viernes, 1 de noviembre de 2013

De regreso a las cenizas.

¿Qué estoy haciendo? Era la única pregunta que pasaba por mi cabeza en esos momentos.

La carretera estaba vacía y oscura con la poca iluminación que tenía. De vez en cuando me encontraba con otro auto pero lo pasaba rápidamente, no quería tardar más tiempo de lo pensado.

Cuando entre al pueblo todo seguía como lo imaginaba y recordé conforme pasaba por las calles vacías y los sembradíos porque había escogido un lugar recóndito para hacer una de mis tantas maldades; era un lugar perfecto donde nadie se entera de nada y donde pueden pasar miles de cosas y no van a pasar de ahí. Tan rural, tan cerrado y complicado de llegar en auto o en cualquier otro medio. Era perfecto y lo seguía siendo.

Pase por el único semáforo que existía en el lugar y me toco el rojo para que me detuviera, pudiera dar un suspiro y poder ver lo que pasaba por la ventana. Un borracho tirado en la banqueta, un perro flaco y feo caminando sin rumbo y un par de niños disfrazados; uno era una calavera y el otro como un tipo de momia, ambos acompañados por un señor y una señora que supongo que eran sus padres. Una familia humilde.

No los deje de ver hasta que me di cuenta que ya tenía el verde pero sin que hubiera algún otro carro detrás de mi continúe tranquilo hasta llegar a aquella casa que tantos recuerdos me traía.

-Ya estoy cerca- Me repetía una y otra vez cuando familiarizado por la calle supe que en verdad estaba cerca de mi destino. Mi corazón palpitaba emocionado y mi mente se encontraba aterrada por la situación; pero era tal la cantidad de adrenalina que tenía que empecé a sudar frío y mis manos a temblar un poco. Hace mucho que no tenía esa sensación y creo que ya había perdido la habilidad de no mostrar mi nerviosismo ya que no me había pasado desde que cometí mi primer crimen ya muchos años atrás; pero eme ahí, como un niño en una juguetería o como un viejo viendo fotos de sus años de gloria.

Estacione el carro donde la ultima vez y lo apague quedándome adentro un momento viendo aquella casa en cenizas que aun se mantenía de pie. Me recordé caminando por aquella senda de arbustos con un cuerpo de un hombre cargando en mi hombro y volviendo al carro para sacar todas mis cosas. Era una persona con voluntad, con fuerza, decidida a lo que iba, ansiosa y envuelta en un pensamiento de color rojo pero que hacía de regreso ahí, porque tuve que regresar  para ver lo que había sido de mí en ese lugar.

Estaba limpio desde ya hace mazo menos tres meses desde que mate aquel hombre que me había convertido en monstruo, estaba asistiendo a la doble A para recuperarme de mi adicción, empecé a enfocarme en otras cosas  como mi trabajo, una pareja nueva; una vida nueva pero ¿Qué hacía de regreso? ¿Por qué estaba tan emocionado de estar ahí? ¿Por qué mi corazón comenzaba a latir como aquella noche mientras preparaba a mi huésped? Tenía que aclararlo todo y quitarme este peso de encima.

Salí del auto y camine por el mismo lugar donde me había dado la vuelta la última vez viendo como la casa era envuelta en llamas y como un cuerpo era convertido en polvo.

Había diferencias pero todas habían sido causadas por mi o por lo menos la mayoría. Ya no había puertas o ventanas solo las paredes estaban manchadas de negro y con dibujos de grafiti y el techo estaba agujerado lo que permitía que la Luna entrara sin permiso.

Me quede parado y como si hubiera sido un fantasma en el pasado me vi. Vi todo lo que hacía, todos mis movimientos medidos, toda mi ansiedad en los ojos, todo el dolor del hombre que pedía por su vida, toda esa pasión y emoción de hacer lo que más amaba, en lo que era el mejor.

Mi recuerdo termino cuando me observaba poniéndome de pie dejando al hombre envuelto en plástico ensangrentado enfrente de mis ojos con un cuchillo en medio de su cuerpo y con los ojos abiertos; dándome la vuelta y como si hubiera estado presente físicamente en ese momento nos vimos el pasado y el presente, de frente. Era la misa persona, pero algo era diferente.

-Y dime ¿A quién engañas? ¿A caso a tu nueva pareja, a tu nuevo estilo de vida o a ti mismo? ¿En serio eres feliz o te hace fala algo?- Sentado entre las sombras saliendo de una esquina se asomaba un hombre de mi misma edad, de mi misma altura y complexión, del mismo tono de voz que el mío y con la misa ropa que yo.

-¿No vas a contestarme mal educado? ¿Acaso no sabes quién soy ó quien fui? ¿En serio eres feliz niño?- Me decía mientras se comenzaba a parar lentamente y me miraba fijamente.

-Crees tener esto contenido, crees saber cómo curarlo- y con un tono burlón haciendo ademanes continuo- Mírenme, mírenme, ya soy una persona nueva, ya deje de ser el mejor asesino en serie que hay en este lugar, ya tengo una vida nueva y ya puedo ser feliz, mírenme, mírenme- Comenzaba a subir su tono de voz hasta casi gritar.

-¡Eres un mentiroso! ¡Acepta quien eres y lo que fuiste, porque sabes que eras el mejor!- No sé como paso pero cuando me di cuenta ya tenía una piedra en mi mano y se la arrojaba con fuerza dando un grito ahogado. Solo escuchaba como está se hacía pedazos en lo que quedaba de una pared.

-Desde hace tres meses no sabes lo que es saciar esa sed que tanto te molesta. Crees que con haber encontrado a quien te hiso quien eres y cobrar venganza ibas a estar bien, ibas a ser una persona mejorada. Que grave error.- Ahora hablaba detrás de mí, pegado a mi oreja y en un susurro. Sentí su calor y el aliento de su boca. Era tan real.

Me da la vuelta bruscamente y gritando “¡déjame en paz!” me puse de rodillas con las manos en la cara.

-Por cierto, estas de rodillas en el mismo lugar donde estaba aquel hombre que merecía sufrir y hasta acaso morir, en el mismo lugar donde se calcino- Ya no sabía de dónde me estaba hablando pero esas fueron sus últimas palabras.

Me pare poco a poco y viendo a mí alrededor me fui del lugar. Ya en el auto pero sin aun encenderlo no pude pensar en otra cosa que no fueran esas palabras, en esa adrenalina, en esa sensación, en ese momento en el que yo soy el presente, el pasado y el futuro de la persona que tengo enfrente mi.

Una sonrisa de éxtasis salió de mi rostro y una mirada que hace tiempo no veía. Había vuelto.

Mire por el espejo retrovisor y lo vi, sentado en los asientos de atrás viéndome con esa misma mirada que yo traía y solo diciendo entre su sonrisa:

-Y… ¿Ahora qué?-

Volvía la mirada al frente y me dije a mi mismo:

-Es hora de volver. Tengo tantas cosas que hacer-





Somos lo que somos y nadie nos puede decir lo contrario; solo nosotros mismos.

No hay comentarios: