Solo recuerdo que trate de sostenerlos, que con mi brazo
estirado trataba de tomar su mano pero no lo alcanzaba y veía como la marea lo
alejaba de mí y lo perdía de vista en la oscuridad del mar. Todo fue tan lento
que hasta creo que abrió sus ojos y expreso su miedo e impotencia pero nada
pude hacer, estábamos a la deriva; solos.
Abrí los ojos y estaba recostado viendo el cielo sobre unas
piedras en la orilla del mar, mi cuerpo me dolía y solo escuchaba las olas
chocar contra la costa; unas aves pasaban encima de mí volando y sentía esa
brisa llena de sal y demás minerales marinos.
Trate de levantarme pero solo logre sentarme y tomar mi
cabeza con ambas manos, el dolor era inmenso y no lograba sacarme de la cabeza
la imagen de Marco escaparse de mis manos. Levante la vista tratando de
buscarlo pero me encontraba solo en la costa, en la misma en la que llegamos en
bote los tres estudiantes expectantes de lo que nos iba a pasar; no teníamos ni
idea de lo que nos iba a pasar, que solo quedaría uno en pie hasta donde se
sabía.
Arena gruesa y piedras grandes en una tarde lluviosa,
troncos de madera y basura marina que traían las olas y al fondo, el edificio
donde estábamos encerrados con agua saliendo de él y sé que sonaba extraño pero
tenía que regresar a buscar algo que me ayudara a salir de aquí.
Caminaba por la playa con mi ropa mojada y heridas en mis
extremidades tratando de percatar cualquier ruido y buscando cualquier señal de
vida diferente a la mía pero todo se quedaba en cangrejos y pájaros.
Entre al cuarto y estaba con el nivel del agua hasta el
ventanal y tratando de encontrar algo útil, mi intento fue una pérdida de
tiempo aunque no del todo; me di cuenta que el agua se estaba filtrando por
algún lado y fue cuando voltee a ver la puerta, estaba abierta.
-No hay mucho que hacer de todos modos- Y con trabajo fui
entrando al pasillo hasta llegar a las escaleras que estaba inundadas, no había
manera de que pudiera bajar dada la profundidad y la oscuridad de ahí, no iba a
poder encontrar nada.
Salí de la habitación y regrese a la costa en donde me volví
a encontrar solo, me tire sobre la arena gruesa y viendo al cielo cerré los
ojos.
Trate de sostenerlos, que con mi brazo estirado trataba de
tomar su mano pero no lo alcanzaba y veía como la marea lo alejaba de mí y lo
perdía de vista en la oscuridad del mar. Todo fue tan lento que hasta creo que
abrió sus ojos y expreso su miedo e impotencia pero nada pude hacer, estábamos
a la deriva; solos.
Me desperté exaltado sentándome en un instante y moviendo la
cabeza tratando de encontrar algo, nada.
Ya era de noche y todo seguía igual. Me limpie el sudor de
la frente, suspire y me solté a llorar.
-Ya quedo uno, ya que acabe esto- entre pujidos y lágrimas
saladas.
Y a respuesta de mi queja fue el sonido de las olas y un:
-Aun no acaba, aun la prueba sigue en pie- Esa voz, esa voz,
¡Esa voz!
Me levante de mi lugar tratando de encontrarla pero estaba
demasiado oscuro.
-¡¿Dónde estás?!- y giraba sobre mi eje tratando de
localizar algo pero como un susurro ella contestó:
-Aquí- lo sentí tan cerca que me espantó y tiro al suelo
tratándome de dar la vuelta para verla pero no podía observar aun nada y estaba
casi seguro de que estaba solo.
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