domingo, 12 de agosto de 2012

Una novela en la calle.

Era un día normal, los amantes se amaban en la casa de la mujer y estaban dándose amor… besos, caricias y esas cosas cochinos.

Todo fluía con normalidad hasta que se escucho la puerta de la casa abrirse; era el esposo de la mujer que ahora estaba en el sofá de una habitación besuqueándose con otro hombre. El esposo es alcohólico y le gusta llegar a altas horas del día a su hogar, pero no hoy.

Los amantes se congelan ante tal situación y la fémina de dice al descarado “corre, vete, largo es mi esposo el que ahora entra por la puerta. Sal de este lugar que ahora está siendo violado por un tercero, que por desgracia he de decir que es mi esposo. Vete amante mío, ahora que nuestros besos siguen calientes” Como sea que habrá sucedido el personaje se levanto de su lugar y corrió hacia la puerta de salida; la misma que la de entrada.

Al ver al borracho postrado en la entrada intento esconderse y esperar a que el hombre se alejara un tanto de la puerta principal para salir velozmente y después regresar, en otro día a besar a la infiel y mala amante que tenía.

Espero lo suficiente y al voltear a ver la puerta el ebrio hombre lo vio y dijo “Descarado e ingrato hombre que está en mi hogar a solas con mi pobre mujer. Pero pobre dejo de ser y ahora una infiel se ha vuelto; tú el amante debes ser y sobre ella debiste estar. Te maldigo y condeno a la muerte sobre tu propia sangre” después cogió unos tubos de metal e invito al amante a acercársele pero él solo corrió y fue perseguido.

Logro salir, subirse a su camioneta y arrancar sin antes perder un vidrio por un golpe del duro metal. Logro acelerar pero luego se detuvo, a pocos metros del hombre que ondeaba su arma en medio de la calle y gritaba “Vuelve hombre del mal, que mi tubo tu nombre tiene escrito” y enseguida otro de la mujer que decía desesperadamente “Arranca caballero que huye del monstruo con el que me maldigo vivir” y este se fue.

Bajo su arma y regreso a su casa en silencio.


Una historia que viví afuera de mi casa. Ustedes juzgarán que es verdad y mentira.

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