sábado, 7 de noviembre de 2015

Media Naranja. Parte 12

Los días pasaban y lo único que sabían era había sido una fuga de gas y un chispazo producido por un fumador empedernido que se había salido al callejón que estaba a un lado de la jefatura de policía y que cuando prendió su cigarrillo fue cuestión de segundos que el gas hiciera combustión con el calor de esté y las llamas se expandieran con rapidez al tanque de gas en donde había una “supuestamente” una fuga.

El edificio se elevó por los cielos al tener todo el sótano explotando provocando bajas de vidas y bastantes heridos con quemaduras de todos los grados y lesiones de diversas índoles.

Nadie se percató de nuestro escape ya que todos corrían, empujaban y gritaban en una situación en donde debes escuchas a las personas de protección civil; pero ellos eran los primeros que estaban causando las revueltas. No sabemos si fuimos los únicos en escapar pero sí que fuimos los únicos boceados de “se buscan” por todos los noticieros dos días después del incidente.

No estoy seguro del dato, pero creo que actualmente en menos de dos días puedes llegar hasta China en avión pero claro que no nos íbamos a ir al continente asiático; no nos gusta la comida cruda. Así que nos fuimos directamente a una casa que teníamos en un pueblo cercano, claro; con identidades diferentes y obviamente pasando desapercibidos por todos; un pueblo de esos en donde no hay señal telefónica y solo se ve el canal de más baja calidad a nivel nacional y que cuando empieza la novela de las 8, pasas por fuera de todas las casas con sus puertas abiertas y todas están viendo lo mismo en una orquesta perfecta.  

No se nos fue señalados como autores de la explosión pero ¿Quién pensaría en una bomba con un cronometro en un bote de basura en el callejón, justo donde se salía a fumar el oficial y justamente del otro lado de la pared en donde estaba, a unos cuantos metros hacia abajo, el tanque de gas con la “supuesta” fuga? Creo que a nadie, pero aun así. Estábamos siendo buscados por todo el país.

Yo me dedicaba a ser agricultor y mi compañera a hacer sastrería; trabajos comunes de pueblo. Teníamos un buen fondo de ahorro con nuestras identidades falsas, entonces no sufríamos ni nos acomplejaba el hecho de no tener trabajos dadas nuestras capacidades; lo veíamos como una etapa nueva, una experiencia de vida.

Nuestra casa era de fachada naranja de un piso con piso de concreto, paredes de ladrillo y techo de la lámina con madera. Teníamos una cocina de un tamaño decente con todo funcional; una sala con una mesa redonda para cuatro y con una televisión con caja en la parte de atrás sobre un mueble de madera. Una habitación con un colchón matrimonial, dos buros, una silla de madera, un pequeño closet y un baño completo que si estaba grande, y era lo que más nos gustaba.

En la parte de atrás de la casa había un jardín al que nos estábamos empeñando a dejarlo muy bonito, así que los fines de semana; de sábado por la mañana a domingo por la noche lo trabajábamos. Lo que más odiábamos era ir a misa de las ocho de la noche los domingos, pero era algo que todos hacían en el pueblo y no queríamos empezar a levantar sospechas. Es increíble cómo la gente es devota a algo que en verdad cree.

Teníamos dos vecinos de cada lado de la casa. De un lado una pareja de viejitos que nunca había salido del pueblo y del otro, una familia con dos adultos y dos niños pequeños; un niño y una niña de no más de 8 y 10 años respectivamente.

A veces, cuando salíamos a la misa nos los encontrábamos y platicábamos de cosas como el clima, el campo, las plantas y demás cosas. Y a la pareja de señores mayores, a veces mi… “esposa” les llevaba comida o se quedaba a platicar con la señora acerca de la novela, cosa que ella aborrecía pero lo hacía porque le causaba alegría como la viejita se emocionaba al platicar del capítulo del día pasado y yo con el señor nos sentábamos en unas mecedoras que tenía en su pórtico; él tomando una caguama y yo solo dándole sorbos a una cerveza; pero era para darle gusto. Era con la única persona con la que podía hablar acerca de la política del pueblo y de las noticias que ocurrían en el país y no de deportes, mujeres y… más mujeres; temas que no me disgustaban pero que diario no puedes estar comentando.


Vivíamos bien, pero solo era temporal.

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