miércoles, 25 de marzo de 2015

Sonríe ante tu propio engaño.

Esa curva que enamora, esa curva con la que prometes, esa cuerva con la que comprometes, esa curva con la que te das a notar, esa curva con la que quedas instantánea y esa curva con la que engañas y has sido engañado. Esa sonrisa que da felicidad y tristeza.

Esa sonrisa que tiene el payaso para los niños en una fiesta al ver su alegría, entusiasmo y nerviosismo, es la misma sonrisa con la que el hombre detrás de la pintura y el disfraz expresa mientras empieza a ver y sentir cosas que lo levitan fuera de su sillón en su sucio departamento.

Esa sonrisa que tiene el soldado al recibir su medalla enfrente de su familia por parte de un alto mando producto de su esfuerzo proteger a su patria,  es la misma sonrisa que tuvo el soldado mientras quedaba plasmado en papel con la cabeza chorreando liquido rojo sostenida en su mano.

Esa sonrisa que tiene una enfermera al recibir las bendiciones de una familia que no conoce pero que estuvo al pendiente de uno de sus integrantes, es la misma sonrisa que tiene mientras es profanada por un hombre que no es su esposo en un lugar que para algunos puede ser conocido y para otros no.

Esa sonrisa que tiene la maestra de matemáticas cuando te da un examen en el que te fue muy bien y demuestra tu esfuerza, es la misma sonrisa que tiene cuando esta ahogada en licor con sus amigas los viernes por la noche y se vuelve parte de los inmuebles del lugar.

Esa sonrisa que te enseña tu novia al ser sorprendida por un regalo o flores, es la misma sonrisa que le da a un tipo con el que ya anda días después de ser cortada.

Esa sonrisa que tienes al terminar un trabajo o proyecto en el que te comprometiste, es la misma sonrisa con la que hiciste trampa en el examen,  con la que engañaste a tu novia con otra, con la que le mentiste a tus padres acerca de tu paradero, con la que le das a un conocido que te considera amigo, con la que compras alcohol o cigarros siendo menor, con la que robas algo para tu beneficio, con la que tratas de hacer feliz a la mayoría estando en contra de tus ideales, con la que le das la mano a alguien que no debería tener, con la que das cuanto te has quitado un peso de encima aunque eso haya llevado a la muerte de alguien más, con la que te engañas a ti mismo y a los demás.

Nos enseñan a sonreír, a disimular, a engañar y a mentir. Yo disimulo mucho pero tu igual. Yo engaño y tú también. Yo miento, pero tú lo haces de igual manera.

Esa sonrisa con la que un actor en obra demuestra, es la misma sonrisa que no puede hacer fuera de esté.

Con la sonrisa se hacen promesas y se deshacen, con la sonrisa vez al amor y al desamor, con la sonrisa besas y gritas, con la sonrisa dices te amo y dices púdrete, con la sonrisa llegas y con la sonrisa te vas.

Vive con una sonrisa, vive mandando todo al demonio. Tú, si tu pero no tu; sino que tú, aléjate de la vida que con esa sonrisa reíste y lloraste y ahora; te la m#$%aste.


Pensaste que era diferente, pensé que eras diferente y siempre teníamos una sonrisa en el rostro. 

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