El estado actual del Instituto Politécnico, el aniversario luctuoso
de 2 de Octubre, los normalistas desaparecidos y los 22 asesinatos de
delincuentes a manos del ejército. De todo esto se habló en la conferencia
inaugural de la conmemoración de la matanza de Tlatelolco en la Universidad
Iberoamericana; una universidad que se levantó hace un par de años en contra no
solo de un candidato que después se convertiría en presidente, sino de un
partido político que ha maltratado a su ciudadanía pero está, a pesar de todo lo que le suceda, se levanta y
alza su voz en contra de sus inconformidades.
Elena Poniatowska; francesa de nacimiento, mexicana por
pasión y escritora por vocación. Una mujer que nos habló después de una
introducción a su persona rápida y de unas palabras del nuevo rector del que se
esperan cambios tajantes en la universidad.
Nos alentó al cambio, a seguir estudiando y a no defraudar
nuestros ideales mientras relataba de su viva voz y de diferentes personas como
es que se vivieron los días anteriores, como se vivió ese momento de las bengalas
verdes caer de los helicópteros del ejército y como fueron los segundos
siguientes cuando los padres comenzaban a preguntar por sus hijos desaparecidos
en una plaza que reúne las tres épocas más importantes de la nación mexicana,
en una plaza donde hay solo una salida y está rodeada por edificios residenciales
altos, en una plaza donde nadie sabía nada y que en la madrugada del 3 de
octubre solo había zapatos y gente de limpieza.
Comparto los ideales revolucionarios de que el pueblo debe
exigir y pedir a gritos lo que se merece. De que se puede mejorar el país por
medio del estudio, la información y la acción de nuestros sueños. De qué sino
nos levantamos a hacer algo, todo se ira a donde menos tiene que dirigirse; en
la noche más oscura en la que no podremos dormir y seremos presas de nuestros
peores miedos, en el que el sueño jamás será una salvación y si vemos una luz
al final no será la del amanecer, sino la de un tren político que se dirige
desenfrenado hacia nosotros y no tiene intenciones de parar.
El 2 de octubre jamás se olvida y jamás se perdona pero si
se agradece al igual que lo que están haciendo los estudiantes del Politecnico,
la UNAM y la UAM y de otras universidades al no hablar a susurros y gritar a
los cuatro vientos por lo que es justo y lo que no lo es.
Orgullo de ser estudiante, orgullo de querer algo más que
conformismo.
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