Detrás del cuerpo ya muerto estaba una puerta de una casa que
ahora contaba con una mujer sollozando al borde de la cama con su ropa de color
rojo sangre, con un cuchillo en el piso rojo y un rastro de liquido rojo que recorría
gran parte del hogar hasta llegar al pórtico, a la calle, al cemento y al
parabrisas de un autobús sin culpa alguna del acto.
La gente se preguntaba que había pasado y porque, mujeres
lloraban por un hombre que no conocían, niños pasmados siendo abrazados por sus
familiares impidiendo que vieran el suceso. Un borracho caminaba a tropezones y
dijo “debió ser una mujer, solo un hombre muere por una mujer y si no lo hace
es más que un pendejo”.
El día se prestaba para los enamorados que demostraban su
cariño con regalos materiales, pero al igual que en un día de estos hay
personas que son felices y hay otras que sufren por diversas razones como divorcios,
rupturas, desamparo, etc. ¿Qué había ocurrido para que el sujeto se lanzara al móvil?
¿De qué no lo iban a atrapar?
Las preguntas eran simples pero el resultado de cada una era
algo más que complicado, todo un acertijo para algún psicoanalista o un perito.
Tenía un motivo el hombre ¿cuál? ¿Terminar con su vida? ¿Por qué? ¿En qué modo le
afecta al sujeto la presencia de la mujer? Solo alguien sabía las respuestas a
esas preguntas y vive una agonía en estos momentos.
Se le pregunto a la mujer y no supo que contestar, sus ojos
rojos y despintados por las lagrimas no supieron que contestar y su voz se
quedo muda y la única respuesta que daba era un sollozo entre cortado. Algo que
sobre salía de su cuerpo era un ojo morado obtenido por un golpe contundente y
con fuerza suficiente como para dejar un
rastro como aquel. Le pidieron que se parara y se fuera con los policías a la
comisaria pero en ese momento su cuerpo se tenso y sujeto las sabanas con mucha
fuerza que al jalarla los oficiales se dieron cuenta que algo sostenía, era una
pierna.
Las sabanas cubrían un cuerpo de otro sujeto con una perforación
en el corazón provocada por el mismo cuchillo que estaba en el suelo. Un nuevo
rastro de sangre se descubría, este entraba al baño y empezaba en un espejo
quebrado y también manchado de sangre. ¿Qué había pasado ahí?
Sujeto uno- Le había llevado flores a su amada, esta le abrió
la puerta y lo dejo pasar, él le pregunto por su ojo morado y ella solo
contesto que se había caído. Otro hombre entraba por la puerta, su esposo. El
sujeto uno no sabía que ella era casada y se queda intrigado al recibir el
primer golpe que lo deja en el suelo, al irse levantando observa que el esposo
empieza a golpear a su amada, él se levanta y protege a la mujer que amaba y
que jamás lastimaría. El esposo saca un cuchillo y se lo entierra al “amante”,
la esposa a su marido rebotándolo en un espejo del baño y cortándole el brazo.
El sujeto cae de rodillas, besa a su amante y le pide que no se valla que no
había sido su intención, que lo sentía mucho; el otro ya era cadáver. El esposo
sale del hogar e instantes después se oyen gritos. Logra subir el cuerpo de la
persona que amo a la cama y la cubre con las sabanas de la cama, se sienta en
la orilla y comienza a llorar.
Yo era el amante, el que la quería, el que la protegió y la
cuido hasta la muerte aun sin estar casados, solo unidos por un lazo como el
amor mismo.
¿Qué sería el amor sin algo hermoso, sin algo con que
sufrir, sin algo que fuera rojo?
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