lunes, 4 de mayo de 2015

Media Naranja. Parte 6

Estábamos parados afuera de la universidad, viendo como los estudiantes entraban desanimados a sus primeras clases del día y de la semana. Hombres, mujeres; jóvenes y adultos caminaban por la entrada principal y entraban por los diferentes accesos vehiculares en autos de diferentes tipos.

Nosotros estábamos parados del otro lado de la acera tomando un chocolate recién hecho por una señora que se posicionaba con una mesa y diversos alimentos como sándwiches, tamales, tortas, ensaladas, yogurt, etc. Y bebidas como licuados, leche, café y chocolate entre delicias para aquellos que llegan a laborar a esas horas de la madrugada.

 No éramos los únicos parados, así que pasamos desapercibidos por entre las multitudes pero la hora se acercaba y también nosotros debíamos irnos a trabajar a nuestros respectivos oficios.

-¿Sabes algo? Creo que pediré otro ¿Tu gustas?- Me preguntaba aquella mujer de menor estatura que yo, cuerpo delgado y vestida como toda una oficinista aunque trabajara en una compañía de diseño de publicitario.

-No gracias, con este me basta y sobra- Le respondía el hombre con botas de casquillo de metal, pantalones de mezclilla y una camisa azul cielo que al final se terminaría remangando para poder moverse libremente por las máquinas de su manufacturera de metales.

-Tú te lo pierdes lindura- Desapareció de mi lado y se fue a formar en el puesto para su chocolate.

Le di un trago a mi chocolate cuando vi a un joven despistado tratar de cruzar la calle junto con otros estudiantes.

Él era el indicado.

-Oye amigo de la mochila roja. Amigo- Expresaba al aire mientras caminaba para estar a su lado.

-¿Yo? ¿Disculpe?- Giro sobre su eje y me volteo a ver con extrañeza.

-Se te cayó esto. Ten más cuidado- Le dije mientras le dejaba rápidamente en su mano una pequeña caja de metal con un botón rojo que decía “presióname”.

-No, disculpe esto no…- Trataba de explicarme cuando ya me había dado la vuelta y me alejaba de él. La misma gente lo empezó a empujar para cruzar y prefirió darse la vuelta y seguir el flujo.

Me volví a parar en donde estaba con anterioridad mientras veía que ya me estaba esperando la mujer.

-¿Él? Está muy simple, ¿no?- Su tono presentaba emoción y ansiedad.

-Sí; distraído, simple, desinteresado y curioso. No recordara nada, ahora solo disfrútalo- dije al final antes de darle un último trago a mi bebida caliente.

-Eso hare-

Solo pasaron un par de minutos, el tiempo suficiente para que el chico llegara al otro lado de la acera y entrara a la universidad cuando se escuchó un golpe seco que hizo cimbrar el piso y detener a toda la gente que estaba a nuestro alrededor haciéndolos voltear a ver al edificio de la institución.

Una explosión emergió por dentro del colegio originando llamas del tamaño de edificios, gritos de un concierto de música, gente corriendo como si estuvieran en un maratón y llanto como si vieran la película más triste de toda su vida.

Todo perdió el control, todos corrían y gritaban, todos se detenían al ver el horror y todos se preguntaban qué había pasado.

-¿Eso fue solo la mochila?- Me preguntaba extrañada pero fascinada.

-No, debieron haberla encontrado y haberla llevado a otro lado donde había maquinas, luz, gas y demás cositas-

-Entiendo, es hermoso-

-Sí que lo es- le dije al final mientras nos comenzábamos a mezclar con la gente y empezaban a llegar las patrullas y ambulancias.

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