domingo, 15 de marzo de 2015

Todo se vale, en la guerra y en el amor.

En la escuela y en la oficina, todo se vale. En el gobierno y en la sociedad, todo se vale. En la religión y en el ateísmo, todo se vale. En la guerra y en el amor, todo se vale y, en la vida y en la muerte, todo se vale.

Ser un soldado y ser un novio ¿Cuál es la diferencia? Usar las manos como armas y el corazón como granada, la mente como espía y el cuerpo como objetivo final.

Te colocas las botas y el uniforme para salir a conquistar nuevos territorios por curiosidad, respeto y honradez o para defender tus amadas tierras de aquellos intrusos que ofenden a la madre patria, a aquella que te ha enseñado tus valores y lo que eres ahora.

Tu arma la tienes desenfundada, lista para usarla en cualquier momento y ante cualquiera. Todo sea por justicia y paz de la soberanía de la nación. Si tienes que matar, lo haces; si tienes que sacrificar tu libertad por la de la mayoría, lo haces; si tienes que abandonar todo por un bien común, lo haces. Todo porque, es tu deber.

Caminas kilómetros, viajas en cualquier medio, hablas los idiomas que tengan que ser, te mueres de sed o hambre si es necesario y dejas todo atrás día con día, minuto a minuto y segundo a segundo para poder seguir; para poder sobrevivir en la selva, en el desierto, en la ciudad, en un pueblo y en donde sea, tu caminas y no te detienes.

Vez como se van las oportunidades de irte a casa se esfuman frente a ti, vez como no puedes salir y piensas estar en una emboscada, vez como tus amigos se van de pie o se van en una agachados, vez como la gente a tu alrededor le dejas de importar o le empiezas a importar más y sobre todo, vez como la gente que conocías ya no es igual.

Llegas con sueños e ideas, con propuestas y energía, con víveres y alimento, con calcetines secos y una linterna con pilas, con tu casco y tus botas relucientes y al final te vas cansado, sucio, vacío, seco y con una sonrisa por haber cumplido y sea como haya sido la misión. Ya todo se acabó.

La guerra es sucia, mala y viciosa y una relación es igual, pero ¿no las mejores cosas son así? Cuando acaba y te vas de la guerra, te vas pensando en la siguiente misión o en que todo se ha acabado para ti o en todo lo que paso o en nada, te vas pensando en la nada; como sea, todo se acabó y hay que seguir, consiente o vuelto un psycho.


Regresas y ¿Incendias una escuela o duermes en la tina del baño con un arma en la mano o vas a seminarios para veteranos o vives para contarlo a niños o tienes una familia normal o simplemente, regresas a la base y te vuelves a alistar? Decisiones, decisiones, decisiones… en la guerra y en el amor hay que tomar decisiones porque todo, absolutamente todo, se vale.  

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