Tu suéter blanco tejido que deja ver tu pecho y dejando tu
cuello desnudo es un vicio, es emoción, es esa sensación de cobijo y seducción.
Lo café de tu cabello largo, ondulado y hecho un desastre es un conjunto de
emociones por las que todos queremos pasar. Grandes son tus labios, rosados y
con una leve sonrisa que encanta, que en loquéese a cualquier hombre rudo, que hipnotiza
las sensaciones y rodea las perspectivas siendo el único universo existente.
Ojos claros de tonalidades azules, el mar que está dentro está en calma pero
como quiero verlo lleno de energía, con grandes y reflejando la fuerza de la
madre naturaleza; de tu naturaleza. Tu piel hecha de porcelana que al tacto
pareciera romperse. ¿Alguien es dueño de esos ojos, de ese cabello, de esa
piel, de esos labios y de esa sonrisa tan tuya que no dejo de ver?
La mañana está a tu favor, los rayos de luz hacen brillar tu
piel pero la calidez del Sol no es lo que calienta mi cuerpo; sino tu mirada,
tu pose de ternura, tu leve sonrisa, tu cabello que con el poco aire que hay
ondula con él que siendo tan largo parece moverse con gracia y alegría.
El puente oxidado detrás de ti te esconde en sus tonos cafés
y negros pero tu piel te delata como una mancha de pureza entre tanto escombro
y efecto de la naturaleza. Pureza cubierta de alegría.
Tus pequeños ojos, azules como el mar, tranquilos como el
cielo escondido por las nubes andantes, alegres como una rosa floreciendo, intrigantes
como la curiosidad de un niño. Escondiendo la fuerza de la naturaleza, la
fuerza que está detrás de tu ternura y de tu sonrisa cautivante.
Porcelana rodeando tu cuerpo es lo que se junta con tu
oscuridad, tan frágil, tan delicada, tan suave, tan lisa, tan perfecta.
Mejillas tan deseables de sentir, un cuello tan seductor para rozar los labios
y sin besar o morder, saber cuál es su textura, su color, su olor y su secreto
oculto para enamorar.
Una sonrisa es lo que enamora a cualquiera y unos labios son
el camino para llevar al éxtasis. El labio inferior es más grueso que el
inferior y entre los dos; el secreto para enamorar. Un beso lento, una mordida
suave y un paseo para descubrir el interior es lo que hay y es más de lo que se
puede pensar que existe.
Tu mentón delicadamente definido es más que un detalle a
destacar; es parte de la suave sonrisa que me regalas para imaginarte y tratar
de describirte.
Un suéter cubre tu piel y tu cuerpo, parece rígido y hecho
para tu medida a pesar de que tus manos desaparezcan mientras que tus brazos se
acogen en él y se cruzan frente a tu cadera. Puedo ver tu cuello entero deseándolo
cada vez más, tu pecho resalta del suéter con cuello v y tu persona me sigue
mirando con esa alegría que me das con solo una sonrisa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario