Todo empezó con una necesidad personal de querer ganar
dinero de alguna manera aparte de vender ciertos objetos que ya no utilizaba
con regularidad. Hice mis folletos y los repartí en las casas aledañas a mi
hogar. Los días pasaban y cada vez pensaba más que había sido una mala idea
hasta que, el día llego.
Estaba en la universidad cuando me llega un mensaje de mi
madre diciéndome que había ido una mamá a buscarme y a pedir informes para las
clases y que me esperaba en su casa a cierta hora.
Fue una alegría de éxito, de que no había sido una mala
idea, de que era el comienzo de algo nuevo; una oportunidad de comenzar algo
que me gustaba, el ayudar a mis semejantes a entender ciertas cosas, a enseñar.
Me encanta enseñar y sentir esa satisfacción cuando veo que
lo he logrado, que pueden hacer y entender lo que antes no y ese pensamiento al
que llegas a obtener, ese razonamiento que te lleva a nuevas conclusiones e
ideas. Es gratificante, hermoso, es como cambio y pongo mi grano e arena a la
sociedad.
Es una distracción de mi mundo, es la gratificación personal
y económica, es ser más que un profesor; sino un amigo y un confidente, es esa
alegría cuando te dicen que pasaron sus exámenes gracias a ti, a la confianza
que les diste y a esas noches que les hacía ejercicio tras ejercicio para que
estuvieran lo mejor preparados para afrontar esas temibles hojas que medirían su
conocimiento.
Este año viví mi primer día del maestro siendo uno y dando
clases. Me regalaron unos chocolates y me felicitaron; la felicitación valió más
que mil cosas.
No voy a dejar de seguir haciendo lo que me gusta, lo que me
apasiona y con lo que ayudo a la sociedad.
Hoy es un año a mis veinte, pero que cuando tenga setenta
años no haya dejado de hacerlo y tenga miles de anécdotas que contarles a esos
estudiantes que se preguntaran mi edad y que cuando faltare para que ellos
tengan el día libre.
Por algo se comienza a cimentar ese castillo en el que algún
día viviré; ese castillo que no será más que de puro conocimiento y de toda una
vida de experiencias.
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