sábado, 10 de agosto de 2013

Dentro de mi mente. Parte 10.

Es increíble ver como un lugar se va cayendo desde su interior. Como partes del techo cae cerca de ti y como las personas corren lejos del peligro tratando de esquivar los objetos que pasan cerca de ellos; cubriéndose la cabeza y tratando de ser los primeros en llegar.

Deja de ver, tienes que correr. Puedes arreglar todo esto, por favor corre. Sálvate y sábalo, solo deséalo pero por favor corre ahora. Arregla lo que puedas hacer pero hazlo ya que no tienes tiempo. Muévete.

Frente a mi tenía al asesino que aun con convicción me miraba fijamente aunque detrás de él empezara a desaparecer todo y aunque los demás reos corrían esquivándonos seguíamos parados viéndonos. ¿Corríamos o nos matábamos? Ninguna de esas dos.

En un momento alzo la cabeza y corrió en mi dirección, me estremecí y aun parada solo sentí como me empujaba y caía de espaldas. Una piedra cayó encima de él y murió. Tenía los ojos abiertos y su cuerpo temblaba un poco hasta que dejo de moverse en cuestión de segundos. Me había salvado.

Enfrente de él estaba el cuchillo en el suelo con el que me había amenazado y con el que había matado a tanta gente, sus iguales pero diferentes.

Tómalo y haz lo que tengas que hacer. Pero ya.

Me levante tomando el cuchillo y comencé a correr empujando a los prisioneros. Me fui acercando a mi igual y la vi aun sentada en el suelo con la espalda en la pared y las manos en su rostro mientras temblaba. Llegue a donde estaba, la sujete de los hombros parándola y parada en frente de mi empecé a sentir un momento de arrepentimiento y algo que me detenía de hacer lo correcto.

Si puedo, si puedo, si puedo, si puedo. Anda hazlo ya, ya, ya, ya, por favor el tiempo se acaba, ya. Me repetía en la cabeza múltiples veces tratando de darme valor. Por ti, por él, ya por favor.

Sujetaba el mango del cuchillo con fuerza y ella me veía aun llorando y sus labios temblorosos hasta que me di valor y cerrando los ojos enterré el metal en el centro del cuerpo de mi gemela. Me tomo con fuerza de los hombros con sus manos al momento de hacerlo y escuche un suave gemido y el aliento de su boca.

Fui abriendo los ojos lentamente, vi como los de ella estaba abiertos por su totalidad y como iban perdiendo su color y el cuerpo su vida que salía en sangre. Tenía la boca abierta y al final solo pudo hacer una leve sonrisa mientras la fuerza de sus manos iba desapareciendo y sus rodillas se iban doblando. Solté un suspiro como si me hubiera quitado un peso de encima y quite el cuchillo de su cuerpo rápidamente para que su cuerpo cayera en su totalidad a mis pies apoyada en mis piernas.

Estaba desorientada y aun sin darme cuenta que ya ninguna piedra caía y que ahora todos los reos estaban de pies viendo al suelo; como si los fueran unos robots y los hubieran desconectado.

¿Qué pasó? ¿Eso es todo? ¿Por qué no vuelven en sí? Muévanse por favor. Tengo que ir al centro de control a ver qué pasa.

Volvía a correr por los pasillos esquivando las estatuas de mis novios hasta que cruce la puerta de la habitación donde estaban las computadoras y todos los trabajadores con sus cabezas en los teclados de sus computadoras. Por la pantalla central se veía al doctor presionando el pecho de mi amado y gritando a la enfermera que le trajera un desfibrilador.

¿Acaso yo…? ¿En serio yo…? ¿Qué hice? ¡Por Dios, que he hecho! ¡No puede ser verdad, no puede estar pasando esto! ¡No me pude haber equivocado! ¡No! ¡Despierta! ¡Hazlo ya! ¡No te vayas, no me dejes! ¡No!

Pensaba mientras mis ojos empezaban a llorar y mis labios a temblar. Mis manos me taparon la boca y mis piernas se doblaron poniéndome de rodillas mientras aun veía como el doctor le daba un RCP al cuerpo de mi novio que ahora estaba…


-Así es, está muerto; lo has matado. Todo se ha acabado, ya no tiene razón de vivir porque esta sin ti. Te equivocaste, murió en vez de salvarse- Me decía la voz de mi amado, pero no era él en verdad, solo una parte; la que más odiaba. –Ha dejado de vivir-

No hay comentarios: