domingo, 11 de septiembre de 2016

Días del Futuro. Parte 1.0

No es el futuro que queríamos, no es el futuro que buscábamos ni el futuro que tano anunciaban. Nunca lo vimos venir y nunca nos prepararon para esto. Los días ya no son soleados, la gente no tiene una vida más fácil y estamos sujetos a escuchar solo la palabra de algunos en los medios de comunicación. ¿Cómo llegamos a este punto? ¿Qué hicimos mal?

Gente caminando por la calle bajo la lluvia en una noche que perdura las 24 horas dados los altos índices de contaminación. Su ropa es de un material parecido al plástico con colores extravagantes y diseños obscenos; hombres y mujeres en direcciones opuesta. Humo sale de las coladeras, vagabundos caminando desconcertados, asaltantes golpeando a sus víctimas, perros comiendo de la basura del suelo, parejas haciendo teniendo relaciones en la entrada de callejones y vendedores de drogas y de sexo en cada esquina. ¿Este era el futuro que nos prometían?

Hay autos voladores, más bien; levitan sobre el suelo solamente, gadgets súper inteligentes; comida condimentada, procesada y fácil de hacer, y edificaciones enormes con millones de luces. Eso es el futuro.

Un régimen único policiaco corrupto, un gobernador adicto al dinero, adicciones al por mayor, una ruptura de la economía, pobreza en cada hogar, asesinatos cada hora, servicios públicos insuficientes, inflación monetaria, mala educación pública y millones de huérfanos; los derechos humanos ahora se han vuelto un mito. Eso es el futuro.

Voy viajando sobre mi auto por las autopistas a toda velocidad viendo a los demás conductores con sus celulares en las manos, con sus parejas haciéndoles felaciones, con sus cigarrillos en las manos y sus botellas en sus labios. Se transita a 200km/hr diariamente y siempre hay cuerpos sobre el suelo o autos destruidos, es el pan de cada día de las grúas y de un servicio médico que se ha privatizado. 

Vivó en un edificio viejo, junto con vagabundos, familias rotas, adictos, viejos olvidados, prostitutas, perros y ratas. Es un departamento vacío, sucio y olvidado; con paredes delgadas, suelo de madera y goteras en el techo. Con un gran ventanal para que pueda ver la desgracia de la humanidad y si me quisiera suicidar tenga problemas en salir por ella.

Llego a una mesa de madera con una botella de alcohol, me siento en la única silla igual de madera podrida subo mi brazo, amarró mi musculo superior con una liga y me inyecto en la parte interna del codo; pasan los minutos y comienzo a disfrutar del presente hasta que caigo dormido o muerto.


Al final de cuentas, nadie es perfecto en el futuro. 

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