jueves, 4 de septiembre de 2014

Dulces Labios. Parte 19

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Soltó el arma a un lado de su cuerpo mientras se quedó viendo esa alfombra que había sido testigo de toda la actividad de esta noche.

Aun se escuchaba el bullicio de la calle y a los policías ponerse de acuerdo para entrar al cuarto. Eran minutos los que tenía; lo suficiente.

-Nada es tan fácil mi amor. Nada puede terminar así de fácil. Vas a pagar por tus crímenes de una forma talvez exagerada; pero así lo quiero y así se va a hacer-

Ya no lloraba, ya no gemía, ya no presentaba alguna respuesta de vida con excepción de su respirar tranquilo. Estaba vivo, pero sin estarlo.

-Si te importa, quiero poner una canción. La última de los dos- Tome mi celular y se empezó a escuchar la guitarra, la batería, el bajo y una voz melodiosa de mujer.

Estábamos en silencio escuchando la canción, él sentado en la alfombra viéndola y cubriendo su herida mientras que yo lo hacía desde la orilla de la cama de vez en cuando viendo a aquel hombre destrozado por sí mismo, por sus acciones, por su estilo de vida y por una mujer que nunca pudo en verdad tocar.

La canción estaba a punto de acabar cuando me levante y cogí el arma del suelo. Cuando lo hice me tomo de la mano y sin alzar la cara dijo:

-Perdón, no lo vale; pero perdón- Y me soltó.

Regrese a la orilla de la cama y lo volví a ver. Levantaba la cara lentamente y se me quedo observando. Esos ojos hermosos, esas facciones definidas, ese cabello envidiable; ya no estaban. Solo era el rostro de un hombre muestro.

No dijimos nada, solo tome la bala que tenía cerca de mí, la puse en el arma y me lleve a la sien el cañón.

Di un leve suspiro y sonreí un poco para al final mandarle un beso tierno; de una enamorada a su amado.

Jale del gatillo.

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