domingo, 9 de junio de 2013

Una nueva imagen.

En el dedo meñique, gotas que caen continuamente sobre la pantalla en la que escribo la locura que vive dentro de mí y al final un rayo que representa la energía pura, el estruendo de la naturaleza y la iluminación aun momentánea que da la vida.

En el anular; una “P” de la novia, la pareja, la amante, la musa, la dueña, la inspiración, la asesina, la víctima, la dama, la niña, la mujer, la estudiante, la esposa; de ella, manzanita mía. Al final una rosa en llamas enfocada en su peligro, en su valentía, en su forma de ser y en su fuerza natural; similar y pareja del rayo.

En el dedo medio. “ L G G S” el escritor, el loco, el asesino, la victima de sí mismo ante su corazón y su mente.

El índice es la belleza, el crecimiento de lo hermoso y la esperanza que se esparce por el cuerpo humano.

El pulgar, lo roto, lo herido, el mal esparcido y creciente en el alma; el recordatorio del mal y el temor de hacer todo realidad.

En el centro y unido a todo está el nombre de la ilusión, del deseo, una filosofía, una mentira, una verdad, un hecho y una opinión. La “N” divide y se une a todo, la “i” con una gota de sangre esta solitaria, el “4” al final unido a la flor y comenzando por el rompecabezas de la mente es más que un número.

El azulejo del principio, un rompecabezas, fracturas, piezas unidas para hacer algo. Son los escritos, algunos pequeños y algunos grandes; pero que marcan la vida del escritor; todos.

Sobre el fondo, oscuridad al momento de escribir de noche, sangre esparcida sobre las palabras y dedicada del escritor a sus lectores.













Ni4, nothing is forever.  

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