En el dedo meñique, gotas que caen continuamente sobre la pantalla
en la que escribo la locura que vive dentro de mí y al final un rayo que
representa la energía pura, el estruendo de la naturaleza y la iluminación aun momentánea
que da la vida.
En el anular; una “P” de la novia, la pareja, la amante, la
musa, la dueña, la inspiración, la asesina, la víctima, la dama, la niña, la mujer,
la estudiante, la esposa; de ella, manzanita mía. Al final una rosa en llamas enfocada
en su peligro, en su valentía, en su forma de ser y en su fuerza natural;
similar y pareja del rayo.
En el dedo medio. “ L G G S” el escritor, el loco, el
asesino, la victima de sí mismo ante su corazón y su mente.
El índice es la belleza, el crecimiento de lo hermoso y la
esperanza que se esparce por el cuerpo humano.
El pulgar, lo roto, lo herido, el mal esparcido y creciente
en el alma; el recordatorio del mal y el temor de hacer todo realidad.
En el centro y unido a todo está el nombre de la ilusión,
del deseo, una filosofía, una mentira, una verdad, un hecho y una opinión. La “N”
divide y se une a todo, la “i” con una gota de sangre esta solitaria, el “4” al
final unido a la flor y comenzando por el rompecabezas de la mente es más que
un número.
El azulejo del principio, un rompecabezas, fracturas, piezas
unidas para hacer algo. Son los escritos, algunos pequeños y algunos grandes;
pero que marcan la vida del escritor; todos.
Sobre el fondo, oscuridad al momento de escribir de noche,
sangre esparcida sobre las palabras y dedicada del escritor a sus lectores.
Ni4,
nothing is forever.
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