jueves, 5 de mayo de 2016

La prueba. Parte 17

La brisa, la humedad, el aire fresco, el calor de un Sol que era tapado por unas nubes pero que aun así sentías en tu rostro. Esa sensación de estar en libertad y de perderte en el entorno y que a pesar de todos los males, sabías que todo iba a estar bien; ese pequeño momento de libertad y tranquilidad; algo por el momento, irreal y aunque, éramos perseguidos por personas que no conocíamos, como un regalo del cielo; comenzó a llover y por instinto, como si no conociéramos las gotas del cielo sacamos las manos y sentimos esa agua fría que caía desde las alturas. La podíamos saborear, la pidamos sentir como un ser vivo; como si esas pequeñas porciones de líquido contuvieran formas de vida tan valiosas para nosotros y era así; en ese momento, era lo único que tenía vida para nosotros ya que ni nosotros mismos podíamos tener esa pureza y esperanza que tenía una sola gota de agua.

Uno, dos, tres golpes a la pared y se podía asomar el rostro de un policía cubierto por un pasamontañas. Lo único que podíamos identificar de él eran sus ojos, penetrantes y poderosos y a cada momento que dejábamos pasar podíamos observar más su cuerpo; ya casi podía caber una persona.

-¿Qué vamos a hacer?- Preguntaba Marco mientras caminaba de espaldas hasta chocar contra el borde de la ventana rota.

-Tenemos que salir por la ventana- Y me asomaba para ver alguna manera. Era brincar y ser golpeado por las olas y arrastrado hasta las piedras o tratar de escalar por piedras que había a nuestro alrededor hasta llegar a la cima y esperar algo mejor. Ninguna opción era vista de buena manera pero eran las únicas.

-¡Podemos luchar, podemos contra ellos!- Trataba de darse ánimos pero ni él creía que era una victoria alcanzable.

-Podemos dispararles pero si nosotros tenemos armas, armas que ellos nos dieron; sin duda también tendrán ellos- La lógica era obvia.

-Dios, ayúdanos- Y como si la divinidad lo hubiera escuchado dejaron de golpear la puerta y se cerró de golpe dejándonos solos y en silencio.

-¿Qué fue eso?- Pregunte asombrado y poco creyente que algo maravilloso hubiera pasado.

-¿Se fueron?-

-No lo sé, pero pueden volver y no quiero estar aquí cuando eso pase-

-Cierto, vámonos de aquí- Los dos estábamos viendo la puerta expectantes de que se volviera a abrir pero ante la negativa, nos dimos la vuelta y al volver a ver el mar descubierto una ola nos golpeó aventándonos al suelo y arrastrándonos hasta el otro extremo de la habitación.

Nos tratamos de parar pero otra ola volvió a entrar al cuarto empapándonos y llevándonos al suelo de nuevo.

-¿Qué chin…-Otra ola ingreso sin ni siquiera dejarnos levantar.

Algo raro estaba sucediendo pero no podíamos con eso; estaba fuera de nuestro control.

Agua empezó a entrar al cuarto como si se derramara de una tina llena y empezara a mojar el piso del baño, nosotros estábamos en el baño.

-No sé nadar- Fue el último comentario que escuche de Marco antes de que una ola volviera a entrar al cuarto y golpearnos dejando a Marco flotando al igual que el otro cuerpo de mi amigo muerto que flotaba boca abajo.

Me acerque tan rápido pude y tome del brazo a ambas personas mientras veía como el cuarto de llenaba y una ola más se formaba al fondo.


-Dios, si estás ahí en verdad; ayúdanos- Y cerré los ojos para solo esperar el impacto de la ola. 

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