viernes, 9 de marzo de 2012

La marca del ángel.

Apareció entre mi vida y continua a mi lado.
Me enseña cosas que no sabía y logra sorprenderme a cada instante.

Su opinión es diferente al igual que su pensamiento, pero somos más que iguales.

Es hermosa y divertida, es una villana que no me deja; pero no me quiero ir de su lado.

Tratamos de sonreír en los problemas y terminamos en un beso apasionado acompañado con un abrazo que contagia de ternura a cualquiera que lo vea.

Soy dichoso de estar a su lado y afortunado de que aun siga en el mío.

Hablamos, charlamos y platicamos aun cuando no nos hablamos.

Escuchamos, comprendemos y argumentamos en situaciones relacionadas a nuestra vida.

Nos apoyamos y damos consuelo ante hechos que nos duelen.

No necesitamos escribir en una hoja de papel o en la computadora lo que sentimos por nosotros porque los que nos ven saben que estamos enamorados.

A ella le gustan los gatos y a mí los perros, pero al final quiero tener un perro con ella.

No nos hemos separado porque los dos no queremos irnos de nuestro lado.

Hoy me dejo una marca mi ángel enamorado y puedo decir que no me duele, pero se ve dolorosa porque la marca que me dejo no es externa sino que está en el interior de mí y ahí ha de perdurar.

Comenzó con un “buenos días” y aun no acaba con un “buenas noches”, que espero que algún día pase cuando estemos en una sola cama con una vida por delante y un perro acostado en nuestro cuarto mientras los vecinos nos envidian.

Eres el ángel que me ha marcado de por vida. Gracias Pamela.

No hay comentarios: