domingo, 14 de noviembre de 2010

Decisión

En una noche llena de amor, fantasía y sobre todo entusiasmo; hicimos el amor. Nos entregamos al cien por ciento en cuerpo y alma. Pero todo se resumía en lo que a continuación iba a pasar, tenía que tomar una decisión acerca de que hacer contigo, ya que no creo que me aceptes tal y como soy, una persona que siente sufrimiento al ver a alguien en llanto; sin embargo, soy una persona que disfruta de la sangre y de lastimar a las personas que lo merecen, ya haciéndolas pasar por lo que sufrieron sus víctimas o a mi modo.

Era la noche que habíamos pedido, perfecta; un bosque, una cabaña, la soledad y una llama que quemaba nuestros cuerpos. Al terminar con las acciones me senté en la orilla de la cama con el cuerpo cansado pero con la mente totalmente activa, en ese momento estabas acostada, igualmente cansada y llena de satisfacción, pero la curiosidad te invadió y preguntaste:

- Amor. ¿En qué piensas?
- En ti.
- ¿Qué piensas de mí? ¿acaso no te gusto?
- Me encanto, es solo que… ahora no se qué tengo que hacer.
- ¿En respecto a qué?
- ¿Te puedo decir algo?
- Claro.
- T amo, y no me quiero separar de ti pero, no quiero que conozcas lo que no debes.- Diciendo esto rociaba una sustancia en la toalla que ya había dejado a mis pies para este momento.
- ¿Y qué es lo que no debo conocer de ti? ¿qué sales por las noches, mientras yo duermo? ¿qué por alguna razón siento que escondes algo de lo cual no quieres que me entere? ¿qué deseas matarme? Eso ultimo ya lo sabía, pero como te dije cuando te conocí y en nuestro noviazgo, quiero pasar el resto de mi vida a tú lado.
- Entonces va a ser más fácil tomar mi decisión- Y balanceándome hacia su hermoso cuerpo cubrí su nariz y boca con la toalla. Algo que no me espere es que con la mano empezó a acariciar mi rostro mientras yo mantenía la tela en el rostro que me miraba fijamente y con la ternura que tanto te ah caracterizado. De pronto la mano se desplomo sobre la cama y sus ojos dejaron de mirarme.
- ¿Ahora qué?

La pregunta era simple, ¿continuar o acabar?

Ya era de mañana, subí tú cuerpo al asiento del copiloto y me dispuse a conducir. Ya a la mitad del camino… despertaste y con asombro me preguntaste.

- ¿Por qué? ¿A dónde me llevas?
- Porque eres todo para mí, eres la cura a mí mal y vamos rumbo a una nueva vida… juntos.

Y acariciando su mano pise el acelerador y conduje toda la carretera, la cual nos llevaría al infinito.


Dedicado a Viko. Gracias por estar a mí lado. Te amo. XOXO.

No hay comentarios: