Todo fluía con normalidad hasta que se escucho la puerta de
la casa abrirse; era el esposo de la mujer que ahora estaba en el sofá de una
habitación besuqueándose con otro hombre. El esposo es alcohólico y le gusta
llegar a altas horas del día a su hogar, pero no hoy.
Los amantes se congelan ante tal situación y la fémina de
dice al descarado “corre, vete, largo es mi esposo el que ahora entra por la
puerta. Sal de este lugar que ahora está siendo violado por un tercero, que por
desgracia he de decir que es mi esposo. Vete amante mío, ahora que nuestros
besos siguen calientes” Como sea que habrá sucedido el personaje se levanto de
su lugar y corrió hacia la puerta de salida; la misma que la de entrada.
Al ver al borracho postrado en la entrada intento esconderse
y esperar a que el hombre se alejara un tanto de la puerta principal para salir
velozmente y después regresar, en otro día a besar a la infiel y mala amante
que tenía.
Espero lo suficiente y al voltear a ver la puerta el ebrio
hombre lo vio y dijo “Descarado e ingrato hombre que está en mi hogar a solas
con mi pobre mujer. Pero pobre dejo de ser y ahora una infiel se ha vuelto; tú
el amante debes ser y sobre ella debiste estar. Te maldigo y condeno a la
muerte sobre tu propia sangre” después cogió unos tubos de metal e invito al
amante a acercársele pero él solo corrió y fue perseguido.
Logro salir, subirse a su camioneta y arrancar sin antes
perder un vidrio por un golpe del duro metal. Logro acelerar pero luego se detuvo,
a pocos metros del hombre que ondeaba su arma en medio de la calle y gritaba “Vuelve
hombre del mal, que mi tubo tu nombre tiene escrito” y enseguida otro de la
mujer que decía desesperadamente “Arranca caballero que huye del monstruo con
el que me maldigo vivir” y este se fue.
Bajo su arma y regreso a su casa en silencio.
…
Una historia que viví
afuera de mi casa. Ustedes juzgarán que es verdad y mentira.
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