y sufra. Te veré morir ahora así como te vi en la pantalla. Adiós amado mío- Él sin soltar más que un gemido se retorció un poco y cayó de rodillas mientras le hablaba en el oído.

Quite ambas manos y su cuerpo ya sin vida se desvaneció en el piso cayendo muerto y comenzando a producir un charco lleno de sangre que ahora se juntaba con el mío que recorría mi pierna. Caí de espaldas al suelo y viendo al techo entre el silencio que ahora había pensé:

Lo hice, lo logre hermoso, te intente salvar. No sé si es tarde o temprano, pero lo intente y lo logre; por favor perdóname por todo, te amo y no lo dudes nunca; siempre quise estar a tu lado y ahora nos toca estar juntos, dentro de tu mente; dentro de ti como tanto he deseado y no hay nada mejor que eso. Te amo y siempre lo he hecho y lo hare; solo tuya hasta el fin. Adiós amado mío, este será el lugar donde pueda descansar y vivir a tu lado. Te amo.

Mi cuerpo se iba desangrando y mis fuerzas iban desapareciendo poco a poco hasta que no tenía para tener los ojos abiertos y los fui cerrando poco a poco.

...

-Gracias preciosas. Sé lo que has hecho por mí y te estaré eternamente agradecido. Quiero una vida a tu lado así que por favor no te vayas; no me dejes. Déjame quedarme a tu lado hoy y siempre, preciosa despierta por favor; abre esos ojos y déjame verlos de nuevo. Perdón por todo esto pero no te vayas, quédate a mi lado amor; vamos mi amor eterno. Soy solo tuyo hasta el fin, solo siempre que he querido estar a tu lado. Vamos mi amor, vamos- Me decía su voz entrecortada por su llanto mientras sentía sus manos tomarme de mis brazos y su calor acobijarme.

Me dejo un momento y se hundió en un abrazo conmigo aunque siguiera llorando y pidiéndome que abriera los ojos, que no lo dejara y que se quedaría a mi lado para siempre.

Al final abrí los ojos para igual darle un abrazo y vernos directamente no para decirnos un te amo ni para besarnos o jurarnos amor eterno. Sino para enamorarnos aun más y estar siempre juntos.






Estar dentro de la mente de alguien no es fácil, querer entender a los demás siempre va a ser algo rutinario; pero amar a la otra persona conociéndola y sabiendo quien es y como es. Es algo que no se tiene que descubrir, sino que vivir.


Fin.

No hay comentarios: