La música es una sana forma de elevarse.
¿Cómo decírtelo? ¿Cómo hablarte? ¿Cómo dejarte de ver? ¿Cómo
dejar de desear esos labios color melón y con un sabor oculto que deseo
explorar como un aventurero en busca del más grande tesoro de todos los tiempo?
¿Cómo pedirte que no parpadees para seguir viendo tus ojos grises? ¿Cómo no
querer pasar mis manos por ese cabello claro como el cielo? ¿Cómo evitar ilusionarme
sintiendo tus mejillas pálidas, con pecas y con un tono rosado? ¿Cómo quiero
tocar tu nariz con la mía mientras nos hundimos en un profundo beso?
Tu cara medio inclinada y tu mirada fija con los ojos
abiertos al igual que tu boca mientras veo tus dientes blancos y detrás de
ellos oscuridad; oscuridad que deseo tocar y sentir en lo más profundo de mi
corazón que inexperto por la situación choca dentro de mi cuerpo pidiendo
alguna respuesta que mi cerebro es incapaz de dar; no puedo responder. ¿En
verdad existes?
Tu cabello con una base negra y lo demás blanco iluminan la
noche del bosque que tienes a tus espaldas resplandeciendo a los animales y a
todo tu entorno mientras todos están callados contemplándote y pidiendo a los
dioses que fueras un sueño porque este es el infierno y tu estas en él.
Tu piel pálida, tus pequeñas cejas y tu mirada me tienen
cautivado en la locura, en un lugar de donde no quiero salir. Si tan solo
pudiera hablarte y decirte que eres hermosa, si tan solo no estuvieras en mi
mente, si tan solo pudiera descifrar que es lo que estás pensando, que es lo
que tienes en tu cabeza.
Esos labios y ese cuello. Un paraíso que quiero probar del
que no quiero salir; sentir tus latidos y tu calor. Hundirme en ese placer, en
ese amor, dormir escuchando tu pulso y oliendo ese aroma tan tuyo que me excita
y me mantendría despierto día y noche.
La noche es joven al igual que tú, la noche es silenciosa
como mi locura por ti, la noche es oscura como lo profundo de tu boca, la noche
es iluminada por las estrellas; tú iluminas mi noche aunque sea solo por hoy,
por ahora y por un solo momento de mi vida.
Cruzas la oscuridad con luces, con tu mirada y mi mirada te
sigue hasta que desapareces entre los árboles que ahora te reclaman por haber
aparecido ante un mortal. El bosque y sus praderas te esconden, pero volverás
al igual que la noche.
No hay comentarios:
Publicar un comentario